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Desde la Escuela de Artes Visuales de la UArtes se destaca el trabajo y legado de Enrique Tábara

Los docentes y artistas Xavier Patiño, Marco Alvarado y Marcos Restrepo, quienes en los ochenta crearon el colectivo La Artefactoría, comparten sus vivencias con el pintor ecuatoriano. 

Ante el deceso del maestro Enrique Tábara, desde la Escuela de Artes Visuales su director, el magíster Xavier Patiño, expresa su pesar por el amigo y por el maestro, por el artista de quien recibieron su primer taller formal. Lo dice en plural trayendo a la memoria que hace ya varias décadas se acercó hasta su casa junto a los amigos de la Escuela de Bellas Artes. Los movió el deseo de empezar a producir juntos, lo cual se concretó luego con la creación de La Artefactoría, el colectivo que integró en los ochenta con Flavio Álava, Paco Cuesta, Marcos Restrepo, Jorge Velarde y Marco Alvarado, los tres últimos también catedráticos de la UArtes.

Vivencias de Patiño con Tábara hay muchas, como mucha es su admiración por su creación y talento, por esa capacidad de trabajo que les transmitió a la hora de producir. A sus pinturas les dio énfasis e imprimió una constante búsqueda que para el director de Artes Visuales de la UArtes, y uno de los fundadores del Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE), “era intuitiva, tenía un olfato, una intuición impresionante”.

Agrega que Tábara se preocupaba por la forma, la composición, lo formal. Era un crack para esa cocina, esa producción, esa mezcla, esa búsqueda por innovar. Lo vamos a recordar desde la academia por su trabajo, refirió Patiño resaltando el enorme legado artístico que deja un artista considerado desde siempre como un referente de la pintura en el Ecuador.

El artista Marco Alvarado, también docente de la Escuela de Artes Visuales de la UArtes y otro de los miembros de La Artefactoría, así lo señala: “El maestro Enrique Tábara es uno de los referentes de mayor relevancia de la pintura ecuatoriana de la segunda mitad del siglo XX, cuya magnífica obra está vinculada al informalismo español de los años 60. Uno de sus sueños fue la creación del Museo Pata Pata, que lamentablemente no llegó a ver”.

Alvarado considera que el maestro Tábara era un auténtico artista siempre joven, “con una obra fresca y contundente, era un artista bien informado con quien podíamos charlar sobre las problemáticas del arte contemporáneo, sus opiniones eran muy personales y cargadas de la sabiduría que dan los años”. 

Su trato era amable y jovial, “siempre nos recibió en su taller o en su casa de la mejor manera, y siempre estuvo dispuesto a conversar, e incluso a apoyarnos. Hoy, nos deja valiosas y hermosas pinturas, que esperemos, podamos visitar algún día en el Museo Pata Pata que se merece”, expresó Alvarado despidiendo con admiración y cariño al maestro Tábara.

Para Marcos Restrepo, docente UArtes e integrante de La Artefactoría, “la importancia de Enrique Tábara reside en no haberse sometido al Indigenismo, corriente que dominó la escena del arte latinoamericano por un largo periodo del siglo veinte. El indigenismo creció en países como México, con figuras como Siqueiros, Orozco y Rivera, y en Ecuador, con Guayasamin y Kingman. Sin embargo, Tábara, un artista con un gran espíritu de búsqueda, influenciado por el constructivismo e informalismo, pudo decir algo radicalmente diferente y dejar un gran legado al arte de nuestro país”.

Edificio con su nombre y fecha del deceso

Es de anotar que en 2018 la Universidad de las Artes presentó el edificio al cual le dio el nombre de Enrique Tábara y donde se encuentran los talleres de las Escuelas de Artes Visuales y de Artes Sonoras. La edificación se ubica en las calles Aguirre, entre Chile y Pedro Carbo. Tábara falleció a los 90 años el lunes 25 de enero del 2021; el 21 de febrero iba a cumplir 91.

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