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Mashol Rosero llevó a Casa Mitómana “InVisible, improvisaciones itinerantes”

El sitio web de artes escénicas El Apuntador recoge en una publicación el pensamiento y sentir de la docente de la carrera de Danza de la UArtes sobre esta puesta en escena, resultado de la investigación “Laboratorio de improvisación en danza e interdisciplinariedad”.

InVisible, improvisaciones itinerantes es un laboratorio de creación de partituras de improvisación para espacios no convencionales (oficinas, bodegas, salas de clase, etc.), desarrollado en el marco de la investigación “Laboratorio de improvisación en danza e interdisciplinariedad” de Mashol Rosero, docente de la carrera de Danza de la Universidad de las Artes del Ecuador. 

Nació para el II Encuentro Escénico Memoria y Actualidad, realizado en noviembre de 2019 y llevado a cabo durante el Semestre B 2019, con alumnxs de quinto nivel de la carrera de Danza de la UArtes. Tuvo una edición virtual en 2020, en el Encuentro del Instituto Latinoamericano de Investigación en Artes (ILIA) con docentes, estudiantes y artistas invitadxs. 

En este 2021, InVisible, improvisaciones itinerantes llegó en julio pasado a la Casa Mitómana de Quito, en el marco del evento “Confabular-Confabailar”. Se presentaron Mashol Rosero y el músico independiente Daniel Vallejo, y el audiovisual realizado por Jorge Palacios y la docente UArtes, partiendo del trabajo sonoro de Roberto Moscoso (también de la Universidad de las Artes). 

A continuación, una publicación que el sitio web de artes escénicas El Apuntador hizo sobre InVisible, improvisaciones itinerantes, la cual recoge el pensamiento de Mashol Rosero:  

Más que pensar, creo que siento-pienso. El rato que bailo, mi cuerpo se unifica con mis sentidos, sensaciones y pensamientos. A veces, un elemento es más fuerte que el otro y entonces, a veces, pueden aparecer pensamientos específicos, identificables. Creo que si no logro “asentar ese pensamiento en el cuerpo”, este se torna una distracción y un momento de desconexión. Por el contrario, al aparecer un pensamiento y dejarlo atravesar, se convierte en un factor que se vuelve parte de los estímulos que crean mi danza. Creo que en la danza, más aún en la improvisación y composición instantánea, entrenamos esta capacidad de encarnar, de unificarnos en el momento presente. InVisible, improvisaciones itinerantes es una apuesta por seguir encontrando este camino de senti-pensar cada instante. Cuando improviso tengo varios elementos que he preparado y me guían, me inspiran, con los cuales puedo jugar. Está el video, la música, la relación, el músico, el audio del video creado para esta partitura, y más.  

En InVisible… mi cuerpo se deja atravesar por el momento, filtrando elementos, haciendo elecciones, tomando decisiones que me le llevan a moverme de una forma u otra. Siento que a veces es mi cuerpo el que se adapta a mi danza, y a veces, mi danza que se adapta a mi cuerpo. Pero, de manera general, en InVisible… el cuerpo está en constante conversación con el video, el audio, la música, el espacio, y todo se va transformando, componiendo y descomponiendo el momento presente.  

Comencé a trabajar en danza hace casi 15 años. Vengo de la creación y producción independiente, pero actualmente me encuentro en un momento diferente al ser docente de la Universidad de las Artes. InVisible… es parte de un proyecto de investigación, un laboratorio de improvisación registrado en la UArtes. Esto cambia definitivamente las condiciones de “ser independiente”, sobre todo a nivel económico, considerando que tengo un ingreso fijo mensual. Sin embargo, siento que termino, de todos modos, viviendo otros –muchos– aspectos que para mí han sido parte del “ser independiente”.  

No tengo un financiamiento para la realización efectiva de las propuestas, lo cual incluye no tener recursos para invitar al resto de artistas colaboradores (audiovisual, música) y tener que buscar maneras de resolverlo personalmente. De otro lado, hay que generar una producción y circulación independientes de la obra, puesto que no se produce ni se busca circular la obra desde la universidad.  

De igual manera, en teoría, tengo horas consideradas en mi contrato para realizar investigación-creación. En la práctica, las horas reconocidas oficialmente para este fin son siempre muy reducidas para el trabajo/tiempo que realmente implica, por lo que termino poniendo tiempo extra y sin remuneración. Quisiera recalcar que la fortaleza más grande que he encontrado en el trabajo independiente es la libertad de elección individual y colectiva. Crecí haciendo lo que he creído/sentido y me cuesta verlo de otro modo. Nunca me vi formando parte de grandes compañías en las que estructuras, jerarquías y roles se llevan de manera muy establecidas. Y, felizmente, sigo encontrando esta apertura al estar afiliada a la UArtes. 

Fotos: Marco Gaete. 

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