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Bradley Hilgert recomendó a los graduados no dudar de lo que su arte puede aportar a la sociedad

La graduación de los egresados de la Escuela de Artes Sonoras fue la segunda de las cuatro ceremonias en las que la Universidad de las Artes entregó los títulos de licenciados a la cohorte 2021. Al rector William Herrera Ríos y a los vicerrectores Olga López y Bradley Hilgert los acompañaron en la mesa directiva Andrey Astaiza, director de la EAS, y Yulianela Pérez, directora del Departamento Transversal de Teorías Críticas y Prácticas Experimentales en Artes.

La interpretación que el reconocido violinista Jorge Saade, hoy docente de la EAS, hizo del Himno Nacional, marcó el inicio del acto. Al Vicerrector Académico le correspondió dirigirse a los graduados, lo cual calificó de un gran honor y resaltó la importancia del momento para quienes recibirían sus títulos, para la UArtes, para los amigos y familiares, para la sociedad entera. “Nos enorgullece enormemente investir a los graduados y enviarles a la sociedad, porque es una fiel muestra de que estamos cumpliendo con nuestra obligación de brindar al país una educación pública en artes de calidad, pertinente y gratuita”.

Que hacía énfasis en la gratuidad, dijo, porque era una lucha ganada que se seguirá promoviendo. “Aunque hoy, para ustedes y las personas que les han acompañado en este camino, sabemos que gratuito tal vez no sea el adjetivo más adecuado. Ha sido un camino lleno de sacrificios, de esfuerzo, pagan con su esfuerzo, con el sudor, con las noches sin dormir –desvelo que también comparten docentes y autoridades– y, seguramente, con una u otra lágrima. Lo mínimo que podemos hacer es asegurar que su educación pública sea gratuita. Pero, todo ha valido la pena porque desde hoy son graduados de la Escuela de Artes Sonoras de la Universidad de las Artes, de la única universidad dedicada exclusivamente a esto que nos conmueve: las artes”.

Hilgert manifestó el interés porque familiares y amigos presentes supieran lo significante de culminar la carrera. “Si ustedes revisan los proyectos de titulación de los graduados sentados aquí hoy, van a ver que un tema común ha sido la innovación. Están innovando al apropiarse de la tecnología para su producción musical, han innovado a poner en diálogo géneros y tradiciones musicales distintos, y han innovado con su propio lenguaje musical”.

A la innovación, agregó, hay que entenderla como un recurso crudo de la sociedad: “aquí está el futuro cultural del país. Nos parece imposible imaginar un mundo sin las herramientas que constituyen nuestra realidad cotidiana, pero, cosas tan comunes como el Facebook o el Spotify, que ha cambiado la industria musical y ni existieron hace 20 o 25 años. Las personas que se están graduando hoy están pensando críticamente sobre la relación que tenemos con esas plataformas y la relación que tiene el campo musical con nuestro entorno y estoy seguro de que son capaces de seguir innovando para construir ciudadanías nuevas, mundos nuevos y sociedades más justas”.

De Luis Camnitzer, el Vicerrector Académico citó que la función del buen arte es, justamente, la de ser subversivo, se aventura en el campo de lo desconocido, sacude los paradigmas fosilizados y juega con especulaciones y conexiones consideradas “ilegales” en el campo del conocimiento disciplinario. “Con cada estudiante que graduamos el día de hoy estamos viendo el cambio de paradigma y somos testigos de esas conexiones ilegales. Logramos eso por dos razones. Primero, la resiliencia. Como dice Andrey Astaiza, el director de la EAS: La música nunca paró a pesar de la gran peste negra, ni de cualquier otra tragedia de ese tamaño. Tampoco va a parar con esta pandemia”.

Lo segundo, anotó, es la capacidad que se instala cuando uno comienza a insertarse en el conocimiento desde las artes, desde las artes musicales y sonoras. “Andrey dice que el propósito esencial de la música es aprender a escuchar(nos). Desde Bolivia, Cergio Prudencio hace eco en eso que dice Andrey. Señala que la música ha servido como herramienta para cinco siglos de dominación, pero que es posible re-formarla, imaginar otras musicalidades, otras sonoridades. Esto han hecho ustedes ya y lo tienen que seguir haciendo (…)”.

Añadió que al empezar junto con William Herrera y Olga López la gestión como máximas autoridades de la UArtes hacía referencia a un ethos zapatista “para decir que nosotros íbamos a mandar obedeciendo. Como siempre, ustedes, los graduados de esta universidad, se han adelantado y nos han enseñado el camino con su capacidad de escuchar, de escucharnos. En este sentido, va saliendo de esta universidad lo que Enrique Dussel llamaría una estética de la liberación: El sujeto de esta poética, el que crea esta estética de la liberación, es el pueblo”.

Hilgert refirió que el potencial transformador de esta estética y del trabajo de los graduados no culminaba con la ceremonia, sino que empezaba la disponibilidad para la vida. “Regresando a Cergio Prudencio, el arte siempre ha sido preliminar a los procesos políticos. Viendo el arte que producen estos graduados, viendo su manera de transformar el arte, esto nos da esperanza, nos alienta. Quisiera reiterar, entonces, que su proceso recién empieza hoy, quiero que no se olviden del potencial de su trabajo, que nunca duden de lo que su arte puede aportar a la sociedad (…). Con este grupo de graduados, estoy seguro de que estamos en buenas manos”.

Seguidamente a la intervención de Bradley Hilgert, se presentó la memoria académica-artística de graduados/as en Artes Musicales y Sonoras. Hubo la lectura de Acta de Graduación y entrega de diplomas.

Lo mismo se hizo con los graduados de la carrera de Producción Musical y Sonora. La EAS propuso entonces dos intervenciones artísticas: Steven Mejillón, acompañado por Henry Borbor; y, un ensamble de guitarra con Nuria Meza, Ana Alba, Efraín Cuesta y Eduardo Cedeño.

La magíster María José Bustos, secretaria Académica, mencionó a los mejores graduados de las carreras de Producción Musical y Artes Sonoras y de Artes Musicales y Sonoras. De la primera: Steven Mejillón Clemente, Darío Dávalos Ciurliza, Ariana Ballesteros Chumo, Rodrigo Guamán Toapanta, Abraham Vivar Salazar y Juan Pazmiño Heredia. De la segunda: Elio Santana Palma, Javier Anchundia Carrillo, Julián Gil Marín e Ingrid Polanco, quien dio el discurso como mejor graduada.

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