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Muestra “Un silencio que se esconde en la lengua”, de Julio Candell, Josué Ayala y Andrea Moreira, un proyecto curatorial de maestrante Laura Nivela

Como un encuentro de tres artistas visuales: Josué Ayala, Andrea Moreira y Julio Candell, que “dialogan con ironía e implacable honestidad sobre el trauma (que en griego significa herida), el silencio, las pesadillas, la memoria y la muerte mediante sus obras pictóricas e instalaciones multimedia”, señala Laura Nivela en su texto curatorial a la exposición “Un silencio que se esconde en la lengua”, que hasta el 30 de este mes se mantendrá abierta en el Estudio de Arte Letrán (Urdenor 1, manzana 121, solar 5). 

Moreira es estudiante UArtes y Ayala y Candell son alumni. Su muestra se inauguró el pasado 16 de septiembre, concebida como una invitación a mantener la mirada “y sensibilizarnos con nuestros propios miedos y pesadillas”, acota Nivela. Agrega que la propuesta expositiva es un reto “a acercarnos cada vez más para observar a detalle cada susurro y alucinación. Nos abraza en el dolor y en el verbo de la mirada”. 

Laura Nivela, quien fundó y dirige la editorial Crímenes en Venus, es alumnus de la UArtes y también funcionaria. En el 2021 obtuvo la licenciatura en Literatura y en la actualidad estudia la maestría de Políticas Culturales y Gestión de las Artes. Su participación en “Un silencio que se esconde en la lengua” se dio justamente como un proyecto curatorial del programa de posgrado que cursa; la investigación previa, explica, la realizó en la cátedra de Paulina León.   

Mencionando el texto “Blancas Inquietudes”, de Georges Didi-Huberman, Nivela retoma el significado griego de trauma –herida– para indicar en su texto que curatorial que “dicha herida es un tormento, un síntoma más o menos doloroso que viene a atravesar, a inquietar, el ejercicio normal de una actividad cualquiera”. 

Añade que, retomando la acción del dedo de Didi-Huberman, considera que cada una de las obras reconoce que “es preciso para ver, para saber y testimoniar, poner el dedo en la herida, es decir, reabrir la herida, despertar el dolor, profanar lo intocable” con la intención de mostrar un “montaje de silencios”. Teniendo en cuenta que “un silencio aparece a menudo en medio de la palabra que atestigua. Un silencio lleva a menudo (…) la intensidad misma de lo que se dice”. 

“Esta curaduría se gesta desde la búsqueda de obras que se chocan con los extremos del grito, la antropofagia de las técnicas clásicas, el uso de materiales atípicos, desarrollo de personajes y narrativas retorcidas y atormentadas en sus propias gesticulaciones. De la mano del arte contemporáneo y la transdisciplinariedad, las obras que verán a continuación son diversas voces dentro de un poema que deciden traspasar las máscaras del día a día supurando sobre las paredes y frente a nuestra mirada para incomodarnos y generar debate, pero también un alivio”. 

En este diálogo, anota Nivela, se parte desde la herida como un abismo donde nuestros dedos y miradas inquietas atisban una cotidianidad superficial y desean alterarla/roerla para contemplarla en su putrefacción. En la inauguración de la muestra intervino el poeta Tyrone Maridueña con una parte del contenido de “Introducción al pánico”, su poemario, el cual, anota Nivela, es una de las obras poéticas base de su curaduría.

En la inauguración de “Un silencio que se esconde en la lengua” participaron también Marco Herrera y Francisco Ochoa, alumni y estudiante, respectivamente, de la carrera de Artes Musicales y Sonoras, con repertorios de jazz y música latinoamericana. 

“Un silencio que se esconde en la lengua” se puede visitar en el Estudio de Arte Letrán de 18:00 a 20:30 hasta el 30 de septiembre. Los últimos dos días se realizarán visitas guiadas. 

En imágenes, la inauguraciòn de la muestra en el Estudio de Arte Letrán.

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