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De podcats y formatos radiofónicos habló en taller Omar Rincón; dialogó también con Radio UArtes y el ILIA

Omar Rincón, investigador de medios y profesor asociado de la Universidad de los Andes de Bogotá, vino a la UArtes para dictar el taller de podcast y formatos radiofónicos “Ideas Mutantes Sonoras”, que se desarrolló del 22 al 25 de noviembre en la Biblioteca de la Artes, organizado por el Vicerrectorado de Posgrado e Investigación en Artes. Mantuvo, asimismo, un conversatorio sobre Periodismo Cultural, propuesto por el ILIA, en el marco de su Seminario Permanente.  

Justamente por abordar el tema de podcast y formatos radiofónicos, Omar Rincón dialogó como la docente Ybelice Briceño para Radio UArtes. En el espacio se autopresentó como “hijo de la cultura oral”, en el sentido de no solo hablar, sino de contar historias. “Me gustaría ser el que escucha. Técnicamente, eso es lo que más me gustaría tener en la vida”, refirió, revelando de que duró más de 30 años “en silencio” y que después no podía parar de hablar. “Es como una autocrítica, creo que, si escuchara más, sería mejor narrador”.

Frente a la interrogante de Briceño de si tiene sentido hacer radio hoy en día, Rincón señaló que, al momento, la sonoridad se habita al máximo nivel. Consideró que mandar noticias por Whatsapp es hacer radio, “de la vieja radio que se mandaba mensajes por cartas y el locutor la leía; el Whatsapp se ha vuelto oral, como una radio cotidiana”. 

A los podcasts los denominó como el “nuevo arte sofisticado de lo sonoro”; los paisajes sonoros que captan los movimientos distintos de las ciudades, además de la presencia de aplicaciones digitales orales como Siri, Alexa, Waze, etc. “Uno podría como verlo como quieren verlo los fans de lo digitalizado, la muerte de la radio y el triunfo de lo sonoro; o uno podría verlo como una expansión de la radio y la constitución de lo sonoro como el gran escenario narrativo y filosófico del tiempo contemporáneo”.

Se refirió al término “trasmedia”, antes utilizado para radio, televisión, Youtube, Instagram; mas, ahora, se ha determinado que también debe incluir el espectáculo, la performance en tanto lo físico. “Vivimos especies comunicativas expansivas en lo visual también. La televisión murió, o uno pensaría que no, porque se volvió Youtube, Instagram, Twitch…, entonces todos dicen que no es televisión. Pues el germen es televisivo, Youtube, eso es un canal de televisión lleno de comerciales”.

Parece ser que la publicidad, comentó, es el único modelo de negocio moderado por el capitalismo ante una expansión de especies digitales comunicativas. Las franjas de comerciales han invadido la gran mayoría de plataformas digitales como Youtube, TikTok, Instagram y, tal parece, próximamente Netflix. “Nunca sacan un comercial por bajo rating o baja calidad estética o calidad narrativa (…) no lo sacan del aire porque están pagando. En cambio, un programa puede ser maravilloso, pero no tiene rating”.

Ybelice Briceño condujo el diálogo hacia la manera de narrar de programas radiales en vivo, cómo ha evolucionado en los podcasts y las audiencias a quiénes se les hablará. Lo interesante, dijo Rincón, es que la audiencia se ha vuelto la protagonista de la comunicación pública. “Uno hacía un programa para ver si le iba bien y no sabía a qué publico iba y el periódico era para la clase intelectual política y de opinión pública”. Hoy, las audiencias deciden cómo, cuándo, dónde y qué consumir. La radio, frente al podcast, tiene su poder en el “en vivo”, el tiempo presente que se conecta con cotidianidades de la gente. “El podcast lo oímos cuando queramos, si nos ponemos simplicistas”.

Estimó importante erradicar cualquier arrogancia del que emite como único portador del “derecho a la voz”. Sugirió que “la radio podría ser la ciudadanización de lo sonoro. Todo el que tenga una historia, la cuente. Ejemplos hay por todos lados (…) La radio sí permite ese desparpajo narrativo de la oralidad y si alguien quiere llamar y cantar el cumpleaños, ahí no es un podcast, eso es radio porque es en vivo, aunque sea en diferido, porque la persona lo mando en vivo”.

El podcast, anotó, es un descubrimiento en base a que la radio fue perdiendo la diversidad. De radionovelas, transmisión de obras cómicas, la radio fue consumida en su totalidad por la música “y lo peor que, ahora, se lo está comiendo el chiste fácil, homofóbico, sexista, ridículo, malo, burlándose del otro”. El podcast, por su lado, se redescubrió para contar historias de ficción, documentales, ensayos, paisajes sonoros y ha acaparado la atención de un público joven. Las masas han aprendido de un tipo de sonoridades a medida que han hecho utilidad de plataformas de audio como Spotify.

Rincón señaló que el podcast liberó cualquier moral conservadora, familiar, racista, clasista que se ha visto en la radio. “El podcast tiene que ser feminista, pro diversidad sexual, pro medio ambiente, en pro de los derechos. Liberó la moral de los cuerpos, las autonomías corporales, las censuras del habla. Se puede hablar como se quiere”.

Briceño manifestó que desde su lanzamiento Radio UArtes esperó crear una identidad de espacio que le habla a públicos con distintas culturas de escucha y preguntó cómo lograr la reapropiación de formatos orales en el sentido de lo cotidiano y el “en vivo”. Rincón explicó dos temas claves: la provocación que se halla en las artes como motor para incentivar al oyente a formular sus propios pensamientos y no estar de acuerdo obligadamente con el emisor. Lo segundo, juntar las minorías y que coexistan entre ellas. “Imaginaría mucho más la emisora de la Universidad de las Artes como la constelación donde hay estrellas y en el centro está el sol: la radio. Hay una constelación de feministas, jóvenes, rockeros, cumbieros, señores, madres, hijos”.

Recomendó desarrollar espacios de crítica, como tomar fragmentos de otros programas y crear reflexiones alrededor de ello y los consumos culturales de las personas. Música, deporte, etc. “Esa parte crítica-reflexiva que nos lleva a pensar en otro lado, pensamiento de crítica, miradas diversas sobre el mundo desde la universidad”.

Finalmente sugirió no “hacer radio” únicamente por y para los académicos, sino que incluir siempre a los estudiantes, en primera instancia. A sus familiares, que lleven sus vivencias y las compartan, para así conformar una comunidad educativa y pasar a lo que llama “comunidad de sentido de la Universidad de las Artes”. “Crear comunidad con familia, profesores, invitados; crear comunidad alrededor de esto y no excluir a los ciudadanos de este paquete”. Pedirles, adicionalmente, a los invitados de la Universidad a que preparen podcasts, programas de radios y que así dejen su herencia.

“15 minutos de promedio, si alguien quiere hablar más, si alguien quiere dar charla de dos horas; usted escoge formato, tema, herencia”, recomendó Rincón. “Cada cual se enuncia como quiere y lo que quiere dejar”.

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