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Es el primer documental que la directora ecuatoriana grabó en Ecuador. Este recorre los caseríos y transita por Azuay, Manabí, Orellana e Imbabura para enlazar retratos de personas en el transcurso del tiempo y describir a un país a través de los contrastes de las escenas, sin personajes centrales.
Producido por APAK, el video documental es el resultado de una investigación
histórica que da cuenta de la producción de tejidos, los viajes, el comercio de artesanías y la música tradicional en la identidad del Kichwa Otavalo entre 1905 y 2010.
Dos cineastas ecuatorianas y una venezolana descendiente de japoneses fueron las protagonistas de la mesa de diálogo “De la idea al formato. Del formato a la obra” que la tarde de hoy, jueves 24 de octubre, se desarrolló en el auditorio del MAAC, como parte de la programación de Inter[•]actos-Encuentros Públicos de Artes, y que contó con Juan Martín Cueva, director de la Escuela de Cine de la Universidad de las Artes, como moderador.
Ramiro Noriega, rector de la Universidad de las Artes, animó a los estudiantes y comunidad a incidir de manera directa en que los espacios culturales crezcan. “La educación pública en artes es un derecho y una realidad que hay que mantener y exigir de manera permanente”, dijo.
Destacar la importancia del patrimonio fotográfico, generar conciencia acerca de los riesgos que lo amenazan y ofrecer alternativas de capacitación en la conservación, organización, manejo y difusión de los acervos y archivos fotográficos en América Latina.
La directora Kaori Flores Yonekura comentó en Inter[•]actos que el documental desentraña la historia de sus abuelos japoneses y los detalles de una migración que habían permanecido en el silencio.