Del Libre Libro, la obra “400 metros” llegó al MAAC e irá a Colombia y Perú; su autora continúa “Haciendo Calle”

Imparable. La palabra no solo sintetiza el recorrido que viene teniendo 400 metros. Arte, calle y comunidad, la obra de María Fernanda López, docente de la Universidad de las Artes, sino también el transitar de su autora. A nivel nacional la presentó en la VII edición de Libre libro 2021, que la Escuela de Literatura organizó del 17 al 20 de noviembre, y también en el MAAC; antes hizo su lanzamiento en España y México, y en breve hará lo propio en Colombia y Perú.

La presentación en Madrid sucedió en octubre, en el marco de la IV Jornada de INDAGUE, la Asociación Española de Investigadores y Difusores de Graffiti y Arte Urbano de la cual la docente UArtes es miembro. La de México, en septiembre, en la Galería Panteón del DF, a donde viajó para realizar la curaduría de la muestra Ritos, del ecuatoriano Juan Pablo Ache Vallejo: unos relatos gráficos, visuales y escultóricos que se asemejan a líneas tribales, y que responden a la indagación y cuestionamiento de “sistemas de comunicación contemporáneos y fundacionales”.

México DF, Puebla y Guadalajara fueron testigos del trabajo de López y Vallejo, quienes llevaron su propuesta artística y labor investigativa a través de exposiciones, intervenciones en espacio público y conversatorios. Todo, indicó la catedrática, desde la autogestión y las redes de colectivos independientes que abordan el trabajo creativo de calle.

La docente UArtes es la creadora de Emergencias Curatoriales, plataforma que editó el libro y que, ha dicho, “entiende a la curaduría como un dispositivo político que se desborda y genera procesos sostenidos en torno al arte de calle”.

A su obra López la describe como un ejercicio testimonial de acción desde la docencia, la gestión, la curaduría y la calle en un contexto latinoamericano afincado en Guayaquil.  

Que 400 metros. Arte, calle y comunidad se sigue escribiendo y desarrollando, dijo López en el lanzamiento que tuvo, el 17 de noviembre, en Libre Libro, pues todas las acciones enmarcadas en el impulso de la cultura urbana son registradas. De allí que no sea la tradicional, con pasta y lomo, sino la de un cuaderno anillado con hojas en blanco para que los lectores también plasmen sus inquietudes.

Justamente, como parte de las acciones en referencia se continúan desarrollando en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) las jornadas que son parte de su proyecto Haciendo Calle. Este martes 23, se hablaron de los “Procesos de visibilización del graffiti”, una presentación de proyectos curatoriales y publicaciones relacionados con el arte urbano, el rap, el hip-hop y el grafiti. Allí López relanzó su obra. Participaron con ella Sara Arana, la abogada del rap, autora de El hiphop es vida; y, Martín López, quien presentó la segunda edición de la revista Ultravandal Pro. Asimismo, se conoció más de Prende la mecha: reflexiones sobre chapeteo guayaco, editado por Sociedad Anómica. Igualmente se estableció el diálogo “Mujeres en las calles y en los libros”.

Aunque se confiesa una nacionalista afincada en América Latina, López contó que a donde ha ido se ha sentido como en casa. Es la única latinoamericana que es parte de INDAGUE, cuyos miembros la recibieron con “una humildad y cariño tremendos”, lo cual no había visto en ninguna asociación ni cuerpo colegiado. En Madrid sintió una gran empatía, la apoyaron con la estadía y los traslados. Allá se codeó con personajes como Fernando Figueroa, a quien señala como el mejor teórico de habla hispana sobre arte urbano y graffiti; Juan Canales, Jaime Gómez, Ramón Pérez Senda, gente que ha publicado tremendos libros “y aun así mi pequeño 400 metros. Arte, calle y comunidad salió a flote y gustó mucho”. Reiteró que su formato atípico de impresión gustó mucho.

“Es más un cuaderno de trabajo que un libro porque tiene un registro autobiográfico de mi presencia en Guayaquil en estos seis años, que es donde recojo el proyecto 400 metros, plataforma diversa de arte urbano. Por eso la división de 100 metros de gestión, 100 metros de docencia, 100 metros de curaduría y 100 metros de asfalto”.

Consta, añadió, la metamorfosis que sufrió como docente e investigadora hasta convertirse en la señora grafitera. “Duró muchos años, hasta tomar el aerosol, la brocha… Respeto mucho a los artistas urbanos que arriesgan sus vidas en rieles de los trenes, de los metros, subiéndose a grandes alturas. Son gente que entregan su vida en lo que hacen. Es una convicción hacer calle”.

En México, López indicó que con Ache Vallejo continuaron Haciendo Calle por Guadalajara y Puebla, donde también estuvo Ritos y fueron testigos del trabajo en exteriores de estos artistas, quienes trazaron sus líneas y formas.

López fue una de las promotoras de la Bienal Haciendo Calle, de Arte Urbano, en plena pandemia, donde la cuarentena quedó plasmada. También es la gestora de “Cartografías paganas”, que tras su éxito espera volver al MACC para plantear las “Cartografías del encierro: calle, memoria y pandemia”.

Muchos confunden al arte de calle con actos de vandalismo. López explicó que la práctica del graffiti es la que puede caer en este saco, aunque este concepto estaría caduco. “Hay que superar esta relación de arte urbano igual a vandalismo, porque el arte urbano siempre ha sido asimilado de manera positiva, pensemos en el movimiento muralista y sus grandes exponentes”. Junto con estudiantes UArtes ha pintado 25 verticales, que son parte de Haciendo Calle.

Foto, cortesía María Fernanda López. Son de @streetart_ecuador 

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