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Enseñanza en modalidad virtual, un reto y esfuerzo conjunto

A casi un mes de haber iniciado clases online, varios estudiantes de la Universidad de las Artes, consultados por InfoUArtes, califican como un reto y esfuerzo conjunto la modalidad virtual adoptada. Ellos dan a conocer cómo se han ido desarrollando las actividades académicas del I Semestre 2020, el cual arrancó el 4 de mayo.  

La UArtes se acogió a la enseñanza en línea en cumplimiento a las disposiciones del Estado ecuatoriano, que por la emergencia sanitaria ante la pandemia del COVID-19 decretó cuarentena nacional, y para salvaguardar de la manera más estricta la salud del estudiantado y su comunidad universitaria. Lo hizo utilizando tecnología interactiva multimedia y entornos virtuales de aprendizaje. Para el efecto conformó un comité de educación en línea, a fin de garantizar el acompañamiento de estudiantes y docentes.

“Lo considero un reto para todos –alumnos, docentes y administrativos– porque hemos debido, en nuestro caso, cambiar hábitos y convivencias”, indica Angie Cobos, estudiante del cuarto semestre de la Escuela de Literatura, quien confiesa que fue con la capacitación que recibió de la Universidad de las Artes desde finales de marzo y durante todo el mes de abril que pudo conocer del uso de las plataformas Moodle y Zoom. “No las había utilizado y desconocía todo referente a ellas. También fue tremendamente positivo que nos hicieran una encuesta sobre la accesibilidad tecnológica que tenemos y que con esos resultados se haya impulsado una campaña de donación de dispositivos para quienes carecían de ellos”, expresa.

Josué Rodríguez, del cuarto semestre de la Escuela de Artes Visuales, considera que la enseñanza en línea funciona y que depende en gran parte de que los estudiantes sean autodidactas. Los profesores, asegura, están muy comprometidos con la modalidad y son tolerantes, se preocupan por sus estudiantes, preguntan si tienen algún problema con la clase y piden ideas para seguir innovando la modalidad en línea y así mejorar.

Kendra Lindao, también estudiante de Literatura, lamenta la situación que vive el país y el mundo, pues aunque cree efectiva la enseñanza en línea y aplaude la decisión de la UArtes de no retrasar su preparación académica, “se extraña la interacción presencial, el compartir y la calidez de estar junto al otro. Ahora se interactúa a través de una pantalla tratando de acortar distancias”.

Víctor Espinoza, de la Escuela de Artes Sonoras, confiesa no sentirse conforme con la enseñanza virtual y que prefiere las clases presenciales, pues ni las exigencias ni las ganas de estudiar son las mismas. Jenny Jaramillo, de octavo semestre de Creación Teatral, indica que para su experiencia social y el aprendizaje de su carrera requiere “estar, convivir, ser”; “sin embargo, ante a la situación que vivimos no hay otra alternativa. Lo único que podemos hacer es adaptarnos y darnos cuenta de que la UArtes está haciendo lo posible para que tengamos una educación de calidad. Nuestra forma de contribuir es investigando, participando en los foros y siendo positivos”.

Frente al proceso de adaptación a este nuevo entorno virtual, Daniella Vera, estudiante del quinto semestre de Literatura, asegura que las clases virtuales no se diferencian de las presenciales. Leer en PDF y entregar trabajos con límite de tiempo son ahora parte de su cotidianidad, así como los problemas de conexión que se presentan de vez en cuando.

“Pese a los esfuerzos existen problemas de conectividad o de comunicación y hasta desconocimiento de algunas herramientas tecnológicas, aunque hubo capacitaciones”, agrega Kendra Lindao. Ella suma la ansiedad generada por la crisis sanitaria que afecta al país, “pero tenemos –estudiantes y docentes– mucha predisposición para sobrellevar de mejor manera esta situación. Una muestra son las varias actividades artísticas que la UArtes ha ido desarrollando a pesar del aislamiento”.

Charlotte Föster admite que tuvo incertidumbre por saber cómo se desarrollarían las clases virtuales en casos como el suyo, pues cursa el octavo semestre de Artes Visuales y su preparación es más bien práctica. “La capacitación despejó mi duda. Todo fue muy sencillo y práctico. Hubo una total entrega por parte de los tutores y de los compañeros que participaron como capacitadores”.

Que están todos muy pendientes, añade y revela la creación de grupos de WhatsApp y cuentas en redes sociales para estar permanentemente comunicados y recibir ayuda. “El apoyo es también emocional. Se ha considerado, incluso, que hay estudiantes con solo una computadora en casa y que sus padres y hermanos también deben utilizarla por el teletrabajo o los estudios, entonces los docentes tratan de que la clase no se extienda todas las horas y nos envían a realizar trabajos de manera individual y se mantienen en contacto vía correo o telefonía; podemos interactuar con ellos y los compañeros”.

La estudiante pondera que al ser enseñanza virtual la jornada se puede distribuir mejor. No hay que salir a la universidad y todo lo que conlleva hacerlo –desde arreglarse hasta preparar algún alimento para llevar–. “He tenido tiempo para leer e investigar y empezar a concebir el proyecto que presentaré para mi titulación. Creo que se debe sacar provecho de este encierro forzado para incluso hacer el ejercicio de interiorizarnos, aclarar pensamientos, identificar patrones y realizar cambios. Yo creo que el deber del artista es el de curar al hombre, manteniendo viva su parte humana. Esa es la magia que hay que crear. Finalmente la lucha del artista es su regalo al mundo y por esto todo sacrificio es válido”.

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