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Del trabajo en territorio, María José Icaza dijo que los grupos de atención prioritaria son la primera opción

La intervención de María José Icaza, directora de Vinculación con la Sociedad, en la sesión solemne por los 10 años de creación de la Universidad de las Artes, se dio como paso previo a la presentación de un coro integrado por niños y niñas de Nobol y Daule, acompañado por un ensamble de jóvenes músicos, todos parte de las Escuelas de las Artes, proyecto emblemático de la Universidad de las Artes que se desarrolla de manera conjunta con la Prefectura Ciudadana del Guayas y gobiernos locales.

Icaza anticipó hablar por la dirección a su cargo y por Formación Continua y la Jefatura de Prácticas Preprofesionales, que dirigen Natalia Tamayo y Janina Suárez, respectivamente. “Estamos aquí porque nuestra universidad fue creada como un proyecto de transformación social, con la ilusión de cambiar la matriz productiva, a la luz de una reforma de la educación superior y del Estado mismo, con una Constitución que es una conquista social, que entendió a la educación como un bien público”, expresó.

Como institución pública, agregó Icaza, estamos para servir, “como si cada día fuese la última oportunidad para cambiar las inequidades, para pensar en salir del conservadurismo, para garantizar el acceso al derecho a la educación en artes y a las artes como producto de conocimiento”.

El grupo de niños y niñas a quienes Icaza anunció presentaría, y que se encontraba ya en el escenario en compañía de jóvenes músicos, todos partícipes de las Escuelas de las Artes, “representa a más de 300 niños de la provincia del Guayas con los que estamos trabajando de la mano de más de 300 familias, seis alcaldías y la Prefectura”.

Ellos representan a miles –más de 20.000– niños con los que la UArtes trabaja anualmente. Tenemos un enfoque y una metodología para trabajar con infancias, como nuestra Sala Ría, en la Biblioteca de las Artes. Icaza mencionó también a los proyectos Pacha, Monte Sinaí, Praxis, Feria, Barrio Acogiente y los desarrollados en Nigeria, “porque entendemos que no podemos hacer educación superior pensando solamente en este momento, en nosotros, de manera egoísta y conservadora”.

El coro de niños y niñas de las Escuelas de las Artes del Guayas, junto al ensamble de jóvenes músicos.

Tenemos un mandato. “Estamos haciendo universidad para la vida, para muchas vidas, para las de ahora y para las que vienen, para los grupos de atención prioritaria que son nuestra primera opción, porque somos una institución pública; con las familias en el Noroeste, en la Isla Trinitaria, en el centro, en el sistema de rehabilitación social, en los centros de acogida, para las personas adultas mayores, con las personas en condición de movilidad, con las comunas que luchan por el derecho a la tierra en Engabao o en Santa Elena. Para los niños que vienen de la pandemia, para los niños en cuyas familias o comunidades han sobrevivido a matanzas, para los niños que han sido descuidados por el Estado, para los que son discriminados, para los niños que no tienen acceso a la educación y menos a la educación en artes, para los niños hijos de la nueva ola migratoria. Por eso estamos aquí. Y, sin duda, porque sabemos que las artes pueden cambiar las cosas, porque lo estamos haciendo”, añadió.

Los proyectos son diversos y el que ahora presentamos, anotó la directora de Vinculación con la Sociedad en referencia al que iba a compartir su canto en la sesión solemne, “nos permite mostrar la posibilidad de hacer incidencia en la política pública, aunque eso tiene un costo. Y es un costo de esfuerzo redoblado que trae complejidades, rebasar la idea de que estamos aquí de manera temporal para cumplir con un indicador y reconocer que la educación, efectivamente, es y debe ser un derecho para participar en mejorar las condiciones de vida, en construir eso que decidimos llamar Buen Vivir, articulado al Sistema Educativo, al Plan Nacional de Desarrollo, a las instituciones públicas, entre ellas, a los gobiernos locales; sentarnos en la mesa con personas que representan visiones diversas, mantenernos porque tenemos la certeza de que es posible y que debemos hacernos responsables de los sueños”.

De la mano de docentes, graduados, estudiantes, familias y comunidades, desde la educación pública en artes tratamos de cambiar las inequidades porque entendemos que nuestro rol como institución pública es también garantizar el ejercicio de derechos, dijo y anunció: “Nos complace presentar a un ensamble conformado por talentosos niños y niñas provenientes de los cantones Nobol y Daule, en la provincia del Guayas. Estos jóvenes músicos son integrantes del proyecto Escuelas de las Artes del Guayas, el cual se ejecuta en el marco de un convenio entre la Universidad de las Artes y la Prefectura del Guayas y de seis municipios: Milagro, Nobol, Marcelino Maridueña, Daule, Simón Bolívar y comunidades de Durán”.

Los niños y niñas, contó Icaza, se dedicaron los últimos tres meses a aprender, ensayar y perfeccionar su arte con una pasión contagiosa. El tema que se aprestaban a interpretar era “Sin miedo”, una composición de Alex Hincapié –titulado en la UArtes por Validación de Trayectorias–. “Es un testimonio que no solo resuena en acordes pop-rock, sino que también refleja la dedicación y la creatividad de un equipo de más de 25 graduados trabajando en el proyecto. Fue creada con la mirada puesta en las necesidades y realidades de la infancia en la provincia del Guayas. En un momento donde la violencia parece nublar el horizonte, estos jóvenes artistas nos traen un mensaje claro y poderoso: que todo niño y niña merece vivir en un entorno de armonía, sin miedo, rodeado de felicidad, recordándonos la importancia de proteger y nutrir los sueños de la infancia”.

Este laboratorio que es la universidad nos permite decir que sí es posible hacer una educación diferente, comprometida de verdad en la transformación social. “Gracias a los niños y niñas de Daule, a sus familias, a los docentes, a los estudiantes que son parte de esto y a las instituciones con las cuales lo hacemos posible. Gracias por esta universidad donde diariamente debatimos y luchamos para garantizar que la educación sea para transformar”, concluyó Icaza.

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