Es el primer documental que la directora ecuatoriana grabó en Ecuador. Este recorre los caseríos y transita por Azuay, Manabí, Orellana e Imbabura para enlazar retratos de personas en el transcurso del tiempo y describir a un país a través de los contrastes de las escenas, sin personajes centrales.
La trayectoria de “Territorio” se inicia en el océano, atraviesa las montañas y llega a la selva. Su directora, Alexandra Cuesta, quien lo determina como un documental, lo grabó con cámara fija y tomas cerradas, una cámara video digital de 16 milímetros. Invitada a participar en Inter[•]actos-Encuentros Públicos de Artes, la cineasta ecuatoriana contó que usar ese formato le significó una forma de plantearse un problema: ajustarse a la idea de lo inmediato para hacer una película que se detiene en el tiempo de tránsito y en el silencio de sus personajes.
En “Territorio”, Alexandra Cuesta recorre los caseríos que se observan desde la carretera. Transita por las provincias de Azuay, Manabí, Orellana e Imbabura con el propósito de enlazar retratos de personas en el transcurso del tiempo, en poblados pequeños; de describir a un país a través de los contrastes de las escenas, sin personajes centrales y rostros siempre esquivos, silenciosos. En una serie de planos cerrados las personas son conscientes de que la cámara está allí, tensionándolos mientras la cineasta que está detrás intenta descubrir su naturalidad.
En Inter[•]actos, Alexandra Cuesta intervino primero en un cine foro, en el que luego de la proyección los presentes -en su mayoría estudiantes y docentes de la UArtes- destacaron su reto de pasar de lo analógico a lo digital y de cómo la producción construye una experiencia temporal que oscila entre geografías reales e imaginarias. También participó en una mesa de diálogo titulada “De la idea al formato. Del formato a la obra”, junto a las también cineastas Samia Maldonado, de Ecuador, y Kaori Flores Yonekura, de Venezuela. Ambas actividades tuvieron lugar en el auditorio del MAAC este jueves 24 de octubre.
Es de anotar que el cine que Alexandra Cuesta ha desarrollado desde su primera toma se construye a partir de una serie de limitaciones o condiciones que ella misma se plantea y nunca usa un guion.
El documental “Territorio”, mencionó la directora, parte de la obra “Diario de un viaje a Ecuador” del poeta vanguardista belga Henri Michaux, quien llegó al país por barco en 1927. El autor consideró a su obra como un trabajo inacabado y Cuesta encontró fascinación en esa incompletitud del libro de Henri Michaux, el cual le sirvió de guía para construir su propia descripción en fragmentos.
La confrontación del encuentro con las personas y con los lugares se da desde una mirada familiar y ajena simultáneamente. Desde este conflicto se construye la experiencia temporal y es desde ahí que parten las decisiones formales del viaje. La idea de “Territorio” oscila entre lo real e imaginario y la narrativa aparece en los intersticios.
Previamente el documental se llamó “País invisible”. Recibió Fondos del Consejo Nacional de Cine de Ecuador para su realización. Y se exhibió en el Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC); también fue parte de la Bienal de Cuenca de 2016, que curó el estadounidense Dan Cameron.







