Gabriela Andrea Serrano Soto, estudiante de la Escuela de Artes Visuales, sustentó tesis el 1 de mayo vía videoconferencia. Su proyecto de titulación es MAL y detalla que por medio del dibujo buscó las diversas sucesiones normalizadas y consideradas como modelos de vida, a la vez que dialoga con sus antecesores (dibujos de la primera etapa 2012-2015) y los discursos pasados, mientras recorre una gráfica que sondea mediante su formalidad los trazos con los que menciona y da énfasis a cada serie. Estos dibujos, inspirados por la conciencia feminista, tuvieron el objetivo de recabar información por intermedio del recuerdo, del síntoma y de la percepción, con el fin de recrear la forma y el contexto en que sucedieron los hechos que hasta ahora la han conformado como persona.
Su proyecto, agrega, propone simultáneamente “objetar el sentido de nuestros actos y la incesante necesidad de creer o pertenecer a algo que nos haga transitar por caminos tangibles, empero, no por ello confortables o seguros. Esto con el afán de procurar desentrañar las regularizaciones sesgadas por las nociones de sexo y género que nos atraviesan como sociedad, al tiempo que se aspira a generar reflexión que permita pensar una convivencia más acorde a nuestra condición de humanxs y seres vivxs”.
La motivación para este proyecto surge de la exploración de su condición de ser humana. “Esto incluye un amplio espectro de sensaciones y pensamientos relacionados tanto a mi perspectiva particular como al encuentro con lxs otrxs y al espacio que habito. Este escenario acoge la infinidad de realidades humanas posibles, las cuales se conjugan entre sí para dar origen a una intensa gama de encuentros y fricciones que agitan las mareas psíquicas de cada persona”.
El proyecto MAL lo desarrolló entre octubre y diciembre de 2015; su fase de elaboración de dibujo concluyó a finales de 2019, aunque el calendario para realizar la exposición lo empezó a trabajar a inicios de ese año. “Para producir la obra utilicé material de bitácora (plumas, lápices, marcadores, correctores, goma, cartulinas), con el que he venido trabajando desde 2012. El lugar que elegí para la muestra fue Muégano Teatro y en el proceso tuve la oportunidad de entablar un diálogo con este espacio teatral y oscuro que removió en mí la idea del cubo blanco como opción de diálogo visual, al que terminé atribuyéndole la forma de un supuesto papel vacío (como si lo demás escrito en su momento dentro de esos lugares no existiese); espacio que supone una ‘neutralidad’ que no nos conforma como seres humanos”.

A diferencia de lo anterior, la oscuridad que ofrece “la caja negra”, por su parte, no me ubicaba en ningún lado reconocible, volcándome a la incertidumbre, desvaneciendo la imagen sin que este ejercicio implique dejar de existir, permitió volverme un ser irreconocible; la oscuridad obliga a comunicarnos de otra manera, nos exige ser más sensitivos, mientras nos permite imaginar y, así mismo, nos tienta a temerle, a recorrerla y enfrentarla.
Gabriela Serrano indica que al considerar el montaje se percató de que el terreno la obligaba a rememorarlo, a comprender lo que sucede en él. “A partir de esto sobrevino la idea de la puesta en escena y del artificio del portarretrato, a partir de lo cual consideré como recurso a las ilustraciones, en forma de actrices, las cuales tienen la capacidad por medio de la puesta y el dispositivo expositivo de ficcionar sus reminiscencias, mediante su formalidad y su adecuación simbólica, en tanto pueden aprovecharse para relacionar la noción de adornar un recuerdo o comentario en medio de la validada y muy requerida tradición del enmarcado en el arte dentro de la galería, enfrentado en la diferencia con el portarretrato y su empleo para de esta manera cuestionar ¿cuál es la importancia que damos al momento de velar entre las representaciones artísticas que guardan la historia colectiva a diferencia de las imágenes que contienen memorias individuales y afectivas para las personas? Y también cuestionar: ¿qué información nos interesa recabar y mostrar y cuál es nuestra intención con este acto?”
En el ejercicio, explica, procura crear un diálogo “entre espacio – dispositivo expositivo – movimiento simbólico de las formas dispuestas en el montaje – dibujo y contenido, con la intención de asemejar un recorrido que nos sugiera cuestionar nuestro lenguaje corporal frente al movimiento requerido para encarar la obra”, expresa Gabriela Serrano.
Las seis series de su muestra, sostiene, estuvieron dispuestas así: Serie 1, Memoria episódica (título provisional) – Acostadas y paradas – Sobre tarima; Serie 2, MAL nacidas. – Fila (una al lado de otra) – Sobre tarima; Serie 3, Instinto Mal adaptativo de conservación. – En Círculo – Sobre piso; Serie 4, la forma de las piedras – En columna (una atrás de otra) – Sobre tarima; Serie 5, el retorno de Saturno – Sin orden concreto (desorden) – Sobre piso; y, Serie 6, Emergiendo del Río Escalda – Suspendida desde el techo (boca abajo).

Acerca de la sustentación de tesis, Gabriela Serrano manifiesta que al hacerlo en videoconferencia la organización fue distinta, pues al no salir de casa contó con más tiempo para prepararse y, de ser el caso, resolver cualquier situación técnica con la video-llamada. Llevar la exposición MAL a Quito, en septiembre de este año, es el siguiente paso de la estudiante una vez obtenido el título. “Fue seleccionada para formar parte de la agenda de Exposiciones 2020 de Arte Actual FLACSO, tras participar en la convocatoria ‘Otras formas de hacer mundo’. También desarrollará nuevas series de dibujo. “Pienso buscar una beca completa para realizar una maestría fuera del país, a fin de expandir mi sentido y conocimiento sobre las prácticas artísticas”.