Martín Israel Villa Armas, quien recientemente se tituló como licenciado en Artes Musicales y Sonoras, en la Universidad de las Artes, tituló como “Balada de amor a Otavalo: Ciclo de obras para recitante y guitarra eléctrica” a su tesis de grado.
Esta consistió, señala, en la composición de música para cada poema que conforma la obra Romancero otavaleño, de Gustavo Alfredo Jácome.
“Las motivaciones para realizar este proyecto vienen de la falta de música original destinada a obras poéticas, ya que la mayoría de performances en nuestro territorio que involucran poesía con un acompañante sonoro es ejecutado a modo de improvisación restándose importancia a sí mismo. De esa forma se pensó en realizar un trabajo que revitalice este formato desde un punto más académico y poner, al mismo tiempo, en circulación de nuevo ese hermoso poemario al que he tomado mucho cariño”, expresa.
El suyo fue un trabajo de investigación que inició un semestre antes de iniciar el proceso de titulación. Lo hizo de esa manera para poder dedicarle más tiempo a la composición, ya que ahí radica el fuerte del proyecto. “Gracias a ello pude escuchar mucha música, aprenderla, transcribirla en algunos casos para así tener más oportunidades de experimentar hasta encontrar el sonido que deseaba para cada pieza de cada poema. Corrí con la suerte de llevar conmigo lo necesario para poder trabajar de manera óptima hasta mi tierra, Otavalo, sin tener que recurrir a cambiar mi tema de tesis o, peor aún, desistir de entrar a la unidad de titulación, como fue el caso de varios compañeros”.
Pese de ello, agrega, debido al obligado confinamiento por la pandemia COVID-19 la obtención de recursos materiales y monetarios para suplir ciertos aspectos del proyecto se limitó, razón por la que hubo que usar lo que tenía a la mano y explotar los espacios y contactos de los que se disponían. “Trabajar en dichas representó circunstancias un reto y disfruté de ese proceso creativo; estoy infinitamente agradecido con las personas que me tendieron la mano para poder sacar a flote el proyecto y culminar esta fase de mi formación profesional”.
Tanto la predefensa como la defensa de su tesis las realizó vía online, justamente por la situación de pandemia que atravesamos. “Las sugerencias del jurado eran referentes a ultimar detalles en el escrito, a la mejoría de la calidad del audio, ya que al no contar con presupuesto y el tiempo necesario para desarrollar habilidades en la parte de producción, la calidad del sonido no alcanzó su máximo. También hubo la sugerencia de darle al proyecto el carácter de video documental; fue planeado como un recital, pero finalmente decidí hacerlo como un audiovisual”.