La Universidad Técnica de Manabí (UTM) fue anfitriona del III Diálogo para Tejer Alternativas: Reflexiones y Acciones ante la Crisis que se desarrolló ayer, 15 de mayo de 2024, y tuvo como tema central el Medio Ambiente. Nuestro rector, doctor William Herrera, participó en el foro, que es una propuesta de la Universidad de Cuenca, en colaboración con la Fundación Terranueva y la Universidad de las Artes.
Por la UArtes también asistieron a la cita Sara Tobar, directora administrativa, y María José Icaza, directora de Vinculación con la Comunidad, quien hizo la presentación de los expositores Tarcicio Granizo, Dilmo Párraga, César Lodeiros y María Fernanda Solís, quien intervino de manera virtual. Tras sus ponencias, se conformaron mesas de trabajo para concluir con una plenaria en la que se analizaron las varias conclusiones generadas en los debates.
Granizo habló de “Cambio climático, economía y ambiente”. Antes de su exposición, María José Icaza lo presentó como un biólogo con una trayectoria de más de 40 años que ha centrado su trabajo en la conservación ambiental en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en varios países de América Latina; es director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en el Ecuador, fue ministro de Ambiente de mayo de 2017 a agosto de 2018 y autor y coautor de publicaciones científicas y de difusión.
Para explicar el concepto de cambio climático, el panelista puso como ejemplo la cobertura que con un plástico se hace de una estructura, la cual se calentará porque el plástico hace los efectos de un invernadero. “Lo mismo sucede con el planeta, ese plástico son los llamados gases de efecto invernadero que hacen que el calor entre y no salga, y esos gases son, entre otros y principalmente, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso”.

Agregó que cuando hablamos de calentamiento global, hablamos de ese efecto invernadero. El cambio climático no solo es el aumento de la temperatura, sino las consecuencias que eso tiene y hay fenómenos naturales, como El Niño, que no están asociados al cambio climático necesariamente, pero sí hacen que las ciudades sean más vulnerables. El agua, subrayó, es uno de los temas fundamentales cuando hablamos de cambio climático y en ciudades como Quito, el agua depende de ecosistemas naturales.
Se refirió a los deshielos, la pérdida de glaciares y las amenazas naturales como aludes, aluviones, desbordamientos, deslizamientos, inundaciones, lluvias, marejadas, sequías y tempestades. Son fenómenos naturales muchas veces acrecentados por el cambio climático. Los temas ambientales, dijo Granizo, no son de ambientalistas y ecologistas, está directamente relacionado con la agricultura, la producción, la seguridad alimentaria, la salud, etcétera.
“Vemos que el 50% de la población mundial con menores ingresos es responsable del 7% de las emisiones, mientras que el 10% más rico es el culpable de casi el 50% de las emisiones y es importante entender también que, precisamente, los países que menos han contribuido al cambio climático son los más pobres y menos industrializados, pero son los que más sufren sus impactos. El problema no es solo ambiental, pues afecta a otros aspectos de la sociedad y de la economía”.
Tras referirse a muchos otros aspectos para entender el cambio climático y su impacto en la economía y el medioambiente, lo cual propiciaría luego una mesa de diálogo, Granizo dio paso a Dilmo Párraga, presidente de la Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro y activista social y político, entre otras actividades, quien destacó la intervención de la academia para analizar la situación que enfrentamos. “Desde la agricultura familiar y campesina creemos que la agroecología es la alternativa a todo lo que se viviendo a nivel global”, precisó. “Tanto en la provincia de Manabí como a nivel del país y de todos nuestros hermanos indígenas pueblos y nacionalidades estamos cultivando la tierra, pero sentimos que nuestros espacios de producción están siendo abonados. (…) La lucha es por el agua, por la tierra, por la semilla, por mantener la alimentación, de ahí la importancia de trabajar en conjunto”.

Mencionó la urgencia de brindar las condiciones necesarias para mantener al hombre en el campo y luego de sustentar lo que está ocurriendo a nivel de la agricultura, Granizo insistió en el llamado a las universidades para trabajar conjuntamente y no lograr solo la atención gubernamental, sino la creación de políticas que garanticen la producción y sostenibilidad agrícola. Planteamos una línea de la agroecología, pero al menos empecemos en la transición, puesto que es un trabajo que hay que irlo haciendo paulatinamente, dijo.
A la amplia y sustentada exposición de Dilmo Párraga le siguió la participación de César Lodeiros, profesor titular principal de la Universidad Técnica de Manabí; PH. D. en Ecología Aplicada y Producción Científica, quien tiene más de 300 publicaciones y es editor en jefe de la revista científica AquaTechnica que ha recibido varios reconocimientos. Sus investigaciones, anotó María José Icaza, se concentran en el uso de la acuicultura para la disminución de la pobreza y la restauración ecológica, así como el control de moluscos invasores.
Lodeiros hizo reflexiones acerca de los recursos pesqueros y acuícolas e invitó a los presentes a reflexionar dónde estamos con la población mundial, lo cual nos involucra a todos y a quienes debemos producir alimentos. Qué tipo de alimentos, dónde están esos alimentos y qué hay que hacer para la producción sostenible en el mar, fueron algunos de sus cuestionamientos, que lo llevó a hablar del mar y del apoyo para el desarrollo agrícola.
Debido a la malnutrición y el crecimiento de la población, sumados a los problemas asociados al cambio climático y la contaminación, no hay duda que nuestros mares deben ser más eficientes y productivos en términos de producción global de alimentos con la menor huella ecológica posible. La producción de la acuicultura es una de las formas porque deja menos huella ecológica para producir alimentos. ¿Qué debemos de hacer?, una pesca responsable y óptima, lo cual, lamentablemente, ha funcionado solo en los países desarrollados. En nuestros países todavía no tenemos la capacidad ni la voluntad de gestionar una buena administración pesquera. Debemos, por tanto, desarrollar la maricultura.

En la acuicultura no utilizamos mucha agua, sino que la recolectamos y tratamos nuevamente para el cultivo, explicó, destacando el cambio de hábitos. “Si los chilenos comen algas, por qué nosotros no podemos comer algas que son tan nutritivas. Yo quiero apostarle a la restauración ecológica y ya hay técnicas de restauración ecológica. Nosotros aquí hicimos un programa extraordinario con una de las especies: el spondylus, una especie tan identitaria de Ecuador y de otros países, pero en vías –como rubro– de extinción.
Seguidamente, María José Icaza anunció la intervención en modalidad virtual de María Fernanda Solís, quien para el III Diálogo para Tejer Alternativas compartiría reflexiones en torno al extractivismo y posextractivismo. La ponente, anotó, es psicóloga y con especialidad en investigación, magister en salud, Ph. D. en salud colectiva y con experiencia de trabajo en la investigación y acción participativa con comunidades afectadas por conflictos socioambientales en Ecuador, América Latina y África; docente e investigadora, con más de 40 artículos científicos y publicaciones en los campos de la salud colectiva, ecología política y psicología comunitaria.
Solís al conectarse manifestó que le hubiera gustado estar de manera presencial porque Portoviejo es su primera tierra, donde ha vivido más tiempo que en Quito. Mencionó al barrio Los Cañonazos, sector en el que viven unas 500 familias recicladoras y otras dedicadas a mitigar los impactos del cambio climático. Que todas las personas gocen de sus derechos en un estado plurinacional que reconozca y honre los derechos de la naturaleza, señaló la ponente como un ideal, sin desconocer y ver con inmenso optimismo los diálogos universitarios propiciados, pues son un espacio de pensamiento y praxis plural que contribuye a la discusión y generación de conocimiento científico y popular a servicio de las demandas de colectivos, comunidades, pueblos nacionalidades y naturalezas.
La panelista mencionó el extractivismo petrolero en la salud de los pueblos amazónicos. Han transcurrido más de cinco décadas desde que inició la ocupación, perforación, saqueo y contaminación de los territorios amazónicos y tenemos un saldo de los impactos: un ecogenocidio en la Amazonía ecuatoriana, el cual reposa en un informe acerca de la salud petrolizada, sustentado en los hallazgos obtenidos tras revisar 5.000 de 177.000 documentos al respecto. “Una investigación no solo bibliométrica, sino también cualitativa a profundidad, intentamos con el informe sistematizar los impactos porque la palabra escrita apenas alcanza para honrar la máxima ética de verdad, justicia y reparación”, precisó.
Si destruimos a la naturaleza nos destruimos también a nosotros mismos, dijo y añadió que las afecciones no se quedan en las dimensiones físicas y materiales “porque somos seres sociales, emocionales y espirituales”. Las afectaciones se enquistan en la epigenética de los pueblos, transmitiendo el trauma y la memoria del daño por generaciones. La selva está poblada de espíritus, las plantas y los animales tienen carácter emocionalidad, las comunidades y las personas somos mucho más que cuerpos físicos que enferman biológicamente; las afecciones en la dimensión psicoafectiva y psicosocial van desde la pérdida de la identidad cultural y la bajo autoestima, la desesperanza, la ideación suicida, la ruptura del tejido social y de los lazos familiares.
Habló de la urgencia de los cambios legislativos, administrativos, institucionales y mecanismos del Estado. Implica modificaciones estructurales en el Estado y las empresas; se requiere de la intervención de todos los poderes y la sociedad. Le debemos esto a las miles de personas afectadas por los extractivismos petrolero, agroindustrial y minero.
Tras agradecer de María Fernanda Solís, la directora de vinculación con la sociedad UArtes anotó que la información proporcionada en su intervención invita al debate y aportar desde los distintos espacios con la sostenibilidad y dio paso a la instalación de las mesas de trabajo en las que se trataron los temas cambio climático, economía y ambiente, extractivismo y posextractivismo.







