Cursa el segundo semestre de la carrera de Danza en la Universidad de las Artes y participó en las competencias internacionales Copa América y Panamericano, desarrolladas en Canadá. Fueron sus primeros certámenes como bailarina y representando al país. Nathalia Mazzini comparte la experiencia y su proceso, el cual arrancó cuando por las redes sociales se enteró de la convocatoria para una audición general que hizo The Elite Dance Academy y decidió presentarse.
“Lo leí en Instagram y me comuniqué con la directora de la academia, quien me preguntó si podía audicionar porque en los requisitos para hacerlo constaba que el/la atleta debía tener un alto rendimiento de jazz”, anota Mazzini, quien, si bien había tomado clases de jazz, lo había dejado hace dos años. “No sabía si realmente lo podía realizar en ese ámbito, no por mí, sino por la técnica; los conocimientos quedan, pero todo evoluciona”.
Animada por la directora de la academia convocante, Mazzini revela que se presentó a la audición que entonces consideró compleja. Al terminar, la directora de Bailart Studio les informó que debían volver al día siguiente para probarse en urbano. “Me quedé en blanco porque nunca había tomado clase de urbano y no sabía un solo paso. Esa noche no dormí por la preocupación del compromiso”.
Agrega que proviene del contempo y del ballet y que tiene líneas muy rectas en ese sentido. “El urbano es más suelto, más libre, más jocoso diría. Nunca voy a olvidar que la persona que nos estaba haciendo la audición y evaluando se reía de mí”. No la afectó, expresa. Al contrario, dio todo su esfuerzo y se mantuvo expectante de los resultados, los cuales fueron favorables. “Fuimos notificados para participar y restaba iniciar los trámites del visado. El proceso fue bastante extenso, pero se logró”.
Los pasaportes llegaron dos semanas antes de la competencia y con ello la novedad de que había que ensayar urbano. “No iba a dejar pasar la oportunidad, así es que con todo el miedo del mundo me lancé a urbano. Tuvimos dos días para aprendernos la coreografía, pulirla en un tercer ensayo y llevarla a Canadá”.
Los certámenes en el que Mazzini y los demás bailarines participaron tenían categorías y subcategorías, y en estas ejecutaron tres estilos: cheerleader, pumps y hip hop. Por Ecuador hubo otros colegios y academias interviniendo. The Elite Dance Academy ganó la categoría de pumps; Bailart Studio y Ático Danzas, en urbano. “Obtuvimos dos oros para Ecuador en nuestra categoría, uno en Copa América y otra en los Panamericanos. Fuimos más de 32 bailarines en distintas categorías que representamos al país y lo llevamos a lo más alto con nuestro esfuerzo, responsabilidad y compromiso. Como Team Ecuador trajimos a nuestro país más de cinco medallas en los distintos podios”.
Mazzini anota que su primera competencia internacional fue una responsabilidad gigante y se manifiesta orgullosa de sí por el esfuerzo y sus resultados; pondera el extenso conocimiento que le ofrece la Universidad de las Artes y su visión es convertirse en una bailarina integral y en el futuro ser una docente con bases fundamentales, fuertes y concretas. “El arte competitivo es deporte y el arte es de todos los días, un aprendizaje constante”, concluye.
Fotos: Nathalia Mazzini, estudiante de la Escuela de Artes Escénicas.