En el Libre Slam de Poesía Deslenguada, la palabra recorrió calles y llegó al malecón

El Malecón Simón Bolívar fue testigo de una descarga de poesía viva, crítica y escénica durante el primero de dos encuentros del Libre Slam de Poesía Deslenguada, una experiencia colectiva que rompió el silencio del concreto con 17 voces ecuatorianas que se apropiaron del Hemiciclo de la Rotonda. El evento, dirigido por el poeta y gestor cultural Olmedo Guerra, se desarrolló como parte de la V edición de Inter[•]actos 2025.

Se organizó en apenas una semana, pero dejó una marca profunda en el circuito artístico de la ciudad. Fue el notorio sentir de quienes respondimos a la convocatoria, de la comunidad universitaria y del público en general que detuvo su marcha para escucharnos. La consigna de “las voces están vivas, la palabra está suelta”, se constituyó en una expresión que no solo definió la propuesta de Olmedo Guerra, sino que se articuló en una experiencia de un ritual lírico urbano y de una resistencia desde la oralidad.

El primer paso para Libre Slam de Poesía Deslenguada fue el taller de dos días que dictó Olmedo Guerra y que fue como la punta del iceberg de un proceso que involucró tres jornadas formativas que no solo buscó reunir talentos, sino crear comunidad y formación poética.

El primer día, en la Universidad de las Artes y otros espacios alternativos, los participantes conversaron sobre el concepto de poesía Slam y su historia en el mundo, y realizaron, además, ejercicios de escritura libre. En el segundo día, el entrenamiento salió al espacio público: fue momento de medir la voz frente al caos real de la calle. Y, en el tercer día, el enfoque fue la presencia escénica y el dominio vocal, claves para llegar al escenario en una semifinal cuyos preseleccionados se disputarían los primeros lugares en una competencia de fuerza y conciencia de cuerpo.

“El Slam no es solo subirse a decir un poema. Es pensar el espacio, habitarlo, dejar huella”, comentó Olmedo Guerra, quien se mostró altamente entusiasmado por participar como organizador en futuros slams universitarios.

Presentación para la semifinal

Al pie del río, motivados por la brisa y el acompañamiento de una audiencia vibrante, se dio la primera presentación de quienes participamos. Nos enfrentamos con nuestros textos en intervenciones cronometradas de hasta 3 minutos con 29 segundos. Hubo nervios ante un jurado integrado por docentes UArtes, entre ellas la directora de la Escuela de Literatura, María Alejandra Zambrano, y por gestoras culturales, hubo expectativa, pero, sobre todo, la emoción de ser parte del slam y de Inter[•]actos, los encuentros de artes que nos llevó a tomarnos el espacio público.

Del grupo, diez poetas lograron pasaron a la semifinal. En el segundo round será mañana, sábado 19, en el mismo escenario, configurándose como batalla en la que se definirá a las cinco personas finalistas. A diferencia de la primera ronda, el jurado estuvo conformado por poetas, artistas y gestoras culturales, asegurando así una mirada experta y comprometida con el arte escénico-poético.

La propuesta del Slam rompió con la solemnidad de la poesía tradicional y apostó por una oralidad cruda, viva y política. No se permitieron elementos escénicos: solo la voz y el cuerpo frente al público. La palabra fue acción. El micrófono, un espacio de lucha. Olmedo Guerra, a través de sus redes @elmeca et @circulodepoesiaslamec, invita a continuar esta energía en nuevos slams y encuentros poéticos. Reivindica que la poesía hablada puede y debe entrelazarse con otras ramas del arte, como las escénicas, y que estos espacios no deberían ser efímeros, sino parte de una nueva escena cultural activa y comprometida en Guayaquil.

Texto: Eleinn Rivera, estudiante de la Escuela de Literatura. Edición: Carmen Cortez/Dircom.

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