Libre Slam de Poesía, el último round

En el mismo escenario donde se dio el primer round, el viernes 18 de julio, se desarrolló el sábado 19 la final de “Libre Slam de Poesía Deslenguada: Las voces están vivas, la palabra está suelta”, una competencia a la que respondieron 17 participantes, estudiantes todos de Literatura. La actividad se desarrolló en el marco de Inter[•]actos, los encuentros públicos de artes que en esta, su V edición, aborda como temática “Habitares, espacios donde se desarrolla la vida”.

Hubo mucho talento, dijo María Alejandra Zambrano, directora de la Escuela de Literatura, quien adelantó al público que la final sería una competencia dura. La también docente invitó al público no solo a quedarse pensando en lo que nuestros estudiantes están haciendo en la universidad para transformar nuestras vidas con el poder de esta palabra poética.

Seguidamente, dio paso a Olmedo Guerra, artista y poeta graduado de la Universidad de las Artes, quien se desenvuelve en las áreas de la escritura creativa y académica, así como en la gestión cultural. Antes de la semifinal y final de la competencia, y en un acto si se quiere preparatorio, dictó un taller en torno al Libre Slam de Poesía Deslenguada, recorriendo con los participantes calles céntricas de Guayaquil, compartiendo entre los transeúntes la lectura poética.

María Alejandra Zambrano lo señaló como fiel creyente del slam de poesía, conceptualizado ciertamente como “un evento competitivo donde poetas interpretan sus obras originales ante un público que actúa como jurado, evaluando tanto el contenido como la interpretación. Una forma de poesía oral, a menudo denominada spoken word, donde la voz y la expresión corporal son cruciales. Los participantes tienen un tiempo limitado para recitar sus poemas”. 

Animado y confesando la misma expectativa que seguramente tenían los presentes –muchos de nuestra comunidad universitaria–, Olmedo Guerra entró a escena con mucho vigor y preguntando a viva voz al público si estaba listo para un poco de poesía viva, poesía disidente, poesía rebelde.

Haciendo un repaso de la competencia desde su primer día, Olmedo contó que en la jornada del viernes 18, en el “Libre Slam de Poesía Deslenguada: Las voces están vivas, la palabra está suelta” diecisiete poetas se enfrentaron para pasar a la selección, que era la semifinal que daba inicio. Diez eran los participantes que se disputarían la final, no obstante, todos recibirían presentes, entregados por la colaboración, entre otros, del sello editorial Cadáver Exquisito, que dirige la docente UArtes Paulina Briones, y Severo Editorial.

Antes de empezar a llamar por orden de sorteo a los poetas en competencia, Olmedo Guerra preguntó a la audiencia si sabía lo que era un slam de poesía. Se escucharon respuestas y el presentador anotó la creencia de que la literatura no crea comunidad, “pero le respondemos con palabreo como un arma para incomodar. (…) El slam se siente como un abrazo/ repartiendo tu voz por un espacio/ en formato de comunitaria competencia, en tres minutos conmueve a tu audiencia/ y sigamos que queremos slam para rato”, anotó poéticamente.

Refirió que el slam es un espacio que existe en varias partes del mundo, es una cultura global donde las personas se reúnen a compartir su poesía, su palabreo; donde se reúnen para nombrar sus resistencias, sus existencias y, de alguna manera, para pelear por la vida a través de la palabra. Este formato de competencia es también una excusa para escucharnos, converger, compartir y juntarnos alrededor de las palabras y seguir creando la cultura disidente de la poesía.

El slam no es un espacio solo para poetas, sino para cualquier persona que quiera expresarse y que utilizando la palabra como herramienta pueda tomar espacio, manifestó Olmedo Guerra, explicando luego cómo se desarrollaría la competencia y el tiempo que tendrían los participantes que pasaron a la semifinal para compartir sus poesías, originales todas.

Olmedo Guerra convocó a los miembros del jurado, de quienes mencionó sus trayectorias en la poesía y su quehacer con la palabra: Camila Corral, docente UArtes; Esther Apolo poeta y gestora cultural; y José de los Milagros, artista licenciado en Creación Teatral.

Se dieron entonces las intervenciones de quienes llegaron a la semifinal. Los autores fueron eufóricos, buscando cada uno a su estilo conquistar a la audiencia y, sobre todo, a los miembros del jurado. Tras una ronda y determinados los puntajes, se dieron a conocer a los mejores puntuados. Por falta de tiempo no hubo finalistas, pero sí se determinaron a los tres participantes que obtuvieron los puntos más altos de la competencia: Azael Andreé Álvarez Ramírez, quien artísticamente se da a conocer como Maricx Malx; Amalia Quintero, quien firma como Maikalia; y Cecibel Cecilia Cortez Romero, cuyo seudónimo es Cecibel.

Texto: Carmen Cortez/Dircom.

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