“Manglar, Mar y Cordillera”, un proyecto que nació para poner en práctica las clases de gestión y que 2025 tendrá III edición

En la materia de Gestión y Política de las Artes, la docente María Fernanda López encomendó a los alumnos escribir un proyecto y ejecutar un piloto. Otty Palma, estudiante de la Escuela de Artes Escénicas, no olvida aquella tarea y celebra que en la Universidad de las Artes sea fundamental poner en práctica los conocimientos recibidos.

En su caso, anota Otty Palma, la tarea encomendada la llevó a concebir un proyecto que en este año llegó a una segunda edición y logró congregar en la provincia de Santa Elena a más de 100 artistas para propiciar con sus varias presentaciones diálogos que fortalezcan el lazo entre las comunidades locales y su entorno natural.

El proyecto en mención es el Encuentro “Manglar, Mar y Cordillera”, que se desarrolló entre el 30 de agosto y el 1 de septiembre pasados, y que el InfoUArtes aborda no por hacer un registro informativo –que resultaría extemporáneo–, sino porque Palma y el equipo que se fue formando al calor de querer llevar a la praxis la gestión cultural y artística ya planifica su tercera edición para el 2025. Resulta interesante, además, conocer los procesos de actividades en territorio que van creciendo con el acompañamiento que se logra de sus comunidades.

“Había participado en una función en Olón, donde conocí a Jonathan Borbor, quien es uno de los colaboradores estratégicos del encuentro y en la actualidad uno de sus coordinadores, por lo que el piloto que armé para la clase de Mafo López fue justamente de esa comuna de la parroquia Manglaralto del cantón y la provincia de Santa Elena”, expresa Otty Palma.

Enfocado en la conservación ambiental a través del arte, buscando reivindicar el derecho de los habitantes sobre su territorio y cultura, el encuentro se desarrolló el año pasado –en su primera edición– como una cita pequeña con la participación del grupo de teatro Art-Os de Manta, que llevó la obra “Tras del cerro” y dio paso a un foro.

“Fue justamente este diálogo en comunidad que nos movió a realizar la segunda edición, pues lo habíamos planteado para que dure media hora, pero se extendió porque la comuna no paró de hacer preguntas y de hablar con los artistas. Ese interés y esa necesidad de manifestarse nos animó a la continuidad y al seguimiento”, revela Otty Palma.

Para la edición de este año, a la alumna UArtes y Jonathan Borbor se les unieron María del Carmen Montes de Oca (Santa Elena), Coral Pereo (Manabí), Miguel Soria y Fanny Nieto (ambos de la UArtes, Guayaquil). “Ya fuimos seis personas, cada una realizando actividades diferentes o compartidas. Fue un trabajo duro. Tuvimos casi ocho meses en gestión para lograr tener en Santa Elena a 45 artistas de Cuenca, Manabí y Guayaquil. La Universidad de las Artes fue un gran apoyo porque nos ayudó con el traslado de los artistas de la carrera de Danza y también se nos unieron lo chicos de Cine, no solo para hacer registros, sino para preparar un material audiovisual de toda la experiencia”.

De los 100 artistas que participaron en el encuentro, 45 se movilizaron hasta Olón y la otra parte era de Santa Elena, “como los bailarines de Valdivia, las niñas que participaron de la Casa Hogar de Montañita y el grupo Las Chiquillas, integrado por adultas mayores. Muy enriquecedor trabajar con artistas de todas las edades: adultas, adolescentes y niñas”.

Más de 1.300 personas asistieron a los diferentes eventos del encuentro, participando en actividades que abordaron temas ambientales y artísticos, destacando la importancia del mar, el manglar y la cordillera que contiene la identidad de toda una región. Los más de 100 artistas que intervinieron desplegaron sus propuestas y talentos en las comunas de Curía, La Entrada y Olón, así como en la Unidad Educativa Manglaralto, el Colegio Emiliano Crespo y el Hogar Santa María de la Esperanza.

“Fue muy revelador ver cómo cada comuna respondía de una manera diferente al encuentro. Un intercambio de ellos por conocer del proyecto y del equipo que lo estuvimos gestionando por saber de cada comuna. Recuerdo que una señora nos preparó un almuerzo en su casa y nos recibió allí y los artistas se emocionaron con ese gesto tan valioso”, expresa Otty Palma y recalca que de eso se trata el proyecto, de que la comuna acoja el encuentro y su movimiento y esté atenta de las actividades. “Que estemos dando ideas y acompañando, pensando en conjunto”, expresa con la emoción de constatar cómo el proyecto se amplía. “Me reconozco como coordinadora del proyecto, pero soy, sobre todo, artista de teatro, actriz teatrera”.

Cita también que una de las actividades más importantes del encuentro fue “El noctivio” –en alusión a noche (noc) y convivio (ivio)–, actividad que tomó el armazón de una procesión para emprender una caminata comunitaria por las calles de Olón, acompañada de danza y música de la zona. Los participantes visitaron diferentes puntos estratégicos, activados como altares simbólicos, donde las obras artísticas transformaron estos espacios públicos en escenarios de profundo significado para la comunidad. Esta caminata no solo revitalizó el uso de los espacios públicos, sino que también tuvo un fuerte componente político al incitar a los nativos a tomar posesión de su territorio a través de las artes en un contexto donde, a menudo, los espacios sirven a intereses externos.

Las actividades artísticas, que incluyeron charlas educativas, exhibiciones y performances, resonaron en las miradas atentas de cada espectador. En la Unidad Educativa de Manglar alto y el Hogar Santa María de la Esperanza, Joao y Nadia Shupingahua intervinieron con la obra “Encuentros” y Ximena Pacheco con la danza “Casi Invisible”.

Así también, en Curía se presentó el performance “De/agregación” de Darla Alarcón y de la Compañía Suberclown la propuesta “Locura Payasa”. En La Entrada, el Gran Teatro de Monte Sinaí de Guayaquil presentó la obra “Historia de unas Muñecas Abandonadas”, dirigida por el docente UArtes Marcelo Leyton. Y en Punto Verde Centro Cultural Ambiental, los niños de la comuna participaron en el taller de teatro “El Triki-Traka”, dirigido por el actor y director manabita Héctor Palma.

La combinación de creatividad, cultura y compromiso promete consolidarlo como un referente en la región y para su organización las puertas están siempre abiertas para que más personas se interesen y tomen un accionar en esta lucha ambiental y artística, expresa Palma. Vale anotar que, en este año, el tuvo también auspiciantes: Pasos Sostenibles, Codespa, The Sea Garden, Hospedería Comunitaria de Olón, Samai y Hogar María de la Esperanza.

Fotos: O.W. Films, productora audiovisual.

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