La explanada que se encuentra junto al Hemiciclo de la Rotonda, en el Malecón Simón Bolívar, se transformó este martes 15 de julio en un escenario vivo de memoria, resistencia y arte. En el marco de la V edición de Inter[•]actos, encuentros públicos de arte, el Colectivo Atávico presentó la obra “Biritute, el secuestro de la lluvia”, una creación teatral que entrelaza historia y denuncia con un profundo trasfondo antropológico y simbólico.
La obra se inspira en una historia real que marcó a la comuna Sacachún, ubicada en la península de Santa Elena, y que ha sido recuperada gracias a la investigación del antropólogo Edmundo Aguilar, quien en los años 90 se vinculó a la zona a través de la fundación Vicente Rocafuerte en trabajos de salud y educación comunitaria.
La pieza revive un suceso ocurrido el 30 de septiembre de 1949, cuando militares y autoridades municipales de Guayaquil secuestraron a San Biritute, un tótem sagrado para la comunidad, durante las fiestas patronales de San Jerónimo. El tótem fue transportado a la ciudad, permaneciendo oculto durante décadas en distintos espacios públicos, hasta llegar al Museo Municipal, donde permaneció por casi 20 años.



En 1993, pese a que se había organizado un acto de restitución, el entonces alcalde León Febres-Cordero bloqueó su entrega, alegando razones religiosas. Recién en 2011, tras gestiones constantes de la comuna, San Biritute regresó a su territorio, donde hoy reposa en una plazoleta del centro del pueblo.
Esta historia es contada con fuerza poética y crítica por estudiantes de la carrera de Creación Teatral de la Universidad de las Artes: Bryan Calderón, María Aspiazu, Patricio Borja, Nahomi Ramos, Fernando Piguave, Jesús López, María Beltrán, Otty Palma, Joseph San Lucas, Miguel Soria, Sumaya Veas, Fanny Nieto y Charlie Albán, bajo la dirección del docente Matías Belmar, en el marco de la asignatura de Montaje del octavo semestre.


“Biritute, el secuestro de la lluvia” no solo dramatiza un hecho histórico poco difundido, sino que interpela al espectador sobre la relación entre poder, territorio, espiritualidad y memoria colectiva. El montaje logra una estética ritual poderosa, donde la figura del tótem se convierte en símbolo de resistencia ancestral y dignidad comunal.
Con esta presentación, reafirma la capacidad del teatro universitario de generar pensamiento crítico desde lo escénico, activando emociones, reconstruyendo la historia y proponiendo nuevas maneras de habitar el presente a través del arte.
*Atávico es una agrupación escénica que fusiona teatro de vanguardia con disciplinas mixtas. Su trabajo promueve la crítica social y trabaja la ancestralidad en diálogo con la contemporaneidad. Explora, además, temas sociales, históricos y de actualidad, buscando generar un impacto y revalorizar diversas formas de conocimiento.

Texto: Eleinn Rivera, estudiante de la Escuela de Literatura.







