En la segunda ceremonia de graduación de la séptima promoción de la Universidad de las Artes, su presentadora, Nikita Félix Galarza, directora de Admisiones, anunció los ingresos de las autoridades universitarias y de la ciudad que integraron la mesa directiva, así como de las graduadas y graduados de las carreras de Artes Visuales, Cine y Artes Escénicas.
Junto con el rector William Herrera y los vicerrectores Bradley Hilgert y Olga López, el acto lo presidieron la vicealcaldesa de Guayaquil, Blanca López; los directores de las escuelas de Artes Visuales, Cine y Artes Escénicas: Ruslán Torres, María Alejandra Zambrano y Benjamín Cortés, respectivamente; la secretaría académica, María José Bustos; y la directora del Departamento Transversal de Teorías Críticas y Prácticas Experimentales, Ana Carrillo.
Tras la entonación del Himno Nacional del Ecuador, así como de las intervenciones del rector William Herrera y de la vicealcaldesa Blanca López, se presentó la memoria académica-artística de los graduados en Artes Visuales, seguida de la lectura del acta de graduación y entrega de diplomas. Lo mismo se hizo con las carreras de Cine y Artes Escénicas.
Discurso reflexivo del vicerrector académico
Seguidamente, el vicerrector académico, Bradley Hilgert, pronunció su discurso, el cual inició con una buena y una mala noticia. La buena es que las y los graduados culminaron un trabajo de valentía y de suma importancia, eligiendo un camino que no solo transforma sus vidas, sino también el tejido de nuestra sociedad. La mala noticia, agregó, es que quienes nos gobiernan aún les cuesta entender esa importancia. La prueba es que no consideran las carreras artísticas como de interés público, subestimando el impacto que tienen en nuestra cultura, nuestra economía y, sobre todo, en nuestra humanidad. “Quisiera, entonces, reflexionar hoy sobre lo fundamental que es para nuestras sociedades contar con el arte y una educación en artes”.

Para iniciar la mencionada reflexión, Hilgert pidió a los graduados, sus familiares y amigos que los acompañaron y a la comunidad en general participar en una breve encuesta. “Levanten la mano si en las últimas 24 horas ¿han consumido noticias o redes sociales?, ¿han consumido arte, sea música, cine, teatro, literatura, o una obra visual?, ¿han hecho o han pensado en cómo hacer arte, creando algo o reflexionando sobre cómo hacerlo?, ¿han sentido que alguna experiencia artística les ayudó a entender mejor a otras personas o su realidad social?”.
La simple encuesta, dijo, revela que el arte no es un lujo, es una necesidad humana básica, especialmente en tiempos de crisis. Después de la pandemia del COVID-19, que en Ecuador dejó más de 35.000 muertes solo en 2020, según el INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), y en medio de una crisis de seguridad sin precedentes, la salud mental se ha convertido –o debe convertirse– en una preocupación urgente de las políticas y salud pública.
Hilgert mencionó que la OMS (Organización Mundial de Salud) reportó que los casos de ansiedad y depresión aumentaron en un 25% globalmente durante el primer año de la pandemia y que no se habla lo suficiente sobre cómo el arte sirve como práctica de prevención y de sanación frente esta situación. “Mientras los medios tradicionales y las redes sociales tienden a amplificar el miedo y la desconexión, el arte nos ofrece algo distinto: la posibilidad de procesar nuestras experiencias colectivamente, de imaginar y moldear futuros alternativos y de sentir que podemos incidir positivamente en nuestro entorno”.
El vicerrector académico indicó que, a través de los proyectos artísticos y comunitarios que las graduadas y los graduados han elaborado durante su tiempo en la UArtes “hemos sido testigos de cómo el arte puede crear espacios donde diferentes voces, saberes y formas de ver el mundo coexisten y dialogan, donde el disenso es productivo y donde las diferencias enriquecen en lugar de dividir. Esta capacidad del arte para fomentar una intersubjetividad intercultural es precisamente lo que necesitamos para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo: la polarización social, la crisis climática, la desigualdad estructural. Por eso, reducir las artes a carreras no prioritarias es ignorar su potencial transformador en la construcción de una sociedad más justa y equitativa”.

Estamos ya en un momento electoral en que poco va a pintar el arte y la cultura, lastimosamente, y en que se va a hablar sobre las dificultades o imposibilidades de aumentar el presupuesto para la educación y peor para el sector artístico; sin embargo, nosotros sabemos –y ustedes, graduadas y graduados lo han demostrado– que las competencias que desarrolla la educación artística son precisamente las que más se necesitarán en el futuro. El Foro Económico Mundial ha identificado que para 2025, las habilidades más demandadas serán el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas, la inteligencia emocional, la flexibilidad cognitiva y la capacidad de colaboración. Estas habilidades son especialmente cruciales en un país como el nuestro, donde la diversidad cultural y los desafíos sociales demandan soluciones creativas y colaborativas.
Mientras países como Estados Unidos –mi otro país– reconocen formalmente la importancia de las artes a través de decretos presidenciales y programas nacionales, aquí en Ecuador hemos demostrado su valor a través de proyectos concretos. Nuestra universidad, con el trabajo y esfuerzo de ustedes, ha sido pionera en desarrollar metodologías que vinculan el arte con la transformación social, como nuestros proyectos de exposición y difusión del arte, los de mediación artística comunitaria, nuestros programas de vinculación con comunidades marginadas, y nuestras investigaciones que piensan seriamente en cómo implementar una praxis intercultural artística.
Hilgert indicó que los proyectos de tesis reflejaron que los hoy nuevos licenciados aprendieron a adaptarse a situaciones cambiantes y resolver problemas de manera creativa, trabajar colaborativamente y comunicarse con eficacia, desarrollar empatía y sensibilidad social, pensar de manera crítica y propositiva, innovar y experimentar con nuevos lenguajes y nuevas soluciones.

“(…) No se trata solo de preparar personas para empleos futuros, se trata de formar las ciudadanías que necesitamos para enfrentar los desafíos del mañana. El arte desarrolla precisamente las capacidades que requerimos para una ciudadanía crítica, empática y transformadora: la capacidad de imaginar futuros alternativos, de entender y conectar con otros diferentes a nosotros, de cuestionar las estructuras de poder establecidas, y de proponer soluciones creativas a problemas complejos”.
Como ha demostrado nuestra experiencia en la Universidad de las Artes, añadió, una educación artística comprometida forma ciudadanos capaces no solo de adaptarse al cambio, sino de ser agentes activos en la transformación social.
Las ciudadanías del futuro necesitarán, más que nunca, la capacidad de pensar más allá de las soluciones convencionales, de construir puentes entre diferentes culturas y formas de ver el mundo, de desarrollar empatía frente a la diferencia, y de imaginar y construir colectivamente nuevas posibilidades de convivencia. Estas son precisamente las capacidades que una educación en artes cultiva y fortalece y las que ustedes han demostrado adquirir a lo largo de estos años en nuestra universidad.
El arte no es un lujo prescindible; es una necesidad vital para formar las personas creativas, críticas y comprometidas que necesitamos para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Como graduados de la Universidad de las Artes, su trabajo y su compromiso serán la evidencia más poderosa de por qué las artes son, indiscutiblemente, de interés público. Los invito a demostrar, con cada acto creativo, que el arte es un derecho fundamental para construir sociedades más justas, más sensibles y más humanas. Ese es nuestro compromiso compartido.
En esta segunda ceremonia de graduación, la Universidad de las Artes rindió un sentido homenaje póstumo a los estudiantes fallecidos en este 2024, entregándoles sus diplomas a los familiares. Posteriormente, se otorgaron menciones a los graduados y graduadas con mejores promedios, interviniendo de entre ellos con un emotivo discurso Ivonne Morales, de la carrera de Creación Teatral; se presentaron ejercicios escénicos y con la entonación del Himno a Guayaquil concluyó el acto.







