La Unidad Transversal está presente desde el inicio de la Universidad de las Artes, en el 2015. En esta oportunidad, Yulianela Pérez García, docente y directora de la Unidad Transversal de Teorías Críticas y Prácticas Experimentales en Artes, explica su importancia en el proceso de la formación artística del estudiante, desde una consciencia crítica y de cuestionamiento individual y social, y también la trascendencia de esta metodología en el proceso de Educación Pública Superior en Artes en Latinoamérica.
¿Qué procesos desarrolla la Unidad Transversal en la formación del estudiante?
La Unidad Transversal ofrece al estudiante un conjunto de materias que transcurren desde la teoría hasta la práctica. Las materias como Historia del Arte, donde el estudiante se enfrenta a la deconstrucción y reconstrucción de su discurso, formado por enfoques muchas veces sesgados, o Fundamentos de Estética, que presenta ya no la relación histórica, sino un empoderamiento conceptual; estas son instancias donde la formación crítica del estudiante tiene su principio. Luego, se transita por materias como Política y Cultura en América Latina, Naturaleza y Espacio Público, Gestión y Políticas de la Cultura y Economía de la Cultura, estas contribuyen al posicionamiento crítico del estudiante como sujeto en un contexto histórico concreto. Posteriormente, se llega a las materias concebidas como laboratorios, en los cuales se experimenta con las nuevas tecnologías, la interdisciplinariedad artística y, finalmente, el Laboratorio en la Comunidad, para poner en cuestionamiento todo el proceso formativo.
La docente hizo referencia al escenario en el que se desarrolló la enseñanza artística en el contexto latinoamericano, la cual estaba influida por la academia europea y norteamericana, que determinaron el curso de las escuelas de bellas artes desde el siglo XVIII: “La mayoría de los estudiantes vienen con esta visión colonialista de academia de bellas artes de nivel medio, que está arraigada en nuestro pensar; entonces los chicos piensan: yo quiero estudiar artes visuales, yo quiero ir a un taller y pintar, para qué voy a sentarme en un aula a leer textos de teoría del arte. Justamente, se trata de romper esa primera barrera, aprender de ese primer choque. Trabajar con el estudiante para que pase de ser un sujeto con una mirada colonizada, a un sujeto crítico motivado por lo que hace, pero que también entienda por qué lo hace”, acotó Yulianela Pérez.
¿Establecer un vínculo con la comunidad es parte del proceso educativo?
En el contexto del trabajo con la comunidad de Nigeria, por ejemplo, la experiencia pedagógica es una apuesta por poner en práctica el espíritu de la universidad como bien público social y sus múltiples maneras de contribuir a la transformación de la sociedad. La vinculación con la comunidad tiene un sentido orgánico y funciona como eje rector del proceso de enseñanza-aprendizaje, pues es una estrategia para re-pensar el sentido del conocimiento y los caminos que lo hacen posible.
Consecuentemente, los estudiantes comienzan a racionalizar: ¿Por qué Nigeria?, ¿por qué no otro espacio? Desde ese momento hay un empoderamiento crítico de conceptos geopolíticos más concretos. Deseamos llegar a que el estudiante provoque su pensamiento junto al docente.
La directora de la Unidad Transversal también destacó la importancia de tener una mirada suspicaz: “Siempre investigar la razón del ¿por qué? y enseñar a dudar”. Es importante empoderar al sujeto social en ese tipo de práctica teórica, añadió. “Cuestionar completamente el orden a su alrededor y cómo el estudiante influye, interviene o interactúa con ese orden. Nuestras sociedades se han construido bajo determinados órdenes y es importante cuestionarlos y cuestionarnos, ese es el enfoque crítico que se busca. Cuánto de libertades tenemos para transformarlo o no”.
¿Qué herramientas fortalecerían el trabajo de la Unidad Transversal?
El diálogo es fundamental. A veces la construcción de pensamiento crítico nos lleva a aislarnos en nuestras propias verdades que creemos son universales, y eso no ayuda en ningún contexto. Lo importante es abrirnos a la opinión del otro, tomar la opinión del otro, repensarla, criticarla, pero en un sentido positivo, constructivo. No ofender, sino debatir. Todos somos empoderados de una verdad, pero son múltiples los enfoques que se pueden dar, debemos abrirnos a ese diálogo de una forma constructiva, con apasionamiento, pero sin rencores.