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Kristel Flores produjo con éxito el “Vibra Fest”; fue su trabajo de tesis y el primer proyecto con esa temática

El “Vibra Fest, festival de artes emergentes” que organizó en diciembre pasado en el Pasaje Illingworth le dejó múltiples experiencias a Kristel Ivette Flores Figueroa. Pudo poner en práctica los conocimientos adquiridos durante su preparación académica en la Escuela de Artes Sonoras de la UArtes, vivió de cerca junto a sus compañeros de la carrera de Producción Musical lo que era realizar un evento multidisplinario y fue la temática que ningún otro estudiante había propuesto como proyecto de tesis de grado.  

Kristel realizó la defensa de su trabajo final el pasado 6 de marzo. La hizo en el Estudio de Grabación A de la EAS, en el MZ14, ante un jurado integrado por los docentes Darío Buitrón, su tutor; Bernarda Ubidia y Andrés Bracero. Con ellos, escuchándola atentas, su madre Ivette Figueroa, su hermana Sophy, su abuela paterna Georgina Toledo y Karla Ponce, su mejor amiga quien llegó de Quito para acompañarla. 

Justamente, si bien del tema que Kristel propuso y desarrolló como tesis vale conocer su génesis y procesos, también cabe destacar que cuando ella les manifestó a sus padres que quería postularse para la Universidad de las Artes, ellos no solo decidieron apoyarla, sino que vinieron con toda la familia a establecerse en Guayaquil, dejando la capital ecuatoriana como su lugar de residencia. 

“Organizamos primero un paseo para conocer la UArtes y saber lo que se requería. Nos dijeron terceros que el ingreso sería complicado, pero para nada. Nos dieron toda la guía y ayuda posibles. Como mi hija en Quito estudió en la Musak (academia de formación musical integral) y a los 17 años se tituló como baterista, reunía los requisitos y aptitudes para postularse. Lo hizo y se dio la posibilidad de ingreso”, comenta Ivette Figueroa.  

Kristel Flores Figueroa con su madre, Ivette; su abuela, Georgina; y su hermana, Sophy, tras la sustentación.

La noticia los alegró y, al mismo tiempo, les generó inquietudes por residir en la capital, agrega la mamá de Kristel. Anota que con su esposo, Eduardo Flores, cumplieron con la decisión de armar maletas y habitar en el Puerto Principal. Debieron entonces buscar nuevas instituciones educativas para sus otros dos hijos menores, Eduardo y Sophy, así como otras fuentes de trabajo, casa, medios de transporte y todo lo que conlleva cambiarse de ciudad. 

Durante la defensa de tesis, vía telefónica pendiente estuvo el papá de Kristel, quien por trabajo no pudo acudir. Todos se emocionaron por su logro y la apoyarán en su nueva meta de estudiar una maestría para especializarse en la organización y realización de eventos y festivales.  

En equipo con los compañeros de carrera

En cuanto a su tesis, Kristel indica que la idea nació en el anterior semestre al de titulación. Sí pensó en hacer un festival, pues había hecho sonido en vivo y configuró en su mente la parte administrativa de la cita, de gestionar permisos y armar protocolos. Animó a sus compañeros a concebirlo y formó con ellos equipos de trabajo. Ella quedó al frente de las preproducción y producción del Vibra Fest y Gianpierre Paredes Fiallos de la posproducción. 

Pensaron en que el festival debía ser multidisciplinar, puesto que si era solo de música sería similar a un concierto, entonces decidieron involucrar varias disciplinas y que solo intervinieran estudiantes UArtes. Se lanzaron dos convocatorias. Una para las bandas, donde se especificó que debían presentar temas inéditos y que fueran artistas emergentes –de preferencia en la primera etapa de su carrera para que tocaran por primera vez después de la pandemia–. Fueron convocados, asimismos, los alumnos de las escuelas de Artes Escénicas y Artes Visuales.  

En el Vibra Fest participaron los estudiantes artistas: Edu Loor, 505, Chico del Pórtico, Jean Pierre y la Buena Vibra Social Club, La banda Brava y Allan’is; de Danza: Jenn Rosado; y, de Artes Visuales: Debbie Mishell, Truquitos y Alison Solís y Artemisa. 

La hoy graduada en Producción Musical y Sonora junto a familiares y docentes de la Escuela de Artes Sonoras.

Las redes sociales, la distribución de flyers, los diseños, las encuestas… todo el trabajo coordinado y programado contribuyó para que el día de la presentación, el 3 de diciembre de 2022, de 14:00 a 19:00, el aforo que habían programado de 100 personas no solo fuera completado (lo cual verificaron con el uso de ticketera), sino que rebasara sus expectativas al punto de, penosamente, quedar muchos afuera.   

Kristel no estuvo sobre el equipo, indicó durante la defensa de su tesis, sino que se organizaron de tal manera que cada uno sabía qué hacer: técnicos de sonido y de luces, coordinadores, presentadores, asistentes, staff de logística y seguridad, camarógrafos y fotógrafos… “Todos tenían tareas asignadas y se comprometieron a cumplirlas”.

La difusión en las redes tuvo mucha acogida, pues asistieron estudiantes de otras instituciones de educación superior, así como tecnológicos. También hubo público extranjero. 

Agradecida con la universidad y sus maestros por la oportunidad y los conocimientos recibidos se manifestó Kristel, quien ponderó con emoción el apoyo de sus padres y familia. “No te rindas, pese a las dificultades si estás enfocado en lo que quieres hacer, lo lograrás”, es la recomendación que dio a quienes están iniciando o continúan sus estudios en la UArtes.  

Fotos: Cortesía Cristian Echeverría, estudiante de la Escuela de Artes Sonoras

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