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Lo que transmitió “Distopía #27”; algunas miradas de la presentación

Fueron apareciendo de a poco y habitando el lugar, dando paso a una interacción entre sí y con el entorno. Lo que sucedía en los exteriores del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) la noche del sábado 26 de agosto lo había anticipado en sus redes sociales la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes, pero la presentación de “Distopía #27” superó el anuncio y las expectativas. Lxs intérpretes creadorxs no solo se posesionaron del lugar, sino que atrajeron y cautivaron a los transeúntes y visitantes del Malecón Simón Bolívar.  

Afuera del MAAC, dos jóvenes que cursan el último año del bachillerato, quienes revelaron ser compañerxs en una academia de danza local y que postularían a la UArtes, acudieron a la presentación por una coincidencia. Ya allí, disfrutaron de “cada movimiento, cada trazo, cada palabra, cada reacción…”. Sus criterios concordaron con la sinopsis de “Distopía #27” que acompañó el anuncio en redes del accionar de lxs intérpretes creadorxs: “(…) Al tomar posesión del lugar, empiezan a moverse atravesando distintas facetas del ser humano, desde sus delirios hasta su cotidianidad; pasando por rituales de cuerpos en movimiento perpetuo que se juntan y se distancian como una provocación para despojarnos de la piel”.

La invitación para la puesta en escena –iniciada el jueves 24 de agosto, continuada el viernes 25 y concluida el sábado 26– fue la de contemplar nuestra propia situación como habitantes de esta ciudad. Atentos y captando con las cámaras de sus celulares estuvieron Rocío Martínez y Javier Solís, de la Dircom UArtes. Igualmente, sorprendidos por el habitar escénico conseguido, por la apropiación del espacio público y por la escalada de lxs intérpretes creadorxs por una de las paredes de la infraestructura del MAAC, donde también se proyectaba un audiovisual sustentado en las cotidianidades del sentir.

Los espectadores consultados coinciden en haber experimentado el paso de un acto a otro casi por sorpresa. El grupo de intérpretes creadorxs llega, se apropia del lugar y con sus movimientos de las miradas, mientras de fondo se escuchan narraciones que se sobreponen, que se mezclan, que dicen y no, creando una sensación de caos y conflicto. Entonces aparecen unos tratando de escalar una pared teniendo cerca una gigantesca proyección que muestra caras, ojos, cuerpos, más movimiento… La violencia es también retratada, así como las situaciones cotidianas…

Vale anotar que, por primera vez las carreras de Creación Teatral y de Danza de la Escuela de Artes Escénicas se juntan en un proyecto interdisciplinar como “Distopía #27”, pues también tomaron parte alumni de la Escuela de Artes Sonoras. “Los ejes sobre los que se sostiene este trabajo son el espacio, el cuerpo y el sonido; atravesados por la noción de espacio público y la manera cómo este lugar nos convoca como ciudadanxs que habitamos este punto geográfico del planeta: Guayaquil”.

Mariuxi Ramos Merino, periodista, estuvo entre el público. Tras la presentación expresó que la inseguridad es una limitante que nos lleva a ausentarnos de las actividades artísticas y culturales que se realizan en la ciudad, “pero una forma de vencerla es justamente asistiendo”. El sábado decidió arriesgarse, dijo. Recorría el Malecón 2000 y llegó hasta el MAAC siguiendo sin querer a unos jóvenes que comentaban iban a ver distopía. “La palabra llamó mi atención, probablemente por su escaso uso. La busqué en internet y aquí estoy”.

“Las proyecciones que se hacían fuera del MAAC, en esta pared que da cara a la estación de la Metrovía (lo dijo señalándola), y la escalada de unos jóvenes que ahora sé son estudiantes de escénicas de la UArtes me hicieron quedarme para saber de qué se trataba la presentación”, expresó Christian Herrera, habitante del Norte de la ciudad. “No entendía muy bien por qué distopía, pero me conecté con las irrupciones de estos artistas y sus movimientos corporales”.  

Asimismo, como espectador estuvo Jack Betancourt, quien contó que en algún momento de su vida hizo pinitos en el teatro. Se encaminaba a la parada de la Metrovía, a la altura de la calle Loja, cuando vio la presentación en los exteriores del MAAC. “Todos se lucieron, en cada movimiento lograron exponer aquello que muchos callamos. Vi a una Ángela Arboleda en una faceta distinta a la de sus encuentros de narración oral, como la Feria Internacional del Libro Guayaquil del año pasado. La presentación de la UArtes que pude presenciar en un espacio público dio a quienes la apreciamos esa libertad que tanto nos hace falta en una ciudad a cuyos habitantes quieren enjaular”.

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