Docentes de la UArtes y de la UDLA dialogaron sobre la educación en audio

En el primer evento del último de los tres días de las Conferencias de Audio y Sonido del Ecuador (CASE), que la Escuela de Artes Sonoras de la Universidad de las Artes organizó vía online desde el lunes 3 de mayo de 2021, se trató el tema de la “Educación en Audio”. Participaron docentes de la Universidad de las Artes y de la Universidad de las Américas (UDLA), con la moderación de Diego Benalcázar, coordinador de la carrera de Producción Musical.

José Álvarez, docente de Sonido y Acústica de la UDLA; Gabriela Yánez, de la Escuela de Cine de la UArtes; y, Andrés Bracero, de Producción Musical, también de la UArtes, centraron el diálogo en las dificultades presentadas dentro de las especificidades de cada asignatura debido a la pandemia y a la nueva modalidad en línea.

Gabriela Yánez explicó lo mucho que significa para la carrera de Cine la interacción interpersonal entre los estudiantes. Existe una necesidad, por la naturaleza de las materias, que las clases se den presencialmente. Debido a la fuerte limitante que representó la modalidad remota, la docente optó por enfocarse en aspectos dentro de su metodología de trabajo que no habían sido desarrollados a complejidad, como la priorización del sonido y su valor dentro de las producciones audiovisuales, sobre la valorización excesiva de la imagen como punto de partida.

Para esto, Gabriela Yánez planteó tres puntos importantes para reformular sus clases: reforzar las bases por medio de un replanteamiento de la teoría, el análisis y la estética; la profundización de áreas de post, donde se pudo enfocar en el trabajo independiente por sobre el usual trabajo conjunto; y una mejora de equipos básicos para la homogeneización en la elaboración de los trabajos. Este último punto destaca debido a que, por motivos de la pandemia, muchos estudiantes no poseen las mismas herramientas de trabajo. Para sortear esta dificultad y evitar que eso influya en el rendimiento de sus estudiantes, la profesora realizó una recaudación para adquirir audífonos que los estudiantes pudieran llevarse como préstamos, y así poder trabajar mucho mejor el material. Como control de estructura de deberes, resultó ser eficaz.

Para concluir, Gabriela Yánez recalcó que, en su nuevo plan de trabajo, buscó que sus estudiantes comprendieran la importancia de trabajar el sonido tanto como la imagen dentro de sus producciones. Las ventajas son muchas: mayor apreciación y conceptualización de la música dentro del cine; el surgimiento de nuevas propuestas de proyectos sonoros; y, el aumento de interés por parte de los estudiantes al proceso de edición y post-producción.

Para Andrés Bracero, la experiencia ha sido dura. Comentó acerca de las dificultades que veía en relación con el estado anímico de sus estudiantes. La pandemia golpeó con fuerza a todos y entre la presión del aislamiento, las responsabilidades económicas y profesionales, y la pérdida humana, la situación es emocionalmente complicada, tanto para ellos como para los profesores, sobre todo porque Guayaquil ha sido el epicentro de la infección. Han sido, dijo, momentos de crecimiento personal y esto se ha visto reflejado en su cátedra.

Recalcó la importante labor realizada por la UArtes al establecer una red de ayuda para los estudiantes, proporcionándoles equipos de trabajo por medio de donaciones, a fin de que no pierdan la oportunidad de estudiar. Esto funcionó como incentivo para motivarlos a seguir adelante en tiempos muy oscuros. Por su lado, anotó, ha evitado ser ausente y ha procurado conversar con sus alumnos cada vez que puede, para darles a entender que no están solos, lo que podría parecer muchas veces en la virtualidad que ahora vivimos.

Gestos tan simples como pedir que se encienda la cámara durante la clase, sirve como herramienta para mantener la moral elevada, ya que es un aproximado a la presencialidad que extrañamos.

También resaltó la importancia de las capacitaciones que han recibido para el uso correcto de plataformas como Zoom y Moodle, para reducir las posibles complicaciones en sus usos al mínimo. Habló sobre cómo, en la materia que imparte, estas capacitaciones le han servido para encontrar diferentes alternativas de enseñanza en casos específicos. Comentó que habían tenido foros abiertos en Moodle, donde los estudiantes les aconsejan a otros sobre qué programas usar si no se tienen los recursos, como Reaper, que sirve como alternativa para Protools (ya que este último es muy demandante y no todos tienen un equipo capaz de soportarlo). Esta colaboración entre estudiantes es algo que Andrés Bracero encuentra alentador.

Tomando la palabra, José Álvarez manifestó la necesidad inequívoca que existe de cambiar nuestros viejos paradigmas en cuanto a la realidad que ya no vivimos. En esta nueva época nos vemos forzados a innovar, a resolver el problema con alternativas pertinentes. Hizo mención de la situación privilegiada que hay entre un grupo de personas por sobre otras, contando como medición el acceso a la tecnología que nos permite mantener la modalidad remota. Con la pandemia, hemos caído en cuenta de esta problemática y debemos trabajar para corregirla.

Agregó que se puede ver cómo la falta de tecnología golpeó a unos más que a otros, debido a que dicha falta puede repercutir en sus estilos de vida. La pandemia nos ha dado la oportunidad de ponernos en los zapatos del otro, de comprender al otro, y debemos utilizar esta oportunidad para no perder el contacto humano.

Para concluir, en cuanto a su metodología de trabajo, José Álvarez señaló la importancia de plataformas como YouTube, que han sido invaluables al momento de ofrecerles a sus estudiantes nuevas fuentes de información. Sin embargo, advierte los peligros de la virtualidad al explicar que YouTube es un arma de doble filo. Esto se debe a que posee información útil a la par que inútil y es trabajo del docente asegurarse de no caer en una trampa que podría perjudicar a sus estudiantes.

Cobertura: Abel Cano Carriel, estudiante de la Escuela de Literatura.

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