Lucina Jiménez recomendó a los 111 graduados de la Universidad de las Artes disfrutar del vértigo de la creación y que al mismo tiempo de celebrar la culminación de los estudios inician un nuevo proceso de crecimiento personal y profesional.
La histórica ceremonia en la que 111 estudiantes recibieron el título de licenciados tuvo lugar este sábado 14 de diciembre, en el pasaje Illingworth del campus centro de la Universidad de las Artes.
Ejercicios escénicos, proyección de cortos, exposición de obras, sets de escucha, un coloquio y la charla magistral dictada por Lucina Jiménez, gestora cultural y directora del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, constaron el jueves 12 y viernes 13 de diciembre en las actividades previas a la graduación.
“El bar”, “Nuria de piernas largas”, “Sombras envolventes”, “Pedazos de porcelana”, “Me han de recordar” y “Barro” fueron los cortos que se proyectaron. Corresponden a la primera muestra de titulación de la también primera promoción de estudiantes de la Escuela de Cine de la Universidad de las Artes.
Estudian la carrera de Cine en la UArtes y ganaron el primer lugar en el Rally Cinematográfico de Cuenca con el corto “Intenta de nuevo”. Rafael Plaza, en la dirección y actuación junto a Ximena Lanata; Natalia Delgado, productora; Adrián Vélez, director de fotografía; Kevin Luna, asistente de producción y grip; Emilia Vega, directora de arte y primera asistente de cámara; y Matteo Galarza, sonido directo y postproducción, integran el staff del audiovisual.
La Escuela de Artes Escénicas de la UArtes inició la temporada de presentaciones de Teatro-Clown, las cuales se desarrollan como una práctica de las clases de las materias de Taller de Investigación Actoral I y Laboratorio de Creación Teatral V del quinto nivel de la carrera de Creación Teatral.
Miguel Donoso Pareja era muy entregado a los demás. Una persona muy viva, porque no hace falta estar vivo nada más, sino navegar. Vivir no es preciso, navegar es preciso y creo que él era un buen navegante.
La decisión de fundar en 1903 una Academia para Señoritas –que funcionó en su casa (calle Sucre 917) bajo la dirección de María Victoria Rodríguez– constituyó un escándalo y una conmoción que se recordó por muchos años, no obstante, con constancia y fervor Rita Lecumberri Robles cumplió la meta.

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