El cine comunitario es la temática en la que Jorge Andrés Brando Calero, de la carrera de Cine de la Universidad de las Artes, sustentó la investigación que desarrolló para su tesis de grado.
Bajo el título “Pensando en un cine ciudadano: La estética del cine comunitario de ficción como una herramienta para la construcción de la identidad social y política”, el ahora egresado revela que centró su estudio en Pillallaw, un cortometraje de ficción de William León y el colectivo Sinchi Samay.
El interés y propósito de su trabajo fue conocer cómo, sirviéndose de la creación audiovisual como una herramienta, los ciudadanos exploran la identidad social y política de su entorno cercano. “La investigación hace énfasis en establecer cómo la estética del cine comunitario de ficción, facturado de manera cuasi artesanal por artistas entusiastas empíricos o con poca formación, aporta a la construcción de un sujeto histórico colectivo”.
Con este propósito profundiza también en el análisis del caso de estudio, Pillallaw (Ecuador 2013), tanto a través de entrevistas a sus realizadores como mediante el análisis del discurso de su guion literario con la utilización del software de análisis cualitativo de datos NVivo. “Se busca, en consecuencia, responder las interrogantes: ¿Acaso las producciones audiovisuales comunitarias contribuyen de algún modo a los modos de ver que tienen los individuos de una colectividad? ¿Se sienten o no dichos individuos identificados con estas películas? ¿Alcanzan a vislumbrarse en ellas?”.
Diez meses, no consecutivos debido a la pandemia, le tomó desarrollar la investigación y como metodología de trabajo utilizó el análisis del discurso con la utilización del software Nvivo 10, para el procesamiento de la información. Entrevistó, asimismo, a los realizadores del cortometraje objeto de análisis.
La sustentación de su trabajo final se dio mediante videoconferencia. La única observación que recibió de los miembros del tribunal de tesis –específicamente del presidente, Abel Arcos– fue “adoptar una postura más militante y, si cabe, menos objetiva en relación al cine comunitario, puesto que este cine de forma inequívoca promociona e impulsa la participación ciudadana, su empoderamiento y el fortalecimiento de la identidad”.

Jorge Andrés Brando agrega que estudiar el cine comunitario es fundamental, dado que su mayor aporte es a la identidad social por un fortalecimiento de la autoestima, un fuerte sentido de pertenencia y el empoderamiento que la realización misma de una película de estas características comunica a los involucrados en su producción y a los espectadores de su contexto social. Además de ser un vehículo para la revalidación de la ancestralidad y un dispositivo testigo de la historicidad de estas comunidades, fomenta sentimientos de resiliencia y validación de sus capacidades y aptitudes, todo lo cual se torna de trascendental importancia cuando se comparan con los otros pertenecientes a una cultura diversa.
La estética de este cine se caracteriza por la participación activa de la comunidad, el trabajo comunitario y un protagonismo de su entorno físico y social. En una puesta en escena que se torna un tributo a su identidad y una puesta en cámara que destaca la belleza de sus paisajes naturales, más que preocuparse por cumplir cánones pre-establecidos de belleza o calidad, les interesa presentar un testimonio fílmico que sirva para revalorizar su etnia y motivar una reivindicación cultural.







