Nantu Mantilla explora en la cotidianidad de una familia en el corto “Mi carpa roja”

Mi carpa roja es un cortometraje que hace uso de los recursos de la modalidad de observación para explorar lo cotidiano de la familia Martínez Bermeo, que vive y viaja en su circo Tivoli. El fin es dignificar y preservar sus valores como institución familiar y artística, y hacer un retrato de los niños que crecen en circunstancias tan particulares.

Nantu Kabzana Mantilla Aux, egresada de la Escuela de Cine de la Universidad de las Artes, da cuenta así del proyecto de tesis que presentó, previa la obtención de la licenciatura. Es artístico, una función Individual dentro de una realización cinematográfica grupal (cortometraje) y lo tituló “El habitar en el cine documental de observación: Mi carpa roja”.

“Es indispensable indagar el documental desde otros lenguajes, como el observacional. Esta modalidad que hace hincapié en la no intervención del realizador, elemento que ofrece al espectador un lugar ‘especial’. La elección de no involucrar voice over, los intertítulos, las entrevistas o la música diegética, trasmiten una sensación de acceso sin trabas ni mediaciones a la realidad representada, posibilitando el disfrute y la reflexión sobre acciones que se desenvuelven en aparente naturalidad”, señala en diálogo con InfoUArtes.

 Agrega que el desarrollo de la investigación, la producción y posproducción del cortometraje le tomó año y medio; fue un proyecto estudiantil que resultó beneficiado de un concurso organizado por la Escuela de Cine de la Universidad de la Artes, por lo cual contó con el apoyo de los equipos para grabar y editar. Para solventar gastos logísticos para el rodaje, como transporte, hospedaje y comida, Nantu Mantilla señala que debió levantar una campaña de crowdfunding. 

La defensa la sustentó vía videoconferencia y de entre los miembros del jurado surgió la inquietud de que si el cortometraje Mi carpa roja tenía similitudes o diferencias en relación A medio camino, el corto que dirigió para Laboratorio 2. Una consideración saltó entonces. “Ambos proyectos tenían una búsqueda por representar la realidad desde la observación, modalidad que se caracteriza por tener una estética muy bien cuidada, lo cual la asemeja a la ficción. Son, además, representaciones ancladas en el presente y, por ello, hay una constante reflexión sobre cómo las personas se relacionan con los espacios en que habitan.

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