Una mesa redonda sobre la Inteligencia Artificial (IA) y la producción musical se desarrolló en el segundo día de las Conferencias de Audio y Sonido del Ecuador, organizadas por la Universidad de las Artes y su Escuela de Artes Sonoras. Participaron en el diálogo los docentes Rubén Riera y Juan Ripalda y el productor musical argentino Ezequiel Morfi.
La IA tiene la capacidad única de generar ideas musicales innovadoras que pueden inspirar y desafiar los límites tradicionales del arte sonoro, se indicó. Mediante el análisis de grandes volúmenes de datos musicales, la IA puede identificar patrones complejos y crear nuevas composiciones que podrían no haber sido concebidas de manera convencional. Esto no solo abre nuevas posibilidades creativas para los compositores, sino que también enriquece la diversidad musical en la industria.
La eficiencia en la producción, la personalización del consumo, el acceso a herramientas avanzadas, la pérdida de autenticidad y originalidad, el impacto en la industria musical tradicional y las limitaciones creativas y homogeneización, así como la calidad perceptual y emocional, fueron algunos de los puntos abordados en el diálogo que permitió analizar los pro y contra del denominado campo de la informática que se enfoca en crear sistemas que puedan realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción. Aquí el detalle:
Eficiencia en la producción: automatizando tareas como la composición de acompañamientos, arreglos musicales y procesos de masterización, la IA permite a los músicos y productores centrarse más en aspectos creativos y conceptuales de su trabajo. Esto no solo acelera el proceso de producción, sino que también mejora la consistencia y calidad técnica del producto final, garantizando una experiencia auditiva más pulida y profesional.
Personalización del consumo: los algoritmos de IA impulsan plataformas de streaming y recomendación musical que se adaptan dinámicamente a los gustos individuales de los oyentes. Esto significa que los usuarios pueden descubrir música que resuena más con sus preferencias personales.

Acceso a herramientas avanzadas: plataformas y software impulsados por IA ofrecen capacidades de mezcla, edición y análisis de audio que anteriormente estaban limitadas a estudios profesionales, permitiendo a una nueva generación de músicos y productores experimentar y crear música a niveles de calidad cada vez más altos.
A pesar de sus contribuciones positivas, la inteligencia artificial en la producción musical también ha generado opiniones negativas y preocupaciones significativas, como la pérdida de autenticidad y originalidad, puesto que el automatizar tareas creativas, como la composición y el arreglo, algunos críticos argumentan que se podría perder la conexión emocional y la singularidad que los músicos humanos aportan a sus obras.
Impacto en la industria musical tradicional: existe un temor persistente de que la IA pueda desplazar a músicos y compositores tradicionales. La automatización de procesos creativos podría llevar a una reducción en la demanda de trabajo humano en ciertas áreas de la producción musical, afectando negativamente a los profesionales del sector.
Limitaciones creativas y homogeneización: aunque la IA es capaz de generar música innovadora, también existe el riesgo de que perpetúe estilos y tendencias existentes en lugar de fomentar la verdadera diversidad creativa. Esto podría conducir a una homogeneización del paisaje musical y limitar la exploración de nuevos géneros.
Calidad perceptual y emocional: pese a los avances tecnológicos, la música creada por IA puede carecer de la profundidad emocional y la interpretación humana que hace que la música sea conmovedora y memorable. Las sutilezas emocionales y las decisiones interpretativas que hacen única a una actuación humana podrían no ser capturadas por algoritmos.
Ética y derechos de autor: la creación y distribución de música generada por IA plantea desafíos éticos y legales significativos en términos de derechos de autor y propiedad intelectual. La atribución adecuada y la compensación a los creadores originales pueden ser problemáticas cuando se utilizan algoritmos para generar obras musicales.
“En la encrucijada entre la tecnología y la autenticidad humana en la música es crucial reconocer tanto el potencial innovador de la inteligencia artificial como la irremplazable expresión emocional de los cantantes humanos”, se indicó durante la mesa redonda luego de que el docente Rubén Riera expresara que la música es el lenguaje del alma y que su verdadera magia reside en la capacidad de tocar los corazones con autenticidad.
La mesa redonda se desarrolló el 10 de julio y asistió la comunidad universitaria y el público en general.
Texto: Eleinn Rivera, estudiante de la Escuela de Literatura.
Fotos: Camila Guerrero, docente de la Escuela de Artes Sonoras







