Jornadas artístico-culturales “PazArte Alegría” en un documental homónimo

El pasado 28 de junio, en la Sala de Cine del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la Universidad de la Artes se presentó a la comunidad el documental “PazArte Alegría”, cuyo contenido registra una síntesis de las cuatro jornadas artístico-culturales que se realizaron en diferentes espacios públicos de Guayaquil, en el marco del proyecto de vinculación con la sociedad Bibliotricimoteca Vol. 3.

El proyecto en mención lo dirige el docente Marcelo Leyton, quien señala que la producción audiovisual es un reconocimiento a cada uno de los colectivos que participaron en las jornadas y una muestra de la construcción de una comunidad de creadores que le apuestan y creen en el trabajo del arte en el espacio público como una forma alegre de vencer los temores y promover mejores días para nuestra ciudad.

Cinco de los estudiantes y graduados que participaron en las jornadas artístico-culturales “PazArte Alegría” comparten criterios en torno al documental, así como la experiencia de haber tomado parte en la propuesta dentro y fuera, y de manera individual y colectiva.

David Oviedo, integrante del Gran Teatro de Monte Sinaí (GTMS): Cuando hablamos de arte, no nos referimos solamente a las distintas ramas, como el teatro, la música, la danza, la pintura, hablamos también de la proyección de aquellas fibras sensibles en nuestro interior. Por ello, proyectos como Pazarte Alegría necesitan ser cuidados y difundidos, sin dejar de lado la imperante necesidad de su priorización. Como participante del proyecto, me enorgullece compartir mi trabajo con otros colectivos. Visualizar el trabajo de otros jóvenes, niños y adultos reafirma mi convicción de que el arte es el mejor método para reconstruir nuestro tejido social, ese que grita a voces: cuidado, paz y esperanza.

El documental me llena de esperanza al mostrar el fruto de un trabajo arduo, donde los colectivos se unen por una sola razón: el arte. También deja ver las huellas que marcan el camino de cada grupo, sus historias y aporte social. Destaco la valiosa labor de nuestro gestor y director, Marcelo Leyton, quien representa una muestra viva de que cuando se quiere lograr una verdadera vinculación y cambio social, se alcanza con convicción y compromiso real.

Espero que proyectos como PazArte Alegría sean un ejemplo a seguir en nuestra sociedad y que se difundan progresivamente, expandiéndose por todos los territorios, y que se empiecen a gestionar desde la prioridad que tanto requieren. El arte transforma vidas.

Yasser Quevedo Pinos, documentalista y realizador, alumnus UArtes: Participar en el proyecto “PazArte Alegría” fue una experiencia muy emotiva que me permitió volver a mirar a través de la cámara. Soy graduado de la Universidad de las Artes y al encontrarme con esta iniciativa que propone conectar al arte con la vida comunitaria, me hizo recordar por qué elegí estudiar cine: porque creo en el poder transformador del arte.

El proyecto propuso algo sencillo y a la vez potente: ocupar espacios públicos de la ciudad con arte. Las presentaciones artísticas provenían de diferentes realidades y sectores sociales de la ciudad. Cuatro en distintos sectores populares de Guayaquil, algunos catalogados como zonas peligrosas, y otros lugares más céntricos y de acceso exclusivo. Pude notar que estás áreas de la ciudad comparten una característica estructural, una delimitación física, ya sea impuesta por rejas de hierro o fachadas de vidrio reforzado, que representan una barrera propia de las áreas que componen una ciudad y sirven para delimitar quien sí y quien no puede ocupador el espacio que contienen. Durante las horas en que se dieron las diversas presentaciones artísticas en diferentes partes de la ciudad, esas barreras parecían desvanecerse.

Mi rol fue registrar estas jornadas a través de un documental, pero me reencontré personalmente con la mirada a través de la cámara, con ese impulso por observar y narrar la realidad. Estar allí, entre artistas, vecinos, niños, curiosos y aplausos, me permitió recordar que el arte también vive fuera de los escenarios tradicionales, y se encuentra presente con fuerza en las esquinas, en los barrios y en el deseo de compartir que tenemos latente quienes habitamos esta ciudad.

Me siento orgulloso de haber formado parte de este proceso junto a todas las personas que sumaron esfuerzos detrás y sobre el escenario, y de quienes, desde el público, le dieron sentido con su presencia. Me llena de esperanza que la Universidad de las Artes siga apostando por estos proyectos que buscan retribuirle lo que le corresponde a la sociedad. Para que este tipo de proyectos dejen una huella real en la comunidad es fundamental que tengan continuidad en el tiempo y la gestión cultural es clave en ese proceso.

Este proyecto me deja una gran sensación de cercanía a las realidades que podemos estar ignorando por el ritmo de vida que llevamos y me ha permitido reafirmar una certeza: hay muchísimo arte fuera del circuito oficial que merece ser visto, reconocido y acompañado. Si algo necesitamos en estos tiempos de violencia que atraviesa la ciudad y el país, es justamente paz, arte y alegría.

Josefina Véliz, estudiante de Creación Teatral, Colectivo Pompo, 2025: Hay lugares donde el arte no solo se presenta, sino que se ofrece como ofrenda. Asistí a la presentación del proyecto PazArte Alegría, dirigida con pasión inquebrantable por el profesor Marcelo Leyton, y sentí que asistíamos a algo más que una presentación: era una ceremonia.

Una conjura delicada entre danza, circo, música, teatro y narración, para acariciar los bordes más frágiles de la ciudad. Como Colectivo Pompo, que integro junto a Sandy Villalva y María de los Ángeles Beltrán, estuvimos presentes llevando cuentos a esos rincones donde a veces ni la esperanza llega a asomarse. Y allí, donde la periferia suele ser olvido, vi el entusiasmo encenderse, como si cada cuerpo en escena tejiera con su arte una promesa: la de no dejar solos a los márgenes, la de hacer de la belleza un derecho comunitario.

Hubo un momento revelador en el cortometraje, pues aparecieron reflejados todos los grupos que participaron, con nombre y apellido, como un justo homenaje a cada intervención y entusiasmado aporte. Sin duda, estas jornadas representan una gran opción para compartir los procesos creativos de los estudiantes UArtes. Me gustaría que muchos más compañeros y compañeras participen, se motiven, porque es una gran oportunidad para abrir sensibilidades desde otros espacios. Yo quiero que vean lo que mis ojos vieron y que se erice su piel como la mía en cada jornada. Porque en esos espacios humildes y potentes está la semilla del verdadero arte transformador.

Sentí orgullo de ver a mi profesor, a mis compañeros y a los creadores comunitarios y populares creyendo sin descanso, siguiendo la ruta más difícil: la de confiar en el otro, en lo invisible, en ese gesto tan antiguo y tan nuevo de llevar alegría donde más se necesita. PazArte Alegría no es solo un proyecto. Es una grieta luminosa en la rutina, un acto de resistencia afectiva, un grito silencioso que nos recuerda que el arte no es un lujo sino una comunión.

Belén Villalva, estudiante de Creación Teatral, Circo para dos: PazArte Alegría es una experiencia única, es un proyecto hecho con mucho corazón y esfuerzo. Soy artista y espectadora a la vez, no puedo abstraerme y dejar de ver a mis compañeros y otros artistas en acción y presenciar las carcajadas y emociones de las personas que se encuentran en el lugar, que aceptan y valoran cada participación de los grupos. Me resulta muy divertido y también con algo de adrenalina y nervios antes de salir al escenario; y me refiero escenario a ese espacio no convencional y “menos importante”, que a veces son olvidados, pero que son muy generosos y receptivos al trabajo escénico.

Gracias a mi profesor Marcelo Leyton, quien me incluyó en este proyecto como parte de mis pasantías en comunidad, volví a recordar cómo es necesario e importante llevar el arte a la calle, al espacio público  y poder revivir ciertas emociones ya olvidadas y poco compartidas, mi entusiasmo a seguir siendo parte de este proyecto se avivó más al observar una recopilación, una sistematización audiovisual, a manera de documental donde vi reflejados los diferentes grupos y espacios que participaron en los encuentros artísticos, sin duda ver este registro es volver a revivir la experiencia. Solo me queda decir gracias por hacerme participe de un proyecto tan bello.

Luisa Pita, directora de la Escuela de Formación Artístico Integral (EFAI-Escala Sur): La participación del Semillero EFAI–Escala Sur en el Proyecto Artístico Cultural Bibliotricimoteca Volumen 3: PazArte Alegría fue una experiencia enriquecedora que reafirma el poder del arte para transformar y unir. Llevar música, canto y alegría a los espacios públicos fortalece el vínculo entre comunidad y creación artística, promoviendo el acceso libre a la cultura y sembrando esperanza en los territorios. Gracias al maestro Marcelo Leyton y a la Universidad de las Artes por abrir estos espacios que integran los procesos comunitarios y artísticos en Guayaquil. ¡Sigamos juntos apostando por el arte como camino de paz y encuentro!

Texto: con la colaboración de Marcelo Leyton, docente de la Escuela de Artes Escénicas.
Fotos: Archivos del proyecto Bibliotricimoteca, Yasser Quevedo Pino. En la portada: II Jornada PazArte Alegría, parque La Victoria, 2024; segunda imagen, David Oviedo, Gran Teatro de Monte Sinaí (GTMS), parque La Victoria, 2024; Yasser Quevedo Pinto, documentalista, 2024; María Josefina Veliz, estudiante de Creación Teatral, Colectivo Pompo, 2025; Belén Villalva, estudiante de Creación Teatral, 2024; y Luisa Pita, directora de EFAI-Escala Sur, en el MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes, 2025.

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