El CEAT se renueva; estudiantes en PPP cambian imagen y dan vida a instalaciones

El Centro de Escritura Académica y Traducción (CEAT) ha sido, a lo largo de los años, un espacio seguro para enfrentar la escritura académica. La comunidad de la Universidad de las Artes lo ha habitado como un refugio abierto a quienes necesitan orientación y guía.

Uno de los objetivos del equipo del CEAT es transformar la experiencia estudiantil en algo más ameno que el miedo paralizante que impone la RAE. Y, para reflejar ese ímpetu, sus espacios han adoptado un nuevo look fresco y jovial.

A la antigua usanza, durante el período de vacaciones, los practicantes se pusieron manos a la obra. Desde el 27 de agosto trabajaron con dedicación, flores y muchos colores para darle vida a las instalaciones.

Ahora, en lugar de los tonos grises, blancos y marrones de siempre, en el tercer piso de la Biblioteca de las Artes te recibe una explosión de amarillos y verdes: un pequeño ecosistema de escritura y creatividad. Además, nuestra consejera textual, la simpática búho Tina, te abre las alas y da nueva significación a las frías mamparas.

Tina aparece acompañándote a descubrir lo que se esconde detrás de la cortina de «obstáculos» que tanto intimidan. También se muestran los servicios que ofrece el CEAT —tutorías, traducciones y talleres en aula—, junto con las actividades que desarrollamos: Cuenta con el CEAT, donde leemos cuentos de autores hispanohablantes y conversamos sobre ellos; y Voces del CEAT, nuestro blog con textos breves que ayudan a enfrentar distintas problemáticas de la escritura vinculada con el arte.

Fue un trabajo extenuante, sobre todo por los tiempos ajustados de cada practicante, pero con dedicación y colaboración logramos enarbolar una bandera colorida que señala el lugar donde la escritura se vuelve amigable. Ahora, la oficina del CEAT —resplandeciente en verdes y amarillos— proyecta con orgullo nuestro nombre.

Texto: Valeria Martillo y Thais Mendoza, de la Escuela de Literatura. Fotos: Oscar Adrián Vega Camacho, de la Escuela de Cine. Son estudiantes que realizan sus prácticas preprofesionales en el CEAT.

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