Un taller de escrituras oníricas de cuya bitácora sus participantes realizaron un fanzine; se dio en el VIII encuentro del ILIA

Escribir un sueño, primera sesión. Realizar ejercicios lúdicos de escritura con el texto registrado, segunda sesión. Producir un fanzine onírico, tercera sesión. Es la estructura que tuvo el taller “Bitácora para durmientes”. Fue de escrituras oníricas, se realizó en el laboratorio de Edición y Creación El Hipopótamo y lo dictó la docente María Paulina Briones, de la Escuela de Literatura de la Universidad de las Artes.

El taller se desarrolló del 29 de septiembre al 1 de octubre, en el marco del VIII Encuentro Internacional de Investigación en Artes. Quienes nos inscribimos vivimos una propuesta experimental en la que convergieron la palabra, el mundo de los sueños y la creatividad de los participantes. Todo nos llevó, al final, a la práctica con la materialización de un fanzine único de oficio gráfico literario.

Hicimos lecturas diversas, convirtiendo al espacio en un lugar íntimo donde se compartió rincones del ser que generalmente se protege del entorno social para evitar el estado de vulnerabilidad frente al otro. En mi caso, como tallerista, fue un universo de descubrimiento a partir de una zona poco explorada como lo es el sueño. El sueño es el único espacio que aún le queda al ser humano para ser lo que realmente desea. (Sigmund) Freud decía que el sueño es un fenómeno psíquico donde habitan los deseos, los miedos y los recuerdos inconscientes.

¿El ser humano construye al lenguaje o es el lenguaje el que construye al ser humano? El universo existe únicamente entre los horizontes del lenguaje, más allá no hay nada. Es el vehículo que nos permite andar en búsqueda del sentido de las cosas. Las palabras y las cosas han vivido en una perfecta armonía, desde esta construcción recíproca florece la consciencia. El lado oscuro de la consciencia se llama inconsciente y es allí donde habitan los sueños, los mismos que a veces emergen hasta la consciencia y se apropian de la realidad, por eso el mundo siempre puede ser de otra manera.

La docente María Paulina Briones nos leyó un fragmento del Manifiesto Surrealista, el mismo que nos invita a soñar y aborda al loco como víctima de su imaginación, a las alucinaciones y visiones como una fuente de placer que no debe ser despreciada. En la sesión siguiente, nos dio materiales para recortar y pegar; imágenes, ilustraciones y palabras; como parte del proceso, trabajamos en la construcción de un fanzine. Propuso la mayoría de los juegos del lenguaje posibles.

Fue un taller experimental, onírico, explorativo. La palabra, el mundo de los sueños y la creatividad de los talleristas quedaron fusionados. Cada uno logró la creación de su propio fanzine totalmente personalizado con contenido literario, acompañado de imágenes recortadas, generando una composición única de oficio gráfico literario.

Texto y fotos: Douglas Macharêt, estudiante de la Escuela de Artes Visuales UArtes.

Comparte esta nota