Saidel Brito: Queremos que este nuevo momento de la UArtes sume voces, ideas, proyectos, desacuerdos y entusiasmos

El rector electo, doctor Saidel Brito, y los también vicerrectores electos, doctores Yulianela Pérez y Andrey Astaiza, recibieron del Tribunal Electoral de la Universidad de las Artes las credenciales de los cargos para los que fueron elegidos mediante sufragio el pasado 2 de diciembre de 2025.

La entrega se desarrolló en la sesión solemne convocada por el Órgano Colegiado Superior (OCS) este martes 16 de diciembre, tuvo lugar en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes y contó con la presencia no solo de docentes, estudiantes y funcionarios que conforman nuestra comunidad universitaria, sino de representantes y delegados de los ámbitos de la educación superior, la cultura, los consulados e instituciones y organizaciones sociales aliadas.

Asistieron, entre otros, los delegados del Consejo de Educación Superior (CES) y del Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES), doctores Carmita Álvarez y Diego Pérez; autoridades de cultura, como la viceministra Romina Muñoz, el director ejecutivo del Instituto de Fomento de las Artes, Innovación y Creatividades (IFAIC), Jonathan Cárdenas; la directora de Patrimonio Cultural del Municipio de Guayaquil, Karina Nogales, quien asistió también como delegada de la Alcaldía; y la directora de la Alianza Francesa en nuestra ciudad, Solène Haillard.

Estuvieron también rectores, vicerrectores, decanos y canciller de otras IES e institutos, como Espol, Universidad de Guayaquil, Universidad del Río, Universidad Casa Grande e ITAE; el cónsul General y el vicecónsul de la República Popular de China en Guayaquil, Gao Zhenting y Shi Bowen; el cónsul Honorario de Indonesia en Guayaquil, Juan Carlos Díaz Granados.

En su intervención, y tras los respectivos saludos a las autoridades UArtes en funciones y al público en general, el rector electo Saidel Brito los mencionó a todos y agradeció el acompañamiento. Dijo se trataba de un día muy especial en el que asume junto con Yulianela Pérez y Andrey Astaiza una responsabilidad institucional que alterará el curso de sus ilusiones y acontecimientos personales. “Un día en que nuestra vocación por la enseñanza artística se desliza sin perder su sentido hacia nuevos y mayores desafíos”, anotó y citando a (Jacques) Rancière señaló que “enseñar no es transmitir un saber, sino verificar que una inteligencia pueda ejercerse por sí misma”.

Saidel Brito goza de una amplia y reconocida trayectoria como artista, especializado en dibujo, escultura, instalación y fotografía, y académico; con los vicerrectores asumirán como máximas autoridades UArtes del 1 de enero de 2026 al 31 de diciembre de 2030. En la sesión solemne, agradeció emocionado a sus seres más queridos, presentes en la Plaza Pública: sus hijos, Saidel Jr. y Alexander, mencionando que Aitana, la mayor, no se encontraba; su esposa, la abogada Andrea Chávez; sus padres, su hermana Zailyn Brito, también catedrática. “Gracias por tanto soporte, compañía y desborde de amor”, manifestó, revelando que de sus progenitores sigue aprendiendo. “Mi padre se encuentra aquí y una de las cosas que más sigo aprendiendo de él es su capacidad para intentar que cada día tenga más de 25 horas”.

A Yulianela Pérez y Andrey Astaiza les agradeció por la sabiduría, el tesón, el largo trabajo realizado durante estos meses y el gran compromiso que han tejido. “Trabajar con ustedes es un honor. Estoy convencido de que los tres somos uno y que somos mucho más que tres”. Estas palabras las sustentó anotando que detrás hay un gran equipo de trabajo y detallando que, a Faro Encendido, la lista con la que participaron en los comicios, se sumaron docentes, estudiantes, servidores y trabajadores, aun cuando no estaba definido con exactitud quiénes liderarían el proyecto.

Agradeció Saidel Brito las largas reuniones y pidió no dejarlos solos, pues sin sus críticas, insumos y cuestionamientos permanentes será imposible desarrollar una buena gestión. Agradeció también al equipo de campaña, personas entrañables que les regalaron jornadas maratónicas “a punta de encebollados, clases de salsa y desvelos reiterados, días intensos que serán apropiados para siempre en nuestra memoria”.

Dio las gracias a la dirección que les precede. No solo a William Herrera, Olga López, Bradley Hilgert (exvicerrector) y Ana Gabriela Rivadeneira, sino también al rector-fundador de la UArtes, doctor Ramiro Noriega, y todos quienes conformaron las primeras comisiones en época de gestación institucional. Con expectativas muy altas por cumplir, de las máximas autoridades salientes destacó su alta calidad profesional y entrega ilimitada, así como su alta calidad humana.

“Extendemos nuestros brazos y toda la apertura para trabajar juntos, tanto con quienes nos apoyaron como los que no. Esas diferencias ya pasan a un seguro plano. Gracias a quienes tienen otra visión de universidad y propusieron un modelo de gestión diferente al nuestro”, precisó, invitando a llevar agendas comunes de trabajo. Convocó, asimismo, a toda la comunidad a seguir construyendo la universidad que merecemos y pensar en la luz que irradia el maravilloso proyecto de educación pública en artes que tanto ha costado edificar. “Defenderlo y potenciarlo en todo contexto y escenario en el futuro será nuestro mayor compromiso”.

Hablar hoy desde Guayaquil, desde Ecuador, sobre una universidad de artes es asumir nuevamente un desafío histórico, mencionó trayendo a la memoria sus charlas de hace 25 años con el también docente UArtes, Xavier Patiño, sobre la necesidad de crear una institución superior de educación artística. “Hoy no hablamos desde un centro hegemónico ni desde la comodidad de una institución que quiere haberlo resuelto todo. Hablamos desde territorios donde el mundo se construye todos los días, a veces con más intuición que recursos, a veces con más creatividad que estrategias”.

Para el rector electo, el arte es acción pública, es una forma de decir esto importa, es una manera de hacer visible lo que aún no tiene lugar. El arte no responde preguntas, las provoca, y su significado esencial está en la tensión entre las respuestas. “Creemos que las artes no son solo contenido para transmitir, sino el agente que debe encender cada vínculo dentro de la universidad. Las artes nos permiten decir lo que no sabíamos que podíamos decir, pensar lo que aún no sabíamos pensar, y cuestionar incluso los fundamentos que hasta hace pocos segundos pudimos haber dado por seguros”.

La propuesta con la que el rector y los vicerrectores electos llegan como máximas autoridades no es de un programa cerrado ni de consignas prefabricadas ni de promesas imposibles. Esta nació, dijo, de un proyecto colectivo, respaldado –obviamente– por una comunidad que cree que una universidad pública puede ser un espacio cálido, divertido, riguroso y profundamente crítico al mismo tiempo. Sin ingenuidad, precisó saber que vivimos en tiempos de inmediatez, de opiniones veloces, de resultados expresos.

“Aquí conviene escuchar a Ortega y Gasset cuando advertía sobre un peligro que hoy reconocemos demasiado bien: el reemplazo de la excelencia por la suficiencia, el esfuerzo por la comodidad, el proceso por el atajo, el no como anticipo. Necesitamos erosionar la idea de que estamos condicionados por la indolencia y la apatía, con procesos complicados, derivativos, y que en la función pública la inacción no tiene consecuencias. Frente a esto, queremos decir con absoluta claridad que el arte y su enseñanza requieren tiempo, error, paciencia, cuidado, pero requieren también ser creativos en los procesos de administración curricular y de un ferviente deseo de mejorarles y aliviarles la vida a nuestros estudiantes en los pocos años que pasan por la universidad. Ellos son nuestro sentido y fin último”.

Para lograrlo se requieren presupuestos, pero también, en muchas ocasiones, de empatía, responsabilidad y voluntad. El presupuesto es importante y mantenerlo, reservarlo y aumentarlo es parte de la responsabilidad que asumen como máximas autoridades, dijo, “pero un presupuesto también es decirle al dinero a dónde tiene que ir en lugar de preguntarle a dónde se fue. Si queremos generar cambios reales en nuestra vida institucional tenemos que reconocer nuestros errores y limitaciones, y tenemos que hacernos responsables de ellos”.

Existen estamentos del Estado nacional y local que nos pueden echar una mano, la necesitamos, y existen otras universidades que nos pueden acompañar e inspirar, “pero es nuestra responsabilidad propiciar esos cambios. Como diría Platón, ‘el comienzo es la parte más importante del trabajo’ y la buena noticia es que ya hemos comenzado. Venimos con una sola misión: resolver la mayor cantidad de problemas en el menor tiempo posible y para ello es importante comprender que muchas veces resolver un problema grande requiere casi de la misma energía que resolver un problema pequeño”.

La Universidad de las Artes que proponemos atraviesa toda su gestión con valores que no queremos colgar en la pared, sino practicar todos los días, citó Saidel Brito y los enumeró: confianza, transparencia, participación, calidad, solidaridad e inclusión. Que se defenderá a la UArtes como universidad pública especializada con la libertad creativa e investigativa. “Proponemos una gestión horizontal donde las decisiones no se impongan, sino que se construyan, donde las diferencias no se oculten, sino que se trabajan”.

“Asumimos la calificación institucional como una prioridad, sí, pero no como un trámite temerario, sino como una oportunidad para fortalecernos colectivamente. Queremos una administración que acompañe la vida académica, que no la asfixie; una gestión financiera responsable, transparente y sostenible; una comunicación clara, humana y directa. Creemos en la articulación viva entre docencia, investigación, creación y vinculación con la comunidad. Creemos en una universidad que dialogue con el país, con sus barrios, con sus memorias, con sus conflictos. Y creemos, sobre todo, en el bienestar, porque sin bienestar no hay pensamiento crítico y sin pensamiento crítico no hay universidad”, precisó.

Agregó el rector electo que la UArtes que soñamos solo busca ensanchar el mapa de lo posible; quiere ser un lugar donde la pluralidad no se administre, sino que se sostenga como condición activa de la vida de todos. “Queremos que este nuevo momento de la universidad sume voces, ideas, proyectos, desacuerdos y entusiasmos, porque educar no es garantizar certezas, es encender futuros”, expresó Saidel Brito y concluyó su discurso con una frase de (Vladimir) Nabokov, que resume con precisión el espíritu de lo que junto a los vicerrectores electos asumen: “La curiosidad es la insubordinación en su forma más pura. Que esta universidad siga siendo eso, un espacio donde la curiosidad no se domestique, donde pensar no sea un riesgo y donde el arte siga siendo una forma de libertad ilimitada”.

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