Ocho de las producciones en las que trabajan los estudiantes de la maestría de Cine Documental de la Escuela de Posgrados de la Universidad de las Artes fueron presentadas en dos de los tres días de Pos°Sur, el encuentro de sonoridades y visualidades que se desarrolló entre el 22 y 24 de julio. A la muestra se la denominó Work in progress, puesto que las piezas audiovisuales se encuentran aún en proceso y lo que la comunidad universitaria y el público en general vieron fue una parte de lo que se realiza.
Teniendo como escenario la Sala de Cine del MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes, el lunes 22 llegaron a la pantalla: “Un lugar donde quedarse” de Dayan Romero, quien a través de paisajes andinos ecuatorianos y recuerdos de su abuela y su padre indica haber iniciado una exploración de identidad a partir de su muerte, enfermedad y depresión para poder encontrar una realidad diferente.
“Dolores Guerra” de Billy Navarrete, un documental que su autor concibió para narrar la lucha incesante de la protagonista –cuyo nombre da título a la producción– por conocer el paradero de su esposo mientras muestra la foto de su detención, símbolo del abuso policial en el Ecuador. Con 60 minutos de duración, en la producción cuyo work-in-progress fue presentado interviene el Comité Permanente de la Defensa de los Derechos Humanos.
La protagonista insiste en que el civil que lleva detenido a otro civil con el rostro cubierto es su esposo, quien desapareció tras un violento operativo policial en Guayaquil, indica Navarrete. Esa época estuvo marcada por grupos de limpieza social vinculados a las fuerzas de seguridad y ahora ella, finalmente, sienta en el banquillo al grupo policial responsable de la desaparición de su esposo.
Navarrete agrega que su proyecto documental “Dolores Guerra” nace del registro de la masacre ocurrida el 19 de noviembre del 2003 en una farmacia ubicada al Norte de Guayaquil. Desde entonces sigue con su cámara a la protagonista en su reclamo por el paradero esposo desaparecido. “El mayor atractivo del caso es la noticia en el periódico donde vemos una foto del instante de la captura de uno de los detenidos desaparecidos durante un operativo policial”.
“La ciudad que devora cerros y traga esteros” de María Gabriela Portaluppi es un documental que aborda algunas de las consecuencias de la complicada relación de la ciudad de Guayaquil con la fauna silvestre que la rodea, siguiendo la labor de la Fundación para la Protección de Fauna Silvestre Proyecto Sacha que, gracias a donaciones, veterinarios y biólogos voluntarios, se encarga de recibir diariamente especies silvestres y urbanas que llegan en condiciones de riesgo y se responsabiliza del cuidado durante su recuperación, para en lo posible devolverlas a su hábitat natural.
María Gabriela Portaluppi indicó que propuso el tema partiendo de la realidad de Guayaquil como una de las ciudades con mayor biodiversidad en el mundo, un lugar que vive en constante relación con la naturaleza, pero que, al mismo tiempo, la ignora y pone por encima sus intereses políticos y económicos. Actualmente, reveló, ya existen especies endémicas que están en peligro de extinción y es ahí donde nace la urgencia de realizar un documento audiovisual, que a través de la observación explore la situación actual de los animales, con el fin de brindarles visibilidad y que exista una toma de conciencia sobre los cambios vitales que la ciudadanía debe tomar sobre este problema ambiental.
Para este documental fue fundamental plantear un sentido realista, brindando información por medio de recursos fílmicos y narrativos que sirvan de equilibrio entre la práctica discursiva y una composición afectiva, con el propósito de instaurar una empatía hacia esta problemática, explicó Portaluppi.
Añadió que en el material recopilado hasta ahora se muestra una cotidianidad dentro de la fundación, con diversos casos de animales que han llegado en estado de vulnerabilidad, clasificándolos por especies para lograr tener un seguimiento del proceso interno. En este primer corte se muestra una estructura fundamental, para continuar con la edición del largometraje.
Con “Montuvio”, de marco Crespo, concluyó la primera jornada del work in progress propuesto por la maestría de Cine Documental para el Pos°Sur. El presente y pasado dialogan entre sí en el audiovisual que muestra a la familia Castro subsistiendo de su pequeña producción de banano. No obstante, desde la pandemia y la guerra Ucrania-Rusia, las cosas empiezan a desmoronarse, llevando a primos a trabajar juntos para poner en pie su pequeña factoría, mientras que la gente mayor recuerda un pasado que posiblemente no volverá

Segunda jornada
Las proyecciones de los work in progress continuaron el martes 22 de julio con “Mi bonita ciudad” de Kevin Salazar, un cineasta que ha pasado toda su vida en una ciudad turística de Ecuador, sin embargo, la creciente ola de criminalidad que la azota culmina en el trágico asesinato de su tío, lo cual lo lleva a reconsiderar si desea seguir viviendo en un lugar que ya no siente como su hogar.
“Mi padre el Norrito” de Fabián Sandoval es el propósito de un hijo de producir un documental sobre las grandes aventuras de la infancia de su padre, a quien convoca para realizar un viaje a los lugares donde las vivió, a fin de que las vuelva a contar. No obstante, el no obtener los relatos de su padre como hubiera querido le genera dificultades, ante lo cual intenta otras formas de narrar los hechos, mientras reflexiona en lo complejo que puede resultar hacer una película y un personaje tan próximos al director.
“De donde el nombre se vuelve recuerdo” de Paola Espinoza se enmarca en graffitis, stencils, personas e insectos que aparecen y desaparecen en un puente de Cuenca, la capital de la provincia del Azuay que está ubicada al Sur del Ecuador. El audiovisual lleva a observar la cotidianidad de este espacio, mientras una voz reflexiona sobre las transformaciones del lugar y de una historia oficial y otra que revela la violencia que persiste a través de los años.
“Tribuna suprema del arte” de Juan Carlos Granda presenta a Miguel, el único habitante de la casa en deterioro que fue sede de radio popular, una importante emisora que en la actualidad está fuera del aire e intenta mantener en vivo el programa musical estelar del que el audiovisual toma el nombre. El personaje, divorciado y alejado de sus hermanos, lucha por no dejar que mueran los recuerdos del espacio radial.







