Mariuxi Ávila llevó “Susurros del manglar” a Bastión Popular; parte de los encuentros de arte, educación y espacio público UArtes

En el Centro Polifuncional Municipal ZUMAR, ubicado en Bastión Popular, la gestora cultural Mariuxi Ávila mostró los resultados de “Susurros del manglar”, la propuesta con la que respondió y ganó la convocatoria pública para residencias comunitarias que hizo “Manglar 2024: Encuentros de arte, educación y espacio público”, organizado por la Universidad de las Artes. La presentación tuvo lugar el jueves 10 de octubre.

Vale anotar que, en este año, las actividades de Manglar se programaron en dos escenarios. La Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes, con mesas de diálogo en torno a los extractivismos, las artes y la resistencia comunitaria; el fortalecimiento de actores en territorios; y los métodos de trabajo para la conformación de espacios seguros. Y los varios barrios de la ciudad donde se desarrollaron las propuestas de los artistas que ganaron la convocatoria pública “Intermareal”, efectuada para la cita.

Antes de Bastión Popular hubo presentaciones de resultados de residencias comunitarias en Cerro del Carmen, Monte Sinaí e Isla Trinitaria.

“Susurros del manglar”, anota Mariuxi Ávila, es una propuesta de Biotar, lo cual hace referencia al arte y la biodiversidad. “Es una intersección de cómo te acercas a una práctica artística, pero con un conocimiento también específico sobre la flora y fauna que tenemos”, explica y se pregunta si somos un país tropical por qué “no tenemos esa relación y ejercicio”.

Por ello, su propuesta fue establecer una estación, llamada justamente Biotar, como un espacio de educación. Y es que Ávila confiesa que más que artista se considera una educadora y le interesó la propuesta de Manglar 2024 para ir a territorio y promover reflexiones en torno a la biodiversidad.

Los inicios de Biotar fueron en 2019 y los primeros pasos que Mariuxi Ávíla dio con el proyecto fue el ecosistema del Bosque Seco. Desde entonces confiesa que pensaba en el manglar, lo cual la llevó a crear un fanzine, que es el diario de una niña que manifiesta su interés por la naturaleza en Guayaquil. Nunca perdió el interés por el manglar, de allí que cuando se dio la convocatoria para las residencias comunitarias del evento UArtes, se presentó con el deseo de desarrollar su propuesta en la Isla Trinitaria y así estar cerca del manglar. El jurado calificador, no obstante, le asignó en ZUMAR”.

Hacer la residencia comunitaria en ZUMAR fue para Ávila un total desafío, pues se dio cuenta de que siempre había abordado los temas de biodiversidad cerca a ecosistemas, como el cerro del Paraíso o Capeira e incluso ahora que vive en Olón. “Siempre fue fácil hablarle a la gente de la naturaleza porque salía y la encontraba. Acá, si bien los habitantes de Bastión Popular consideran un oasis, sus áreas verdes corresponden a un objetivo más ornamental. No estar cerca de un ecosistema, sí representó un desafío”.

Ver lo que había en el entorno, como un canal de aguas residuales en abandono y un hospital del día, fue mutando la propuesta. Además, fue ella quien acudió a la gente y no lo contrario. Contaba con material para mediación lectora, como libros especializados en flora y fauna latina, y la gente se empezó a interesar. En la estación también contó con pinceles, animando a la gente a plasmar sus ideas en relación a la naturaleza. “Un poco tímida indicaba que no sabía dibujar ni pintar, pero le indiqué que el objetivo no era técnico artístico, sino de conocimiento compartido y de cómo se permitía experimentar y expresar sus sensibilidades”. 

El número de participantes fue aumentando y los resultados han sido maravillosos, expresa Ávila. “Nunca en sus vidas habían dibujado ni pintado, pero lo hicieron y lo que se inició como un horario de tres horas se hizo mayor y, a final, desarrollaron un autodescubrimiento. Esto sucede cuando te lanzas a aprender por ti mismo y a conectarte con la observación.

Ávila inició la residencia el pasado 16 de septiembre y si bien la presentación de resultados es un cierre, ella considera que los talleres nunca se cierran, pues quien participa siempre se estará haciendo cuestionamientos. Es el autodescubrimiento que menciona y que llevó a la gente a pedirle que en lugar de ir dos días a Bastión Popular fuera tres; se avivaron el interés y la curiosidad. Espacios como la estación de Biotar son, justamente, para profundizar y llevar a la práctica aquello sobre lo cual se reflexiona.

Fotos: Paúl Betancur, estudiante de la Escuela de Artes Visuales en PPP en Manglar 2024.

Comparte esta nota