Producida por la mexicana Martha Orozco y en el marco de “Elipsis, el evento hito de nuestra Escuela de Cine al que fue invitada, el pasado 13 de noviembre se proyectó en la sala del MZ14 el documental “Nueva Venecia”, el cual retrata la vida de una comunidad en el corazón del río Magdalena, en Colombia.
La comunidad en cuestión vive aislada en un entorno casi completamente sumergido, lo que provoca que se enfrente a constantes desafíos relacionados con el agua y el cambio climático. El documental destaca la lucha por la supervivencia de estas personas y las emociones vinculadas a su vida cotidiana en una región tan afectada por la erosión de la tierra y el cambio de las dinámicas sociales. En el diálogo, Orozco anotó que producir “Nueva Venecia” conllevó desafíos técnicos y emocionales y que las colaboraciones fueron fundamentales para su realización.
El documental nació de un profundo interés por las comunidades marginadas, aquellas que, a pesar de estar alejadas del centro de atención, están luchando contra problemas sociales y medioambientales que las afectan directamente, precisó. En sus habitantes hay resiliencia y una enorme capacidad para enfrentar sus luchas sin perder la esperanza. Realizar el documental fue un largo proceso, que implicó varias visitas al lugar y un contacto estrecho con los habitantes de la isla.


La productora Tigre Pictures ayudó a financiar y coordinar la filmación en las complejas condiciones de la isla, mientras que Bioscope, otra productora, asumió la logística y distribución del documental, así como la posproducción junto con Orozco; la dirección de fotografía corrió a cargo de Carlos Vásquez Méndez, quien destaca por su trabajo en proyectos de cine documental y capacidad para capturar la esencia de paisajes complejos y desafiantes; y la banda sonora, que captura la esencia de vida en “Nueva Venecia”, fue diseñada en colaboración con varios músicos locales, lo que añadió un toque auténtico al producto.
Un resultado que generó cambios
Uno de los momentos más emotivos, comentó la productora, fue cuando los habitantes de “Nueva Venecia” pudieron ver el resultado final del documental y quienes habían participado activamente en la filmación expresaron su sorpresa al ver sus vidas reflejadas en la pantalla grande. Desde el proceso de rodaje, reveló, ya sentían que sus historias finalmente estaban siendo escuchadas, lo cual fue una gran recompensa para ella y el equipo.
Sobre todo, agregó, porque cuando iniciaron el proceso de rodaje en la región conectar con los lugareños no fue fácil, inicialmente desconfiaban de los forasteros. Sin embargo, con el tiempo, lograron construir una relación de confianza y empezaron a compartir sus historias y preocupaciones con el equipo de filmación. Esa interacción fue también clave para el éxito del proyecto, ya que permitió que el documental tuviera un enfoque auténtico y profundamente humano.
Después de que el documental se estrenara y comenzara a ser proyectado en festivales internacionales, el impacto fue más allá del ámbito cultural, pues el reconocimiento a lo realizado contribuyó a un cambio en la percepción pública sobre la comunidad y la región. Organizaciones no gubernamentales (ONGs) y el propio gobierno comenzaron a tomar medidas para mejorar las condiciones de vida en la zona.
El gobierno colombiano, al darse cuenta de la atención mediática que el documental había generado, anunció varios proyectos de inversión para mejorar la infraestructura en la zona; parte del financiamiento gubernamental se destinó a la construcción de viviendas más resistentes a las inundaciones, además de mejorar los servicios de salud y educación. La película, de alguna manera, sirvió como un llamado de atención que movilizó tanto a organizaciones de la sociedad civil como a autoridades locales y nacionales.
El documental no solo mostró la belleza natural y la vida cotidiana de “Nueva Venecia”, sino que destacó la urgente necesidad de una intervención para preservar tanto la cultura local como el ecosistema que sustenta a la comunidad.
Aunque el cambio no fue inmediato ni total, sostuvo Orozco, el documental fue como una plataforma para generar conciencia sobre la situación de “Nueva Venecia”. “A veces, el cine puede ser una herramienta poderosa no solo para contar historias, sino también para hacer visibles las injusticias y las realidades olvidadas”, manifestó.
Cabe anotar que, de la productora Martha Orozco también en “Elipsis” se proyecta “La hija de todas las rabias”; hoy, al cierre de la cita. La invitada internacional dictó también el taller “El viaje de héroes y heroínas en su primera película. Una odisea única e irrepetible”, el cual tuvo tres sesiones en la Biblioteca de las Artes.







