Escuela de Música Yarina y su experiencia formativa en las comunidades de Imbabura

Surgió en 2015 con el objetivo de investigar los ritmos y cantos tradicionales kichwas y ofrecer un espacio de formación musical para los niños y niñas de las comunidades de Imbabura. Es la Escuela de Música Yarina (EMY) que el miércoles 20 de noviembre estuvo presente con una mesa de diálogo en el XI Congreso Internacional de Investigación de REDU, la Red Ecuatoriana de Universidades y Escuelas Politécnicas para Investigación y Posgrados de la cual la Universidad de las Artes es parte y en este año sede de la cita.

Con la moderación de la doctora Yulianela Pérez, directora de Políticas de Investigación en Artes, la mesa tuvo como ponentes a Oscar Betancourt, Ana Cachimuel, Ati Cachimuel y Rommy Miller, quienes fueron detallando la experiencia formativa de la institución. Cada uno tuvo un aspecto a desarrollar con respecto al proyecto educativo y las experiencias en la formación multidisciplinaria que brinda.

La Escuela de Música Yarina ha sistematizado su propuesta pedagógica en cuatro ejes, procurando siempre una experiencia inmersiva en cada uno de ellos. El primer eje, se anotó, es el de la investigación participativa sobre prácticas y saberes que han encontrado en las distintas comunidades y en los distintos enfoques de las experiencias de vida de las comunidades.

El segundo eje mencionado fue el registro del estudio y el diálogo de saberes en torno a qué es lo que, como escuela y gestores de la cultura y de las artes, conocen y reconocen en las comunidades. Como tercer eje, y una vez estudiados y registrados esos saberes y esas prácticas, stos se resignifican con los estudiantes en el vínculo con la comunidad. El cuarto eje, finalmente, tiene que ver con la circulación y la participación de estas prácticas y saberes ya con los estudiantes de la EMY en los escenarios.

En la exposición de la Escuela de Música Yarina, se hizo anotó también de la metodología para el aprendizaje de canto kichwa y popular, así como del manual de violín andino volumen 1. Se reiteró, además, la necesidad e importancia de preservar la memoria oral, de contribuir a la reconstitución y resignificación del tejido social comunitario mediante el fortalecimiento y la recuperación de prácticas ancestrales solidarias, colaborativas y participativas.

El arte, se dijo, es un catalizador de los procesos sostenidos de transformación social e impulsor de alternativas comunitarias para la dinamización de la economía local. Investigar los ritmos y cantos tradicionales quichuas y ofrecer un espacio de formación musical para las infancias y juventudes de las comunidades de la provincia de Imbabura conlleva a la construcción de un entorno artístico para el aprendizaje de la música danza quichua y la cosmovisión andina en un ambiente inclusivo.

En su oferta formativa, EMY ofrece clases presenciales o virtuales de instrumentos, de canto, de Kichwa y cosmovisión andina, ensambles instrumentales y vocales, coro juvenil-infantil y clases de danza. A la participación de escueala en la mesa de diálogo en el segundo día del XI Congreso Internacional de Investigación de REDU –del 19 al 22 de noviembre–, se adelantó la intervención que tendrían sus representantes al día siguiente –el jueves 21–con los docentes y estudiantes UArtes en la misma Plaza Pública del MZ14, un trabajo artístico conjunto que contribuye a las experiencias de vinculación cultural de ambas instituciones y del público.

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