Creación, experimentación y sensibilidad del cuerpo en movimiento en XVI Muestra de Estudios Coreográficos de Danza

Los procesos y obras que los estudiantes de la carrera de Danza de nuestra Escuela de Artes Escénicas desarrollaron durante el semestre fueron llevados a escena en dos veladas dedicadas a la creación, la experimentación y la sensibilidad del cuerpo en movimiento. Tuvieron lugar el jueves 11 y el viernes 12 de diciembre en la Plaza Pública del MZ14 Centro de Producción e Innovación de la Universidad de las Artes.

Proponiendo miradas diversas sobre la danza contemporánea y sus posibilidades expresivas, el jueves 11 la comunidad universitaria y el público en general presenciaron de Emily Estupiñán, Angie Palma y Jaritza Ruiz –sus directoras e intérpretes– la pieza “Trilogía”, una propuesta para explorar la simbología del hilo rojo a través de la amistad. Desde la desconexión inicial, cada una atraviesa su propia travesía hasta un encuentro destinado que abre la posibilidad de resonar juntas. Entre nudos, tensiones y enredos, la pieza reveló la fuerza de un vínculo sincero que resiste y siempre encuentra el camino de vuelta. Tutor: Oscar Santana. Fotografía: Jeison Villalva. Música: Alberto Moreno.

La siguiente puesta en escena fue “Paradojas deshilachadas”, con Noelia Ávila, Gabriela Murrieta y Mishell Zúñiga. En su sinopsis, las estudiantes, directoras e intérpretes señalaron que el tiempo es un suceso vivo donde ninguna temporalidad existe sola: el cuerpo guarda, transforma y proyecta memorias. Un trío manifiesta cómo esas memorias corporales transitan entre lo que fue, lo que es y lo que todavía no llega. Pasado, presente y futuro dejan de existir en una línea recta, ya no son puntos separados. Al interactuar, se reconocen y se transforman en un tejido inestable que se destruye y se reconstruye continuamente. Tutor: Oscar Santana. Fotografía: Luis Valdez. Música: Jorge Grefa. Vestuario: Verónica Vera.

“Cuando el cuerpo cede”, dirigida e interpretada por Milena Plaza y Justine Rodríguez, fue la tercera de las cuatro propuestas de esta primera jornada. La obra indagó en las huellas que la manipulación deja en el cuerpo: tensión, temblor, silencio y ruptura. Entre fuerzas externas y batallas internas, el movimiento permite ver lo que no se dice, pero se siente en un viaje hacia la conciencia, la resistencia y la posibilidad de volver a habitarse. Tutor: Max McClure. Fotografía: Sofía Plaza

En “Lazos” sus directores e intérpretes, Sheyla Chinchín y Jeison Villalva, mostraron cómo una cuerda crea una conexión entre dos personas, generando un caos de peleas, dos cuerpos encontrados y atados en un vínculo profundo. La cuerda constituyó un símbolo de amor, sostén y resistencia, mientras el apego se transformó en lucha, peso y tensión inevitable. En el duro arte de dejar ir, el vacío reveló la verdad del lazo: no muere y se convierte en huella. Tutora: Cindy Cantos. Fotografía: Sofía Plaza

El viernes 12 de diciembre, en la Plaza Pública del MZ14 se presentaron, también a partir de las 18:30, “Memorias Unidas”, con Gabriela Magallanes y Julio Romero; “Mi rostro después del mundo”, con Natasha Castillo Reyes y Scarlett Tello Gordillo; “Nadie lo ve, nadie nos ve, nadie te ve”, con Mateo Vilcayguano, Jandry Herrera y Galo Gómez; y “Crisalofagia, con Elizabeth Macías y Abigail Tapia.

En “Memorias Unidas”, sus intérpretes-creadores compartieron con el público que el tiempo abre un sendero que atraviesa las etapas de la vida. En él despiertan recuerdos que alguna vez tocaron el alma y aún hoy estremecen con su eco. En ese viaje invisible, dos historias se buscan y entrelazan, uniendo cuerpos y destinos en un mismo pulso que hila lo vivido. Cuerpos que se conectan y comparten sus exploraciones, emociones y sensaciones, creando una química armoniosa que por momentos los convierte en un solo ser: un cuerpo que se divide, expande y vuelve a fusionarse para compartir una experiencia común, tejida por las etapas de la vida. Tutora: Vanessa Pérez. Música: “En mi piel”, de Shalom Mendieta.

“Mi rostro después del mundo” es una reflexión de sus intérpretes-creadoras Natasha Castillo Reyes y Scarlet Tello Gordillo de cómo cambian nuestra identidad y nuestra mirada después de atravesar momentos que transforman todo. La obra muestra un rostro reconstruido por la pérdida y la resistencia, revelando quiénes somos cuando el mundo que conocíamos ya no existe. En este tránsito, dos caminos se entrecruzan: uno que decide volver al antiguo gesto, a la máscara que ofrece pertenencia; y otro que se atreve a desprenderse de ella para respirar un mundo propio. En esa distancia que se abre entre ambas se revela la delicada elección entre seguir las reglas o liberarse de ellas. Tutora: Tamia Sánchez.

De los intérpretes-creadores Mateo Vilcaguano, Jandry Herrera y Galo Gómez, “Nadie lo ve, nadie nos ve, nadie te ve” llevó al espectador a las memorias migrantes de quienes habitan una nueva ciudad y de cómo emergen pequeños cambios, como la forma de saludar, de comprar, de hablar y de moverse por las calles. En medio del caos –el mercado, la tienda, el bus, la gente apurada–, el cuerpo intenta adaptarse, aprende, se confunde y, a veces, se siente perdido. La obra permitió reflexionar sobre lo que casi nadie nota: la lucha diaria de encajar en un lugar nuevo y de cómo la ciudad, sin darse cuenta, transforma. Musicalización: Dani Dawa. Cámara y edición: Alexander Chonillo y Carlos Cedeño. Tutora: Tamia Sánchez.

En “Crisalofagia”, las intérpretes creadoras Elizabeth Macías y Abigail Tapia, bajo la tutoría de Oscar Santana, exteriorizaron que la muerte es solo una piel más que cae, una cáscara que la sangre abandona para volver a respirar. No hay monstruo afuera, solo una mente terca. Creer vuelve a ser un acto carnal. Fe que se arrastra. Fe que tiembla. Fe que se lame la herida hasta recordarse viva.

Foto portada: Sofía Mera, docente UArtes; las otras imágenes fueron tomadas de la cuenta de Instagram de la carrera de Danza.

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