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UArtes tiene ya a sus primeros graduados en las carreras de Artes Musicales y Literatura

Del 26 al 30 de agosto once estudiantes sustentaron sus tesis de grado. Son 67 los egresados de todas las carreras, excepto los de Danza, que se graduarán en este 2019. Se suman los 18 profesionales titulados por validación de trayectoria.

Ansiedad, algo de nervios y mucha emoción experimentaron los once estudiantes que del lunes 26 al viernes 30 de agosto del 2019 presentaron la defensa de sus respectivas tesis, previo a la obtención de la licenciatura. Ahora solo resta la ceremonia de graduación, coincidieron Gustavo Arregui (foto arriba), de la carrera de Artes Musicales de la Escuela de Artes Sonoras, y Jordan Mosquera (foto abajo), de la Escuela de Literatura. También sustentaron Sandy Sánchez, Kenia Carbo y Nicole Cedeño, de la Escuela de Artes Visuales; y Anneliesse Salvatierra, Valeri Moposita, Víctor de la Vega, Gabriel Barreno, Carlett Decker y Alisson Herrera, de la Escuela de Cine. Gustavo Arregui y Jordan Mosquera coinciden en algo más. Ambos son los primeros graduados de sus respectivas carreras.

A la defensa de Mosquera asistió un numeroso público, incluyendo el rector. Su tema de investigación fue “La representación de lo masculino en los amorfinos”, el cual abordó, dijo, porque poco se habla al respecto. “Se debe considerar investigar comunidades montubias, afroecuatorianas, entre otras, y su relación con y desde el arte”.

En el aula 305 del pabellón Pablo Palacio, donde hizo su intervención, Mosquera explicó cómo los amorfinos son considerados arte oral usado para la propagación de costumbres y la validación y la trasmisión de conocimientos dentro de una comunidad, pero que representan la masculinidad como dominante en la comunidad montubia, dejando a la mujer como subordinada.

Se explayó en cómo el amorfino es utilizado para el enamoramiento, pero que existe un contrapunto donde se genera un diálogo por medio de este arte oral y siempre es el hombre quien inicia el diálogo y es la mujer quien responde a esta “incitación”. En ocasiones este también se expresa de “doble sentido”, tratando temas de sexualidad y de provocación.

Jordan Mosquera concluyó que el amorfino logra plasmar una serie de características de la vida campesina ligada a la familia, la monogamia y la religión, lo cual permite observar las relaciones de género y los roles que se le asignan dentro de lo social.

Al final de su defensa, Mosquera abordó los amorfinos feministas, aquellos que hablan de la mujer en otros escenarios, como el estudio, e indicó que sobre el tema hay otros campos por investigar. El suyo fue un trabajo bibliográfico y etnográfico, según indicó.

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