Con la obra “Vástago”, Charlotte Förster Gómez de la Torre, estudiante de séptimo semestre de la Escuela de Artes Visuales, mención escultura, ganó un primer lugar en la edición octubrina del Festival de Artes al Aire Libre (FAAL).
Es un premio que, si bien reconoce su esfuerzo y dedicación, la también profesora de una institución educativa local considera pone en evidencia los conocimientos adquiridos en el taller de escultura, materia que dicta el docente William Hernández. El taller se encuentra en el campus sur de la UArtes, en las instalaciones del Teatro Centro Cívico.
Allí, InfoUArtes halló mezclando barro a seis estudiantes, que atentos recibían las indicaciones de William Hernández. Él, quien también da clases de pintura, comentó que en escultura empiezan con lo básico, aprenden a hacer moldes, desde los más sencillos –como los de relieve, tipo máscara– hasta los de mayor calado –como un animal, un busto, un autorretrato–. “En el intermedio hacen un torso, pueden decidir o no hacer la cabeza. Trabajamos con imágenes impresas, son muchas fotos para registrar muchas partes y exista el parecido posible”.
Igualmente trabajan en moldes de yeso, fibra de vidrio y silicón, y terminan haciendo la escultura en un positivo a partir de los moldes. “Después en escultura, hacen el cuerpo completo, un molde, copia en resina o yeso”.
En la enseñanza sigue lo experimental, en la carrera escultura la más divertida, pues entra la creación del estudiante, su sueño creativo. William Hernández comenta que consiguen vidrios y hasta las piedras que encuentra a su paso la lleva para que tenga ese tipo de contacto. “He recogido madera por si quieren hacer algo más contemporáneo”. Se mantiene siempre el proceso de modelado y resina, soldadura de metales, repujado, remachado. “Una alumna me hablaba de que no tenía recursos y fuimos en busca de material, encontramos tubos plásticos y le dije: aquí está tu material”.
Charlotte Förster es una prueba de lo que se puede concebir en escultura experimental. “La obra que presentó al FAAL fue hecha de lo que aprendió en el taller, incluso de los errores, y le dio buenos acabados”.
La estudiante revela que se inclinó por utilizar material que está dentro de las construcciones, de la ciudad, como fierro, concreto, vidrio. El taller de escultura se encontraba en ese momento en el edificio El Telégrafo, que está en etapa de recuperación. “Estaban haciendo desalojos y como veía a diario todos esos materiales nació mi inquietud por hacer la obra. El profesor me apoyó, nunca fue estricto en el material que debía utilizar, ni en qué línea debía seguir; surgió la mezcla de materiales que tenían cierta conexión con lo orgánico. A los fierros les hallé una forma de raíces, de plantas. También en el reflejo de las personas en el espejo. La resina, el concreto y los metales… Una vez entendido el material y manejarlo bien, tuve una visión ampliada de lo que quería hacer”.
A los componentes del concreto (arena, piedra, arcilla, caliza y sulfato cálcico) le agregó un fragmento de mangle rojo encapsulado en resina transparente procesada, para obtener un color similar al del rio Guayas. Así nació “Vástago”. “Mi tema fue el medioambiente y trabajé en la obra en los dos o tres días que determina el concurso para su desarrollo; desde la parte de la técnica hasta su contexto en la historia del arte”, anota Charlotte Förster y agrega que fue mentalizada y organizada, no sabía si ganaría o no, solo que debía entregar un material bien hecho”.
Para Charlotte Förster, el FAAL fue el primer concurso en el que ha participado. Guardará el premio que recibió para la muestra que hará para su titulación.