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Los regalos sonoros de Elio Santana a la comunidad UArtes

Los denominó regalos sonoros y en el correo institucional de la Universidad de las Artes compartió dos audiovisuales interpretando dos composiciones distintas en su género. Elio Santana Palma, quien cursa el noveno semestre de la Escuela de Artes Sonoras y artísticamente se da a conocer como Gibran Santana, hizo suyos en el piano un tema por el Día del Amor y de la Amistad y otro por el Día Internacional de la Mujer. Así celebró a sus compañeros, docentes y comunidad universitaria y dejó mensajes que salieron de su sensibilidad artística.

Para el primero dijo que el amor tiene muchas formas y que él lo expresaba a través de la música. Entonces compartió un video suyo marcando las notas de Historia de amor, del francés Francis Lai. “Un arreglo para piano sin presunciones armónicas ni virtuosísticas, todo para contemplar auditivamente esa maravillosa melodía que expresa lo difícil que es encontrar el verdadero amor…”, señaló.

Al segundo regalo le adjuntó la observación de que celebraba a las mujeres en su día interpretando el pasillo Ángel de Luz, compuesto por Benigna Dávalos, porque “habla de forma ontológica y metalingüística de la esencia de la mujer. El presente video muestra también un estribillo compuesto por mí”. Un audiovisual con el que, al mismo tiempo, resaltó los valores patrimoniales musicales del Ecuador.

Pero, ¿quién es Elio Santana?, InfoUArtes lo contactó y a las preguntas planteadas indicó que se halla en fase de titulación, esperando la fecha para la defensa final de su tesis; que aprobó la pre-defensa y que su presentación artística consistió en ejecutar tres composiciones minimalistas con características andinas. Comenzó a estudiar música y piano a los 4 años y lo continúa haciendo. En principio, la música clásica y con el paso del tiempo, y tras ingresar a la UArtes, “fui adquiriendo conocimientos que me llevaron a abordar géneros como el jazz, la nueva era y la música minimalista, a la par de la nacional, en especial, la andina. Actualmente tengo 25 años”.

Comentó que desde la creación de la UArtes se propuso estudiar en una institución que le aportará con la universalidad y transdisciplinariedad, pues ya tenía conocimientos musicales del tipo conservatorio-bachiller, pero necesitaba expandirlos a nivel técnico, musical, investigativo y profesional. Su preparación académica ha sido transdisciplinaria, con una inclinación práctica que deviene de una inquietud teórica, refirió y explicó que “la EAS nos enseña a cuestionar nuestras propias ideas (musicales) y apostar por la investigación necesaria para resolver las inquietudes inherentes al tema”.

Tras revelar que le gustaría especializarse en composición para bandas sonoras, Elio Santana anotó tener una inteligencia sinestésica y poder saborear los colores y hasta sentirlos. “Escucho música desde los colores de forma abstracta, los cuales aprovecho para componer. Reversiblemente puedo escuchar colores y saborear sonidos”. Y es, justamente, por poseer esa capacidad que le gustaría pulirla con una Maestría en Composición. Lo haría aplicando una beca, aprovechando que aún se puede estudiar a distancia y trabajando para sustentar los gastos y lo invertido por sus padres hasta la actualidad.

A consecuencia de su extrema sensibilidad a los sonidos fuertes y a las frecuencias media-agudas (8.000-11.000 Hz) escucha música clásica y minimalista de autores como Yann Tiersen y Philip Glass; a todos los grandes músicos clásicos, desde Baptiste Lully, pasando por Bach en el barroco y Beethoven en el preclásico; desde Chopin hasta Rachmaninoff y Stravinski, entre otros. “Menos música rock o heavy que alteran mi sistema nervioso. Como anécdota, se piensa que poseo el síndrome de Asperger, conductas autistas que dicen las personas notar en mí. Incluso, en la UArtes lo sospechaban en los primeros años. Lo tenga o no, considero esto una bendición, un súperpoder y una kriptonita por controlar”.

Para Elio Santana la música es un menester que disfruta, “es un lenguaje extrasomático que me permite conectarme conmigo mismo. No obstante, ciertas tonalidades me generan sensaciones caóticas, evocando los colores rojo o amarillo, estos dos son superlativamente dolorosos para mí, ¿quién sabe?, talvez por este Asperger tardíamente diagnosticado”.

Junto con seguir una Maestría en Composición y un PhD, el estudiante en proceso de titulación tiene entre sus planes presentar su currículo al Municipio de Jaramijó, en Manabí, para dirigir una banda de pueblo o la orquesta de dicho GAD.

¿Qué significa Gibran, su nombre artístico? A la pregunta responde que debería ser su nombre, pero el registro civil cuando lo inscribieron lo negó. “Gibran me hace ver el color celeste, que me hace sentir en éxtasis y me hace alcanzar la ataraxia (o la impermutabilidad del alma). En contraste, Elio, que nunca me ha gustado, me evoca el color rojo, tan fuerte para mí”.

En el regalo sonoro por el Día Internacional de la Mujer constó un estribillo instrumental de su autoría. No es su única creación ni producción: “Tengo 20 bagatelas (piezas cortas para piano) y un quinteto de cuerdas de música minimalista perteneciente a mi catálogo Elementum, son piezas para dos violines, una viola, un chelo y un contrabajo (…). Una sonata para piano andina y tres sonatas para piano del periodo clásico. Además, una tarantela, una danza italiana, tres piezas minimalistas para piano con texturas andinas (para mi grado), dos pasillos –para trompeta piccolo y piano y para piano solo–. Mi último trabajo es una habanera o pieza al estilo cubano”.

Atraído por el pasillo Ángel de Luz, Elio Santana confesó que quiso conectar contrastantemente una segunda estrofa. Sin letra, meramente instrumental, al igual que el arreglo. Explicó que al ser instrumental o de salón, y aprovechando la ausencia de una cantante, le puede subir un poco la “velocidad” (realmente llamado, tempo). “También cambié el bordoneo, o bajos, generando una textura más orquestal y resonante. Además, tiene una inclinación programática-sinestésica que genera un ambiente sonoro lleno, abrigador, tibio y, al mismo tiempo, fresco como lo sería la energía de un ángel…”.

El género musical que más llama su atención, y en el cual ahora trabaja, es la música minimalista, que calificó maravillosa porque parte de lo esencial y la abstracción de la idea más importante. “A los aspies nos viene bien las rutinas, en el minimalismo se vive un estado rutinario pero transitorio”.

Al preguntarle sobre su entorno familiar y de quién heredó la vocación y amor musical, Elio Santana manifestó que su padre gusta de la música y canta, aunque no cree haber nacido con ese talento. “Mi propia familia se cuestiona a quién salí músico. Cuentan que a los 2 años entoné el Himno a la Alegría en una armónica (rondín) que mi padre me compró y que no cesaba de tocar hasta pasada las diez de la noche. A partir de allí mi vida fue la música. Nunca me he presentado a concursos de composición o piano, pero eso no me deja ni menos ni más satisfecho, pues en la UArtes hay muchísimos excelentes estudiantes que me han hecho competir día tras día desde que entré a mi alma máter”.

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