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“Chumichasqui, 42 años después”, el proyecto de tesis de Israel León Mendoza, estudiante de la EAS

Israel Jesús León Mendoza lleva once años inmerso en la docencia musical y a esa experiencia atribuye que su anteproyecto de tesis haya sido rechazado en una primera instancia. No cumplía los parámetros que se pedía a nivel de producción, admite, puesto que se había enfocado más en la enseñanza escolar que en la producción musical. El estudiante de la Escuela de Artes Sonoras de la Universidad de las Artes defendió el 7 de abril de 2020 su trabajo final, previo a la obtención de la licenciatura.

Lo tituló “Chumichasqui, 42 años después” y lo propuso como un homenaje al grupo que justamente cumple en este 2020 su aniversario número 42.  “Elegí esta agrupación porque ha pasado por varios procesos a lo largo de su trayectoria, tanto en lo político como en lo social, y fue, además, mi fuente de motivación. Tuve sentimientos encontrados porque pertenecí al grupo 16 de los 32 años que tengo de vida”, refiere Israel León.

¿Cuánto tiempo le tomó desarrollar la tesis? “Creo que los 16 años que pertenecí al grupo, ya que veía en la perspectiva cómo iba trascendiendo de forma subjetiva y aunque no fue la idea principal de mi proyecto de tesis, cuando los profes me orientaron supe que esa visión subjetiva que había tenido por tanto tiempo encajaría perfectamente en mi tesis”.   

Aunque la reprogramación de su tesis era presencial, el estudiante dice que sustentar su trabajo vía online no alteró en absoluto su exposición porque está adaptado a esas circunstancias. “Lo único que me dejó inconforme fue la calidad de los audios que reproducen todos estos medios digitales en formato conferencia, pero creo que la sensación de este formato, comparándola con la predefensa, fue más suelta, no sentí tanto la presión”.

Más que preguntas o dudas, Israel León indica que recibió la felicitación de los docentes; “concordaron en que había hecho un excelente trabajo, pues había abarcado con todos los procesos de un productor profesional, sobre todo el trabajo en equipo”.

Tras obtener licenciatura, el estudiante de la EAS se apunta a realizar una maestría. “Tengo once años en el magisterio ecuatoriano y debo ya dar otro paso en mi carrera profesional y aspirar a una docencia universitaria”. Nada lo haría más feliz, anota, que pertenecer a la planta de docentes de la Universidad de las Artes. “Creo que ese será mi siguiente paso”. 

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