Susana Nicolalde obtuvo la licenciatura en Creación Teatral de la Universidad de las Artes mediante el proceso de Validación de Trayectorias. La ceremonia de entrega de títulos se realizó el pasado 1 de abril en el MZ14 Centro de Producción e Innovación UArtes. La actriz estuvo presente junto con su familia, así como lo estuvo la gran mayoría de los otros 57 artistas que también se postularon y lograron la titulación.
Nicolalde, quien dirige la Fundación Mandrágora Artes Escénicas, comparte con InfoUArtes los aspectos y momentos más significativos de su trayectoria. Da cuenta también de sus motivaciones para postular al proceso de Validación de Trayectorias Profesionales Artísticas o Culturales, tercero que realiza la UArtes y que en esta ocasión efectuó con la suscripción de un convenio de cooperación interinstitucional con el Ministerio de Cultura y Patrimonio. Aquí su texto:
Vengo de una generación teatral que creció en medio del furor de la creación colectiva, como metodología de investigación y del Teatro de Grupo, como estructura formal que nos amparaba en la dinámica del trabajo y en nuestra forma de vida. En los años 80 Guayaquil gozaba de una maravillosa explosión de propuestas que apuntalaban la actividad teatral del Puerto. Fueron los años de mi nacimiento en el Teatro, de la mano de Ernesto Suárez, director de El Juglar y luego de Virgilio Valero, director del Teatro Ensayo Gestus.
Al no existir escuelas formales de Teatro, nuestra formación –hablo de toda una generación de actores, directores y creadores escénicos– fue autodidacta y me siento muy orgullosa de haber vivido este gran proceso. Nunca sentí la necesidad de tener un título formal académico, porque nuestro camino se enrumbó por otros canales, los de la exploración e investigación en el escenario, en los barrios, en los centros comunales, en las periferias de la gran ciudad. Esa fue mi escuela, la que me dio las herramientas principales para enfrentarme a la creación y al público.
Cuando llego a Quito en 1990, formé parte de la Escuela del Teatro Malayerba y ya venía con muchas inquietudes sobre el quehacer teatral. Esta experiencia me brindó la posibilidad de entrar en un proceso de sistematización de lo conocido y de lo mucho por conocer.
En 1997 inicio mi proyecto teatral Mandrágora, como actriz independiente. Es aquí donde empieza mi propio viaje hacia la búsqueda de aquellos territorios desconocidos y misteriosos de los múltiples oficios que demandaba mi carrera de actriz: teatrera, escribana, lectora, radialista, gestora popular, productora, directora, profesora de teatro, guionista, directora de casting para series de TV, contadora de historias, dramaturga, maestra de actores, directora y administradora de una sala de teatro…, viaje que continúa hasta la presente fecha.
Cuando llega la pandemia y todos los espacios se cerraron, se precarizó mucho más nuestro trabajo y no había muchas opciones para sostenernos. Los tiempos cambiaron y es cuando decido abrir la puerta de la Validación de la Trayectorias con la Universidad de las Artes.
El proyecto de Validación de la Trayectoria siempre me pareció que era justo y necesario, una deuda del Estado ecuatoriano con los artistas que dejaron su huella en la construcción de nuestra identidad desde las artes y que ahora era posible resarcir en algo su abandono, aunque muchos ya murieron en la soledad.
Cuando leo las bases y empiezo a hacer el recuento de los años de oficio, me doy cuenta que ya son 40 años de mi vida en el teatro y esto me sacudió de manera sorprendente, entré en shock y pensé… es el momento de forjar un nuevo reto, encarar la cruel tarea de justificar tu trayectoria, fue un acto de valentía.
La tarea no fue tan fácil, fue un gran ejercicio de memoria, de recopilación de información.Los materiales estaban ahí, eran muchos: fotografías, recortes de prensa, certificados, cartas, videos, entrevistas, cuadernos de trabajo, textos dramáticos en fotocopias, libros de grandes maestros y referentes contemporáneos, revistas, programas de mano, afiches, etc. Pero el trabajo de ponerlo en orden fue infinito y muy aleccionador.
Haber logrado llegar hasta el final de este proceso de Validación de Trayectorias y obtener la licenciatura es un acto real de visibilización, memoria, reflexión, afirmación, derecho, respeto y rebeldía. Un acto de reconocimiento a la resistencia, valentía, permanencia, a la pasión y a la locura de sostener tu oficio de artista, pese a las grandes dificultades y a los escenarios escabrosos que tienes que transitar.
El título es bienvenido y humildemente agradezco que la UArtes haya logrado que se mantenga y se viabilice el proyecto de Validación de Trayectorias. Espero honestamente que, se considere este reconocimiento, en vida, a artistas que no tienen que demostrar, en papeles, su labor de más de 50 años de trabajo constante, que su labor está demostrada en acciones concretas, que la Universidad de las Artes tiene la posibilidad de otorgar un título que valide su historia y su aporte a la memoria de nuestra cultura.
En imágenes, la actriz y directora de la Fundación Mandrágora Artes Escénicas Susana Nicolalde en las obras: “Camila, el diario de una Utopía”, foto de Ricardo Centeno; y, “Cordeles del tiempo”, foto de Cristian Pérez.