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Josefina Véliz llevó a lo virtual el taller Improvisando desde nuevas perspectivas

Aunque Josefina Véliz lleva ocho meses colaborando en El Gran Teatro de Monte Sinaí, proyecto de Vinculación con la Sociedad de la Escuela de Artes Escénicas, fue en los talleres vacacionales programados en abril pasado que se estrenó como tallerista. Llevaban dos semanas dictando talleres cuando se decretó la emergencia sanitaria por COVID-19. Vino la suspensión, pero el compromiso con la comunidad la animó a aceptar el reto propuesto por el director del proyecto, el docente Marcelo Leyton, de convertirlo en presencial.

Josefina Véliz, estudiante de quinto semestre de la carrera de Creación Teatral, comparte la experiencia del proceso:

“El taller que di, Improvisando desde nuevas perspectivas, fue para todo público; abordamos la improvisación desde el juego, la memoria, la palabra. La apertura fue el 13 de abril y el cierre, el 13 de mayo. La acogida fue muy buena después de la segunda semana de haber publicado la convocatoria. Tuve chicos y chicas de todos lados y de todas las edades. Durante el mes crítico hubo un quiebre por pérdidas de familiares en algunas y algunos de los participantes. Esto afectó la audiencia, pero consolidó al grupo. Los chicos fueron muy colaborativos, tenían una gran energía y predisposición, pese al confinamiento y los problemas de conexión. Creo que gracias al estar en una actividad que ponen en funcionamiento a todo el ser se pudo mantener el interés para seguir asistiendo al taller.

En cuanto a los contenidos y desarrollo del taller, este fue propuesto para ser desarrollado en un plano presencial, situación que no pudo darse por la fuerte emergencia sanitaria que sufrimos. Al ver que no podíamos trabajarlo en terreno decidimos lanzarlo vía online y acogernos de esta única herramienta que teníamos. A pesar de todas las dificultades, tanto técnicas como personales, los talleres se dieron y fue una experiencia enriquecedora de ambas partes, ya que nos encontramos, nos refugiamos, nos sostuvimos todos en este tiempo tan difícil para la humanidad. Son estas las razones por la cuales estamos pensando seguir incrementando actividades y talleres para los chicos y chicas de la comunidad Monte Sinaí. Estamos muy motivados para continuar en este proyecto.

Al final de esta experiencia se logró construir un espacio donde los chicos y chicas se permitieron abrirse al juego de la imaginación. Un espacio nuevo, un refugio doblemente recreativo, donde las emociones pudieron ser conscientes frente a la nueva realidad vivida”.

Josefina Véliz confiesa que, efectivamente, ella como muchos de sus compañeros entró al proyecto para completar las horas de vinculación con la comunidad, pero “te terminas enamorando de El Gran Teatro de Monte Sinaí, que te quedas y te comprometes. Yo estaré en los siguientes talleres, los que se darán en julio”.

Para los talleres en mención, ella prepara uno de escritura y otro de lectura, ambos dirigidos a niñas y niños. “Me interesa que para ellos leer signifique maravillarse del mundo, que se atrevan a volar, a imaginar”, anota y revela que su hijo tuvo dificultades para aprender a leer y alguna vez le dijo que quería aprender jugando. “Tenemos un proyecto que se llama El mundo al revés y contamos cuentos, a él le gusta hacer videos y hemos hecho unos que detallan todo el proceso de aprendizaje. Quiero que los niños que se inscriban se animen a aprender”.

Adriana fue parte del taller de improvisación que dictó Josefina Véliz y comparte su experiencia:

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