“El gato de Shrödinger, diseño sonoro inmersivo para audiolibro”. Es el título del proyecto de tesis que Joshua Ambuludi Briones, estudiante de la carrera de Producción Musical de la Escuela de Artes Sonoras de la Universidad de las Artes, presentó en septiembre pasado, dando así el paso final para la obtención de su licenciatura.
“Básicamente mi proyecto fue transformar el libro titulado El gato de Shrödinger, de la Editorial Rasguño, en un audiolibro con sonido 3D como muchos lo conocen o ‘audio binaural’, el nombre correcto””, explica el hoy egresado de la EAS.
Añade que su objetivo era lograr que el oyente percibiera cómo se desarrolla la historia a su alrededor y se sintiera inmerso en el espacio acústico diseñado para el cuento.
¿Qué lo motivó a presentar este proyecto? Joshua Ambuludi Briones responde que ha producido música durante 9 años, desde el 2011 en que se inició en el ITAE (Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador). “Si hacia un EP habría sido más de lo mismo y no hubiera sido tan interdisciplinar, pues la UArtes lo que busca es que seamos artistas integrales. Hice, por ende, un proyecto que, aparte de sonido (conceptos técnicos), incluyera literatura, actuación y música, y un par de conceptos de cine, ya que los textos fueron trasladados a guiones técnicos y literarios para que los actores de voces pudieran grabar sus partes correspondientes con todas las indicaciones necesarias y, finalmente, resaltar dichas actuaciones con la interpretación de piezas musicales pensadas a partir de las emociones plasmadas en los guiones literarios”.
Lo que buscaba, subraya, era hacer notar cómo se escucha un sonido cuando se está encerrado en un cuarto o cómo el mismo sonido se escucha desde afuera del cuarto. “Esto último era lo más importante, ya que no tendría el recurso visual”.
Aproximadamente cinco meses le tomó desarrollar el proyecto. “En la etapa de prepropducción comencé con la búsqueda del libro (que en realidad siento que este me encontró a mí), la selección de los cuentos, el diseño de guiones literarios y técnicos y el diseño del espacio acústico donde se desenvolverían los cuentos, a través de planos de planta, es decir, un boceto en 2D interior de una casa o una habitación”.
Explica que la producción consistió en grabar todos los sonidos, voces, música y efectos de sala (foley), lo cual duró tres meses. “Y la posproducción tres semanas, aproximadamente; se trató de la realización de la Mezcla Binaural Estática (ubicar cada sonido en un punto específico en los 360 grados y luego nivelar volúmenes)”. El proceso pudo haber sido más corto, comenta, “pero coincidió con un momento complicado para la humanidad y como muchos tuve que afrontar una crisis económica y existencial, las ganas de rendirme, la pérdida de amigos y familiares; cosas muy duras que al final nos hacen más fuertes”.
El semestre completo, así como la predefensa y la defensa fueron online. “En primera instancia (predefensa) me sugirieron reducir un poco el marco teórico y hablar más del proceso creativo y la parte subjetiva del proyecto, lo cual me gustó porque a lo largo de la carrera se habla mucho de lo técnico y poco de lo sensible, de lograr emociones, de lo subjetivo”.
Para la defensa de tesis trabajó en lo que le pidieron. “Ya no hubo comentarios, solo me felicitaron porque el tema central de mi proyecto (audio binaural) casi no se toca durante la carrera de Producción Musical y en Guayaquil no hay producciones con esta técnica”.