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“Caleidoscopio de la emoción: construcción dramatúrgica y estrategias performáticas”

Abordar de manera transdisciplinaria la emoción del teatro es lo que Julio Roberto Maquilón Flores, hoy licenciado en Creación Teatral, en la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes, se propuso indagar utilizando como recursos lo que él denomina una constelación de distintas ideas, nociones y autores.

A su trabajo lo tituló “El caleidoscopio de la emoción: construcción dramatúrgica y estrategias performáticas” y es una investigación teórica que entrecruza criterios entre la antropología, la filosofía y la teoría del arte. “He podido canalizar dicho marco teórico hacia el territorio del teatro; específicamente hacia el estudio de una construcción dramatúrgica en concreto: un ejercicio de finales del 2019 y principios del 2020 de la clase Taller de Puesta en Escena, dictada por el docente Arístides Vargas, director de la Escuela de Artes Escénicas de la UArtes.

“El tema de la emoción en el arte ha sido y sigue siendo un asunto que me despierta muchas curiosidades e hipótesis para la creación. Todo esto empezó desde que conocí las propuestas de Aby Warburg y Georges Didi-Huberman en las clases de Historia del Arte. Ahí aprendí un poco el asunto de las fórmulas emotivas en las imágenes, sin embargo, yo había estado haciendo mis propias hipótesis de dichas nociones en el territorio del teatro”, expresa.

En el 2019, Julio Maquilón asistió al Festival de las Artes de Loja y en conversatorios, como el que mantuvo con la directora Cristina Castrillo, supo “de una manera contundente que el teatro debe despojarse de la emoción para ser verdaderamente transformador. Eso me generó un tremendo problema a primera vista y creo que este momento fue la catapulta para tomarme en serio mis hipótesis y arrojarme a hacer una investigación en la que complejice el tema de la emoción en el teatro. Gracias a la guía de mi tutora Sara Baranzoni he podido utilizar la noción de performance como una estrategia para pensar la emoción en el teatro, no desde un punto de vista psicologista, sino más bien en relación con las materialidades escénicas. Esta idea de emoción que he podido desarrollar en este trabajo (hasta ahora) ha sido una noción carnal, simbólica, transformadora y creadora para la construcción dramatúrgica”. 

De cómo trabajo su tesis, Julio Maquilón indica que la pensó desde diciembre del 2019, cuando desarrollaba su anteproyecto. “Las tutorías con Sara Baranzoni (para ahora sí iniciar la tesis) empezaron en mayo del 2020. Escribí mis primeros borradores a partir de junio del 2020. Uno de los materiales principales para hacer esta investigación fueron mis apuntes de la clase de Taller de Puesta en Escena. Toda esa experiencia la cursamos entre octubre del 2019 y febrero del 2020. El asunto de la pandemia fue muy problemático porque yo tenía planeado seguir trabajando en el montaje con mis compañerxs, al mismo tiempo que escribía la tesis (ya que el montaje estaba incompleto y lo retomaríamos entre marzo y abril). Sin embargo, toda la segunda parte del proceso tuvo que cancelarse y yo trabajé con la idea de un montaje incompleto. Terminé de escribir mi tesis en septiembre y sustenté el 13 de octubre del 2020.

Durante la defensa de su trabajo final, Julio Maquilón se refirió a la postura sobre la performance que utilizó en su trabajo. “Indiqué que, en base a lo que estaba aprendiendo con Arístides Vargas en las clases, creía que la performance podría ser un recurso para hacer una obra de teatro. Esto era complejo porque utilicé, además, una cita (de un texto que el mismo profesor me prestó) donde el autor Hubert Besacier decía que la performance no es más que un medio. Eso tenía que ser aclarado inmediatamente porque si dejaba la cita tal cual podría dar a entender que la performance se reduce únicamente a eso: a ser un medio para algo más”.

La artista invitada y también docente de la UArtes Lorena Toro preguntó por las dificultades para hacer el trabajo en contexto de la pandemia. “Expliqué que he trabajado con la noción de una obra inacabada, incompleta y abierta. Esto ha podido ser aprovechado precisamente para pensar dicha experiencia como performance, como circuito abierto, como textualidad de la presencia, como pura interconexión de elementos en suspenso. Es así como la emoción también ha necesitado ser pensada de dicha manera. De manera carnal, viva, performática”.

La docente Sara Baranzoni, su tutora, consideró que la investigación de Julio Maquilón podría ser publicado en una revista para que estudiantes, docentes e investigadores puedan leer y circule en un contexto académico.

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