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“Una rosa en el tiempo”, performance con estudiantes de Artes Escénicas por el centenario de la masacre obrera

Expresar desde el oficio del arte la fatídica masacre obrera del 15 de noviembre de 1922, que se llevó las voces, por orden presidencial, de quienes pedían por mejoras laborales. Eso busca la performance “Una rosa en el tiempo”, dirigida por el artista independiente Julio Huayamave y que cuenta con la participación de estudiantes de la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de las Artes.

La presentación de la performance será este martes 15 de noviembre, a las 16:30, en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas (CCNG). Es uno de los ejes que conforman la exposición “Las fotos del obrero” del cineasta Mario Rodríguez Dávila, que se estrenará el mismo día en que hace 100 años ocurrió la masacre en las calles céntricas de Guayaquil. También habrá una muestra fotográfica con la participación de Ricardo Bohórquez, en la posproducción Juan Pablo Ordóñez y en la instalación sonora Fredy Vallejos, docente de la Escuela de Artes Sonoras.

Huayamave indica que “Una rosa en el tiempo” es, a manera de ofrenda, un pretexto para re-volver a la calle, al espacio social, encontrarse con los transeúntes, vendedores, burócratas, jubilados, marginales, jóvenes y niños, con variadas personalidades que integran el centro de Guayaquil. “Ir hacia el devenir, re-encontrarnos con el asombro, con el otro, con el juego im-puro, sin juicio, aportar a la memoria individual y colectiva, histórica, urbana, conmemorativa y ritualista; retroalimentar nuestro imaginario e intuición, re-plantar-nos los usos de los espacios públicos, la calle como eje para el arte escénico con poder”.

La propuesta consta de cinco partes. Previamente, durante cuatro días y en sesiones de tres horas, Huayamave desarrolló con los estudiantes un taller-montaje que los llevó a poner en práctica la estructura de la performance. Tras congregarse en las instalaciones de la UArtes, los alumnos cumplieron con una performance ambulante en tránsito que inició cerca de la ría, continuó por la Av. 9 de Octubre, los exteriores de la Sociedad de Carpinteros y las afueras de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. Concluirá con el ingreso a la sala de exposición de esa sede provincial este 15 de noviembre.

Será una puesta final que fue concebida mezclando información de prensa –de archivo y actual–, antropología teatral, danza butoh, instalación visual, ilustración, música experimental, happening. Expresiones que se integran para exponer esta performance Art. Contará con la participación de la artista invitada Paola Mayer, en la ambientación. Huayamave expresa que “el proceso es el producto y la suma del producto es el proceso”, refiriéndose a los talleres y su dinamismo.

 “Creer en el proceso para re-crear el mismo”, añade respecto a lo trabajado. “Nos lleva al estudio persistente de ir formándonos en el hacer arte, poniendo la falla y error a favor de nuestro camino pre-profesional y de la vida misma”.

Uno de los estudiantes participantes en “Una rosa en el tiempo” es Elian Villavicencio, del sexto semestre de la carrera de Creación Teatral. Se enteró de la propuesta por Bertha Díaz, directora de la Escuela de Artes Escénicas, y de la materia de Dramaturgia Experimental. Él, y tres compañeros más, fueron seleccionados para participar junto a un grupo de aproximadamente 20 alumnos de la carrera de Danza.

Revela haberse sentido “un poco ajeno” al trabajar con una gran cantidad de estudiantes de otra carrera, pero a medida en que se fue desarrollando el taller, se interesó por las ambigüedades que encontraba. “De pronto te hace dudar, desde el yo, me hace dudar en cuanto a qué debo hacer, porque puedo hacer esto o puedo hacer lo otro”, comenta.

Durante las caminatas, los estudiantes debían portar ropa blanca únicamente. Llevar consigo hojas de papel, también en blanco, y estar descalzos o bien utilizar zapatos, según su elección. Tenían la consigna de no hablar y solo gesticular con movimientos ante las miradas de los transeúntes. “La gente sabe que no solo somos tipos parados con una hoja blanca. La gente quiere una respuesta, no es posible que solo sea eso”, explica Villavicencio. Después pudieron hacer uso de la voz, con la consigna de vociferar como si estuviesen vendiendo periódicos.

El estudiante considera que Huayamave “no pretende buscar una respuesta, responder algo ni para nosotros. Lo hace para las personas que ya no están, que ya no pudieron estar, sobre todo en referencia, en conmemoración, a la masacre que hubo hace 100 años”.

Laising Ching también integra el proyecto. La estudiante de cuarto semestre de Danza señala que ha sido una experiencia innovadora. Al igual que Villavicencio, no había performado anteriormente en un espacio público. El martes 8 de noviembre, comenta, se desplazaron con una serie de movimientos corporales hasta el Parque Centenario y le resultó “conmovedor”. “Nos movimos, recorrimos para llegar a la Asociación de Carpinteros y tirarnos en el piso frente a ese edificio. Creo que representa bastante lo sucedido el 15 de noviembre de 1922, entonces tiene mucha afección por parte de todos. Por nosotros que ponemos el cuerpo, por quienes nos ven extrañados”.

Ching revela que no hay papeles individuales en el proyecto. Se trata de un cuerpo colectivo. “Todos tenemos el mismo rol. Todos tenemos las mismas consignas. Ese martes 8 de noviembre se suscitaron las memorias de la asociación de carpinteros, artesanos, panaderos, ferroviarios… Creo que todos hemos tomado un rol colectivo”.

Texto: Daniella Vera S., estudiante de la Escuela de Literatura.
En imágenes, los estudiantes de la Escuela de Artes Escénicas en el taller-montaje con el artista Julio Huayamave.

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