Varias instalaciones con esculturas de tela, registro fotográfico del proceso, video-performance y dibujo expandido fueron los recursos expositivos que María Gracia Naranjo Aguinaga utilizó para presentar De C5 a T1, una investigación que hizo del cuerpo y que surgió a partir de la plexopatía braquial, patología que le afecta.
La estudiante de la Escuela de Artes Visuales dio a conocer su proyecto de tesis primero con una muestra el 13 de marzo y el 22 de abril, vía videoconferencia, lo sustentó como paso previo para obtener la licenciatura en Artes Plásticas y Aplicadas, mención Investigación Audiovisual.
La elaboración artística De C5 a T1 permite indagar las diferentes sensibilidades que atraviesan al cuerpo anómalo y de cómo la perspectiva médica se contrasta con la performatividad corporal, al no estar categorizado como normal. En ese sentido, la diferencia se vuelve una instancia de creación. Mediante cartografías basadas en la memoria corporal y la sintomatología que presenta la plexopatía braquial, se genera un atlas personal que se compone de las múltiples imágenes y asociaciones de elementos que la investigación devela procesualmente, detalla María Gracia Naranjo. “Es un work-in-progress que se nutre de la performatividad del cuerpo que constantemente se resiste a corregirse, se manifiesta como un cuerpo-otro y es capaz de explorar su propia geografía irregular y disfuncional”, agrega.
La investigación que la llevó a De C5 a T1, revela, surge de una necesidad de querer indagar en las confrontaciones que presenta el cuerpo al estar categorizado como enfermo desde el mundo de la medicina. “Desde niña me he preguntado por qué el cuerpo diferente tiene que adaptarse a una idea de lo normal. En mi investigación indago sobre las diferentes perspectivas del cuerpo y cómo se construye esta idea de normalidad y la confronto con mi percepción del mundo, vista desde un cuerpo anómalo. Esta confrontación no busca una reconciliación con la patología, por el contrario, se reivindica como cuerpo-otro.
Aunque su carrera es de Artes Visuales, María Gracia Naranjo explica que se articuló con la investigación en artes vivas, pues consideró indispensable hablar del cuerpo en movimiento y su interacción con el público. Por ello estima que la mejor opción como tutora de su tesis fue Sara Baranzoni, docente de Danza.
Su tesis la desarrolló en dos semestres. En el séptimo vio la materia Catedra I y empezó a plantear el proyecto. En el octavo lo desarrolló y presentó por completo. “No ha sido fácil realizarlo, toda la carrera de Artes Visuales es una gran inversión y al ser becada la falta de recursos puede ser una traba para producir, pero también puede ser una instancia creativa”.
Debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, su proyecto expositivo estuvo a punto de cancelarse, “pero al estar ya todo montado, se pudo llevar a cabo; fue un arduo trabajo que me tomó más de una semana y para el cual conté con la colaboración de mis amigos, personal de la universidad y, por supuesto, de mi tutora, quien ha sido guía y apoyo incondicional”.
Durante la sustentación de tesis, con su familia apoyándola, María Gracia Naranjo indica que recibió del jurado la recomendación de registrar en video la experiencia de su exposición. Actualmente, revela, realizar algunos audiovisuales para bandas musicales y desarrollar otras habilidades son sus planes.