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La “Ciudad de mujeres” de Carina Elizabeth González

Reflexionar sobre el documental contemporáneo donde se traten temas que giren alrededor de la memoria, del relato y de la autoetnografía fue el objetivo general que llevó a Carina Elizabeth González Collaguazo a objetivos específicos como identificar los dispositivos y lenguajes con los que trabaja el documental contemporáneo sobre el retrato familiar: voz en off, interacción, relato, retrato; identificar la relación entre documental contemporáneo, la etnografía, la ficción etnográfica y la etnoficción; y, analizar cómo se retrata, a través de la observación, a mujeres intergeneracionales en el documental contemporáneo hecho por mujeres.

Así consta en el contenido de la tesis, documento que reposa en la Secretaría Académica de la Universidad de las Artes, de la cual obtuvo el título la licenciatura en Cine. A su producto artístico interdisciplinario, concebido como una realización cinematográfica individual, lo tituló “Ciudad de mujeres. Mecanismos de la memoria y el relato en la subjetividad” y lo sustentó ante el comité evaluador conformado por los docentes Andrés Dávila, su tutor; Carla Valencia y Priscila Aguirre.

La tesis y la creación del documental Ciudad de mujeres corresponden a una inquietud personal acerca del relato y de la memoria. Analiza en principio el estado del documental latinoamericano y ecuatoriano, para centrarse, más adelante, en un cine documental íntimo que se enfoca en historias individuales. Se estudian y cuestionan los discursos y las herramientas narrativas con las que trabaja la etnografía, la etnoficción y la ficción etnográfica en el documental contemporáneo. Y, finalmente, reflexiona sobre las diferentes formas de componer un retrato cinematográfico en la intimidad y en lo poético y de cómo la memoria deviene.

En Ciudad de mujeres, un hilo conductor atraviesa diferentes generaciones y se materializa a partir del relato. “Todos estos cuestionamientos toman cuerpo en la construcción de una narrativa sobre la libertad en el retrato de Carmen, mi abuela y protagonista del documental. Además de posicionar a la mujer como una fuerza potente, el retrato y la palabra de Carmen, nos permiten visualizar una historia que es universal y que remite a otras mujeres, de diferentes épocas y de diferentes partes del mundo”.

Carina Elizabeth González señala que desde siempre estuvo rodeada de mujeres que eran y son abuelas, madres, esposas, hijas, nietas. “Escuché a lo largo de mi vida relatos que venían de ellas, de su cotidianidad y de su imaginación. Esta convivencia me llevó a un grado de entendimiento de las emociones humanas y de cómo su sentir era también mío, aunque yo no hubiese vivido esas historias. Todas ellas fueron receptoras de vivencias ajenas, fueron emisoras y autoras de las suyas propias. En última instancia me tengo a mí, siendo receptora de nuevo y siendo a partir de ellas. Vuelvo al ser en ellas y a ser a partir de ellas en un sentido de permanencia”.

El año pasado, comenta la hoy licenciada UArtes, tuvo la oportunidad de presentar un proyecto fotográfico donde el tema de su obra fue precisamente el habitar a través del relato y la memoria. “El proyecto fue titulado Ciudad de mujeres y su argumento fue el transitar de la memoria y cómo ellas habitan en mí y en otras mujeres, que a su vez me constituyen. Mi abuela, mi madre y sus hijas, porque de todas las mujeres del mundo, escojo siempre a las que me habitan (…), decido tomar madres e hijas porque la casa de mi abuela es casa siempre de mujeres. Es el epicentro donde se acumulan todas las conversaciones pendientes, pasado, presente y futuro. Carmen María ha sido y es, para mí, el pentágono familiar donde domingo a domingo se reúnen las almas que la habitan”, dice y agrega que esta colectividad de mujeres deviene en una estructura matriarcal donde se forja la idea de La ciudad de mujeres.

Teóricamente se piensa al documental como una herramienta que nos permite mostrar la realidad. “Esta realidad, pienso, utópica, está llena de dicotomías: en el sentido del autor, del sentido de avance en la producción cinematográfica, entre nuestras subjetividades. Creo que se podría dividir el documental ecuatoriano en dos momentos: la producción cinematográfica de estado y la producción cinematográfica de autor”.

En su tesis, Carina Elizabeth González sostiene que en la historia del cine, de hecho, en la historia misma, la mujer ha sido relegada de su visibilidad, ha sido minorizada y desaparecida año tras año. En Ecuador, el documental hecho por mujeres y que hable de mujeres es muy escaso. De los documentales realizados del 2000 al 2016 aproximadamente el 25% son realizados por mujeres. Y de ese 25%, menos del 40% hablan de retratos personales o de experiencias individuales. “(…) Somos millones de mujeres en Ecuador, millones en el mundo y pienso que es importante hacernos visibles. Visibilizar los relatos femeninos en una sociedad que nos ha disminuido por años, es un acto revolucionario que nos da voz, tal cual, las actuales luchas feministas, que recuperan nuestras memorias individuales y colectivas”.

Ciudad de mujeres es un documental que reflexiona sobre el poder de saberse libre siendo mujer. Trabaja sobre la relación de la memoria y del relato como un mismo conjunto que se retroalimenta constantemente y que tiene la capacidad de viajar y transformarse entre generaciones. “Ciudad de mujeres se dirige al pasado con la única intención de reafirmar el presente de mujer libre de mi abuela. Además, nos permite entender que historias como la de Carmen es universal porque remite a muchas mujeres en el mundo”.

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