La Universidad de las Artes tiene 26 brigadistas y en cuanto se sume a cuatro colaboradores del área de mantenimiento serán 30 los que, de forma voluntaria, participen en tareas de prevención y atención de emergencias. Pablo Galarza, que en Talento Humano se desempeña como Analista 1 de Seguridad y Salud Ocupacional, es quien proporciona la información.
Él está a cargo de dar las directrices a los integrantes de estas brigadas de salvataje, distribuidas en los edificios y unidades de la UArtes con asignaciones específicas: lucha contra incendios, primeros auxilios y evacuación; claramente son identificadas por su chaleco reflectivo y casco. En el MZ14, la Biblioteca de las Artes, El Telégrafo, la Gobernación existe una estación de emergencia, detalla Galarza y agrega que son constantemente supervisadas y equipadas con los insumos necesarios: camilla, oxígeno, collarín…
¿Pero cómo se conformaron las brigadas UArtes?, ¿quiénes pueden ser brigadistas y qué implica serlo?, ¿qué tipo de preparación y entrenamiento reciben los brigadistas y con qué periodicidad? Del inicio de las brigadas es Jonathan Pilay quien tiene respuestas. Él es parte del equipo de producción del MZ14 y, además, bombero voluntario con rango de subteniente y experiencia en incendios estructurales y forestales, asistencia prehospitalaria, manejo de extintores, entre otros. Justamente, por ser bombero, indica que ni bien ingresó a la UArtes se preocupó por conocer si se contaba con planes estratégicos de Gestión de Riesgo y Protocolo de Evacuación.
En abril del 2016, cuando en el país se registró el sismo con epicentro en Pedernales (Manabí), sus recomendaciones tuvieron eco, indica. Entonces se elaboró un Plan de emergencias con una empresa externa. Para agosto de ese año, ya se contaba con un Protocolo de emergencia de búsqueda y rescate, asistencia prehospitalaria y lucha contra incendios.
Por su estatus de bombero voluntario y experiencia, Pilay asumió la dirección de los brigadistas, quienes se conformaron mediante llamado voluntario a administrativos y docentes. El Plan de emergencias, anota, demandaba capacitación. Él dio algunas charlas sobre incendios y revisión de los sistemas contra incendios –como los puestos de extintores–; se participó también de capacitaciones en la Academia de Bomberos, se hizo simulacros e intervino en los organizados en la ciudad.
Reglamento Interno de Seguridad
Posteriormente, con la llegada de la pandemia y tras el ingreso de Galarza, se dio el cambio de mando. Debido a la ampliación de la infraestructura de la UArtes, él vio la necesidad de elaborar documentación técnico legal y el borrador del Reglamento Interno de Seguridad, así como una política sobre prevención de riesgos laborales. Estos deberán ser aprobados por las áreas pertinentes para luego ser socializado a la comunidad universitaria. Como toda normativa tiene compromisos, responsabilidades y obligaciones.
Consta allí, entre otros puntos, la conformación de las brigadas de evacuación, primeros auxilios y lucha contra incendios. También un procedimiento que señala la convocatoria para integrarlas de manera voluntaria, dirigida solo a administrativos y docentes. Para el efecto, el postulante llena una inscripción y pasa por un proceso de selección para el cual se toma en cuenta su estado físico y valoración médica. “Los brigadistas deben tomar cursos de entrenamiento, que son operativos y prácticos, como el manejo del extintor, RCP (reanimación cardiopulmonar), cómo estabilizar a una persona, cómo levantarla”, indica Galarza.
Añade que, si bien él da las directrices a seguir y algo básico, es preferible que la capacitación se reciba en instituciones especializadas, como Cuerpo de Bomberos, Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo y Cruz Roja, para lo cual se hace la respectiva gestión. Una vez capacitados deben socializar lo aprendido.
Entre las acciones desplegadas en tiempos de pandemia, y una vez que las autoridades fueron determinando los aforos, Galarza brindó charlas en las varias unidades de la UArtes, recordando las medidas de bioseguridad. Entonces y ahora, con el progresivo retorno a la presencialidad, él recomienda a la comunidad universitaria usar mascarilla, lavarse frecuente las manos, distanciamiento físico y reportar al Dispensario Médico y Talento Humano síntomas relacionados con COVID-19.