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Lidia Rodríguez: En América Latina existe tradición que se debe recuperar; no es repetirla, es resignificarla

En “Manglar: Intercambios de educación popular, artes y territorios”, la catedrática Lidia Rodríguez, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), participó en la primera de las mesas de la cita, en el día de su inauguración, el 24 de octubre.  

Fue en la que se abordó el tema “Universidad, territorio y transformación social” y en la que compartió criterios con Tania Zambrano, secretaria nacional de la REUVIC y directora de Vinculación con la Sociedad de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, y nuestro vicerrector académico, doctor Bradley Hilgert, con la moderación de la doctora María Alejandra Zambrano, directora de la Escuela de Literatura.

La docente de la UBA estuvo también en la Comuna Engabao, este martes 25, en la segunda jornada de “Manglar”, la cual se desarrolló en esa localidad rural del cantón General Villamil Playas, en la provincia del Guayas. Rodríguez destacó ese compartir de saberes suscitado, en especial la participación de Linver Nazareno Castillo, artista, educador y gestor cultural de Muisne, quien recitó a partir de la oralidad afroecuatoriana. “La experiencia, la compañía de Linver… me encantó muchísimo. Recitó escenas maravillosas”.

En diálogo con InfoUArtes, Rodríguez comentó que dirige la maestría en Pedagogías Críticas junto a Silvia Llomovatte y se manifestó entusiasmada por la invitación de participar en “Manglar”, considerando que la cuestión del arte es un tema pendiente de los debates del campo de la educación popular. Anotó haber encontrado en la Universidad de las Artes avances desde el arte, vinculado a la transformación social y vinculado al territorio “y un camino en paralelo con lo que viene desarrollando desde su campo de trabajo e investigación”.

La convergencia, el encuentro de esos caminos que están circulando en paralelo nos potencian para reflexionar, para comenzar a avanzar en las conceptualizaciones. “Estamos escuchando experiencias fantásticas… avanzar en conceptualizar y poder hablar más desde el campo de la pedagogía”. Consideró que, si bien no está mal trabajar con autores de todo el planeta, “sucede que los fundamentos teóricos de países externos, y leerlos desde Latinoamérica, no suelen aplicar al contexto al que pertenecemos. Por tanto, que sirvan para encontrarnos y reconocernos de forma metafórica”.

Señaló al pueblo de Guayaquil desde su amabilidad y generosidad, y retomó las experiencias ocurridas en el pueblo de Engabao, llevándolas al análisis: “Recuperan la historia, la memoria, la identidad. Trabajan con niños en juegos, actos teatrales, música. Al niño se le dan herramientas identitarias. Aprenden a cantar en su entorno con su música y no necesitan identificarse con otros modelos. Los pueden usar, pero no identificarse. Es una experiencia emancipatoria el encuentro entre estudiantes y territorio y los sectores más olvidados por el capitalismo global financiero”.

El encuentro con una identidad y recuperación del territorio que las artes posibilitan desde la literatura, la pintura, la música, agregó la docente de la UBA y afirmó que en América Latina existe mucha tradición que se debe recuperar. “No como consigna o eslogan… no es repetirla, es resignificarla”. También mencionó a algunos educadores latinoamericanos, como Simón Rodríguez, Paulo Freire y Jesualdo Sosa; las reformas universitarias; la Matanza de Tlatelolco, donde murieron estudiantes que pedían una reforma en México, suceso que ocurrió simultáneamente al Mayo Francés.

Lidia Rodríguez dijo condenar los canales mediáticos que tienen mucho que ver con que no reconozcamos nuestra tradición y nos “identifiquemos” con modelos que no son los nuestros, en el sentido de que no responden a nuestra realidad, “que respondan a nuestra realidad no quiere decir ‘sacrificio revolucionario de los años 70’, no tiene por qué ser así, ni tampoco significa vivir en la pobreza y carencia, sino al contrario, recuperar una identidad potente, rica, alegre guerrera, de resistencia, de creatividad. Eso es América Latina”.

En Argentina, compartió Rodríguez, tienen relevadas 400 experiencias de escuelas de gestión social, de allí que la propuesta es articular teórica y políticamente, desde la universidad, los lugares de construcción de pensamientos que permitan una orientación teórica-conceptual. “Sin tener miedo a las críticas del canon academicista que evalúan, que dictaminan”.

Texto: Carmen Cortez/Daniella Vera S., estudiante de la Escuela de Literatura.

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