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La cultura no se mira pasivamente, señaló Juan Luis Restrepo al analizar en taller sobre las ciudades creativas

En “Arte y Cuidad: Estrategias de Gestión” se sustentó el taller que durante tres días desarrolló el colombiano Juan Luis Restrepo en la Biblioteca de las Artes, en el marco del Laboratorio Puentes MZ14, un espacio de capacitaciones pensadas en la transferencia de conocimientos para la internacionalización y circulación de las artes. Sucedió del 23 al  25 de noviembre y contó con la participación de la comunidad UArtes, sí como de gestores culturales de instituciones públicas y privadas de Guayaquil y estudiantes de otras instituciones de educación superior.

En el desarrollo del taller, Restrepo abordó, entre otros aspectos, el fortalecimiento del sector de las artes y la formación de públicos desde sectores vulnerables. Lo hizo partiendo de las experiencias de su país y haciendo un recorrido del escenario internacional. Ciudades creativas fue uno de los puntos analizados, así como las actividades culturales versus las actividades de entretenimiento, incluso estas desde un contexto aplicable para la Guayaquil y la violencia en ciudades.

En el diálogo que mantuvo con InfoUArtes y al ser justamente consultado por la inseguridad que sitia a la ciudadanía y que ha llevado a la adopción de medidas que restringe horarios, trastocando el desarrollo de actividades artísticas y culturales, Restrepo respondió que lo interesante era recordar que la cultura está viva en cualquier parte y, de lo experimentado en su país dijo que “sobre todo, la música popular, lo que hicieron las comunidades fue apropiarse de lo que oían en los medios” y esa apropiación se transformó en una nueva cultura y nueva forma de interpretar.

Añadió que son las comunidades las que mantienen viva la cultura, de lo cual carecen “y hay que ir a llevárselas”. Restrepo comparó a Guayaquil con la ciudad portuaria de Barranquilla, la cual conectó por cientos de años al país con el mundo cuando la forma de arribo era el mar. Consideró que Guayaquil tiene una vocación de vanguardia, de apertura, de una mente abierta, además del dinamismo. “Yo sí creo que la misma población, la academia también, por supuesto, y las instituciones públicas tienen que comenzar a resaltar los valores culturales propios de Guayaquil”.

La cultura no se mira pasivamente, agregó, sino que se lleva a cabo desde un campo conflictivo, siempre implícito en las personas y las comunidades. Recomendó alianzas con la academia y las universidades para orientar la comunicación y actividades para “calar” el concepto de cultura.

“Veo muy potente que se les haya asignado una infraestructura que tiene un valor simbólico muy alto”, señaló Restrepo refiriéndose a los edificios patrimoniales que conforman la Universidad de las Artes y destacando allí una oportunidad para visibilizar a propios y ajenos acerca de la cultura e identidad de la urbe porteña.

También halló en las radios universitarias los espacios de crítica, debate y discusión que las emisoras públicas han perdido a lo largo de los años y que, a su vez, son capaces de crear comunidades. Dijo considerar que los medios de comunicación siguen siendo validadores sociales de muchas expresiones artísticas y culturales, que pueden seguir como estrategias para la validación de aquellas comunidades que no suelen ser tan receptivas de símbolos identitarios que pueden existir en cada ciudad.

Frente a la interrogante de cómo mantener actividades culturales frente a la violencia que sufre la ciudad, Restrepo indicó que “hay maneras de hacerlo desde las comunidades”. Mencionó al músico colombiano César López, quien se reunía con un grupo de músicos en el lugar donde se había suscitado un atentado o algún acto de violencia para realizar presentaciones y “decir aquí estamos”. Las instituciones, sostuvo, no deben interrumpir sus actividades, a manera de resistirse frente a la violencia.

Del tema, el español Ramón Barranco, director del Teatro Sánchez Aguilar, presente en el taller de Restrepo, coincidió en que quedarse en casa no es la solución y que la violencia solo se puede enfrentar con educación y actividades artísticas. “Como dijo Juan Luis, pasó en Bogotá y pasó en tantas ciudades, penosamente, de cerrar, de protegernos contra todo. Esa no es la manera de luchar contra la violencia. Hay que mirarla a los ojos e ir a por ella”.

Una de esas formas, insistió, es a través de la educación y la cultura. El miedo en la población continúa, pero es posible ofrecer actividades como medios de resistencia. Pese a la creación del Ministerio de Cultura en el 2006 y la Ley de Cultura en 2016, Barranco expresó que queda todavía mucho por hacer y planes estratégicos por aplicar.

Barranco resaltó el trabajo de Restrepo y la importancia de saber de su experiencia desde un lado público y privado. “A veces nos quedamos mirando al suelo y preguntándonos cómo damos el primer paso, no miramos hacia el futuro (…) Creo que, charlas como estas, talleres como estos, pueden darnos una visión de por dónde han ido otros y aprender de eso”. Estimó absolutamente fundamental que la Universidad de las Artes los realice constantemente.

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